Diez pasos para enamorar a Draco Malfoy [Drarry]

Paso número cuatro

Con cada día que pasaba, la amistad entre Draco y Harry se volvía más fuerte, o al menos el avance que llevaban ya era notorio. Los alumnos de Hogwarts no estaban acostumbrados a ver a ambos chicos paseando por el castillo, peleando de vez en cuando pero ya no eran discusiones de odio y rencor, sino más bien a modo de juego.

Fuera lo que fuera, los estudiantes (e incluso algunos maestros) se sentían aliviados de que ellos dos dejaran su ego detrás y ahora estuvieran en buenos términos o una especie de tregua.

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Harry no era alguien bueno para dar afecto a los demás, ni siquiera sabía como coquetear, cada que lo intentaba era un fracaso total, llegando a dar pena. Ron y Hermione le intentaban aconsejar para que pudiera aunque sea decirle un "te ves lindo hoy" a Malfoy, pero cada que Harry lo ponía en práctica solo se callaba y alejaba del lugar, dejando cada vez más confundido a Draco.

A pesar de eso, Ron nunca aceptó que a su mejor amigo le gustara su peor enemigo, siempre le reprochaba que habían personas mejores en el colegio, pero Granger lo mandaba a callar.

De nuevo estaban en esa misma situación, el trío de oro en una esquina animando al pelinegro para que pudiera hablarle a Malfoy con coqueteos simples y discretos. 

—No lo lograrás, ¿sabes qué clase de persona es Malfoy? es un maldito arrogante y presumido —se quejó el pelirrojo mientras susurraba para que solo sus dos amigos pudieran escucharlo.

—Cállate Ronald, eso no ayuda en nada. Harry, no lo escuches, es difícil pero aún así, confío en ti —sonrió de forma cariñosa y tomó el brazo del menor con fuerza, empujándolo fuera del rincón donde estaban. —Ahora, demuestra que eres un Gryffindor y ve a hablarle.

Harry solo pudo sonrojarse demasiado. Vio pasar a Draco junto con sus cuatro amigos, charlando como de costumbre lo hacían. Sus ojos brillaron y su boca quedó entreabierta al ver a ese rubio platinado que lo tenía más que loco.

El pelirrojo rodó los ojos y su estómago no pudo evitar revolverse con tan solo pensar en Harry y Malfoy saliendo. A Hermione no es que le gustara tampoco la idea, pero haría lo que sea por su mejor amigo, era más su amor y cariño por Harry que su odio por Draco.

El azabache se acercó lentamente al rubio, intentando parecer seguro de sí mismo aunque era todo lo contrario, estaba sudando y su mente no podía procesar lo que iba a hacer en esos momentos. «¿Qué estoy haciendo? Harry por favor detente» pensó y tragó saliva. «No, debo hablarle, ¿cómo podré gustarle sin siquiera dirigirle la mirada?» forzó una sonrisa y tocó con suavidad el hombro de Draco, esperando a que este respondiera.

Y así fue, el chico se giró para darle la mirada al pelinegro. Harry se puso mil veces más nervioso y sonrojado que antes, miró a todos lados antes de empezar a tartamudear.

—Ho-hola, Malfoy. ¿Qué tal va tu día? quiero decir, solo quiero charlar contigo un rato, ya sabes, para poder dejar más rápido lo del pasado atrás —«Lo arruiné todo, ¿por qué tuve que iniciar la conversación así? se alejará de mi, lo sé» apretó la mandíbula y soltó una risa nerviosa.

—Por Merlín, Potter, solo di que quieres pasar tiempo conmigo y ya. No es tan difícil.

Sí que era complicado, solo que él no lo entendía. 

—Como sea, mejor cállate. ¿Gustas hacer algo en especial?

Draco soltó un par de carcajadas antes de contestar —Lo que sea, solo que sea rápido.

Parecía que Malfoy nunca perdía ese toque egocéntrico y sarcástico que tanto lo caracterizaban, o al menos eso pensaba el menor.

Ambos se alejaron de ahí, yendo a caminar por los pasillos platicando sobre cualquier cosa que se les ocurriera. De vez en cuando reían, de vez en cuando habían momentos incómodos donde ninguno sabía que decir y había un largo silencio desesperante. Anduvieron así unos quince minutos, hasta que ambos tenían que tomar rumbos diferentes.

—Como sea, Potter. Nos vemos luego —se despidió e intentó sonreír de forma amable. Sus mejillas se ruborizaron un poco al darse cuenta de los bonitos ojos que tenía Harry. «No, no pienses en eso. Soy un Malfoy, no me puede gustar un Potter»

—Claro —pensó en irse, hasta que un impulso lo hizo decir algo realmente estúpido como él creía. —Por cierto, te ves lindo hoy.

Draco se quedó quieto y sin decir nada. «¿Qué me veía qué?» comenzó a cuestionarse a sí mismo de si lo que había escuchado era correcto. Por su mente pasaron mil cosas inexplicables, ¿por qué Potter le diría eso? no era un intento de coqueteo, ¿verdad?

Para cuando quiso preguntar algo o tan siquiera devolver el cumplido, el azabache pareció haberse esfumado tan rápido como dijo eso. «Solo espero que fuera un error» se repetía mientras iba a la clase que tenía con los de Ravenclaw, pero durante todo el camino no dejó de pensar en esas palabras y, a su vez, sonreír como un enamorado con tan solo pensar en Harry diciendo esas dulces palabras. «Me veía lindo hoy»

Harry corrió hasta su clase, pensó en que había echo, qué había dicho. Su mente estaba jugando con él, seguramente soñó despierto, pero era un sueño muy real. «Bien, lo hice, lo arruiné, ahora Malfoy creerá que le gusto... aunque no es mentira» sacó todos sus pensamientos cuando escuchó a Hermione llamarlo repetidas veces en susurros.

—¡Harry! ¿qué tal te fue? te quedaste hablando con él un rato, ¿no? —Harry asintió y la castaña sonrió con orgullo.

—No puede ser, en poco tiempo te tendré que ver con el hurón insoportable —se quejó el pelirrojo y Hermione cambió su mueca de orgullo a una de burla.

—Deja de decir eso.

Los tres quedaron en silencio y continuaron prestando atención a la clase. Era extraño ver a un Harry enamorado, pero a la vez lindo a pesar de que Ron siguiera con la idea de que era asqueroso la idea de andar con Malfoy.

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jaja hola, adivinen a quien se le olvido que tenia cuenta de wattpad y una historia pendiente.
al menos ya voy en el cuarto capítulo, ¿okay?
prometo que los próximos capítulos serán más largos y con una entrega temprana, si no es así me tiro de un barranco.