Diez pasos para enamorar a Draco Malfoy [Drarry]

Paso número cinco

Tortura tras tortura, desde que Harry le dijo aquel cumplido a su amado no volvió a hablarle, o al menos evitaba tener conversaciones largas con él. Era incómodo estar a su lado, creyó que ese comentario le había disgustado, realmente solo estaba sobre pensando, claro que Draco se emocionó ante tales palabras, no solía recibirlos... más bien, sí solía recibirlos pero no con esa esencia, esa esencia llena de cariño que solo Harry podía darle.

—No entiendo porque no vuelves a decirle algo, por favor, solo lo estarás confundiendo —protestó la castaña a la vez que agarraba una almohada y la lanzaba en juego contra el pecho del menor.

—Ahora me ve como un bicho raro —hizo una pausa y volvió a hablar, esta vez riendo —bueno, lo soy, pero no debería de verme así.

—No lo eres —interrumpió Ron y los tres rieron juntos.

De ahí no volvieron a mencionar mucho a Draco en su tema de conversación esa tarde, solo bromeaban entre ellos. Era reconfortante estar juntos y charlar como niños pequeños otra vez.

 De vez en cuanto, cierto pelinegro se perdía entre sus pensamientos sobre el rubio que lo había enamorado, de alguna u otra forma, solo Draco lograba poner así al azabache. Eso ya no era normal.

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De nuevo en el Gran Comedor de Hogwarts, los estudiantes cenando con tranquilidad mientras reían y hablaban entre sí. Harry dirigió su mirada a la mesa Slytherin, donde posó sus ojos sobre Draco, cosa que ya no era rara para ninguno de sus amigos. Todo fue normal, salieron todos (o la gran mayoría) de alumnos, yendo hacia sus habitaciones después de un día agotador.

El azabache se dirigió a Malfoy y varios de sus amigos, tenía intenciones de hablar con él después de tanto tiempo. Desde un principio, Pansy miraba mal a Harry, nunca le había agradado y ahora que tenía tantos acercamientos al rubio le molestaba, le hacía sentir celos.

Pero, como siempre, Parkinson jamás llegó a decir algo más que comentarios despectivos sobre Harry, cosa que Draco veía completamente normal, pero ahora era más raro, ahora sentía un nudo en la garganta que dijeran tales cosas de él, pero siempre fingía no estar mal y les seguía la corriente.

Harry tocó lentamente el brazo de Draco, y cuando el susodicho volteó le sonrió de una forma tan dulce que le hacía derretir el corazón a Harry.

—Bien, Potter, por fin te dignas a hablarme después de semanas —bromeó mientras le daba una última mirada hacia sus amigos, indicándoles que se quedaría un rato con el azabache.

—Perdón, no había tenido tiempo

Esa excusa era tan mala que nadie podría creerla, se notaban los nervios de ambos, pero eran más evidentes en el cuerpo del menor.

—¿No habías tenido tiempo de qué? ¿de preparar más cumplidos? —dio unas cuantas carcajadas antes de notar que el rostro del moreno tenía un rubor en sus mejillas, cosa que confundió un poco a Draco pero, de cierto modo, le gustó.

—¡No es eso! tengo muchas tareas y Snape parece dejarlas a propósito —protestó algo molesto.

—¿Desde cuando eres responsable y haces tareas?

Harry pensó en contestar de una forma grosera, pero simplemente se quedó callado, dedicándole una mirada de frustración a Malfoy, la cual no indicaba nada bueno. Los dos chicos dieron un pequeño paseo por el castillo, hablando de cualquier cosa, Draco molestando a Harry y siendo sarcástico con él, dejando al pelinegro con enojo. Aún así, él lo seguía amando.

—Digas lo que digas, no me harás enfadar —aunque dijera eso, se notaba a leguas que el pelinegro estaba realmente enojado por todos los cometarios que hacía Draco hacía él, pero Malfoy se divertía demasiado con esto.

—Tan solo mírate, parece que explotarás en cualquier momento.

—No es cierto, mira, no me interesa, di lo que quieras —se cruzó de brazos unos momentos y después los dos empezaron a reír, era gracioso ver las escenas donde Harry parecía un dramático total, aunque que mejor que verlo a él que al rubio, Draco exageraba mil veces peor las cosas.

Quedaron callados unos minutos, antes de que el menor relajara sus brazos y los colocara a sus costados. Vio que Draco estaba en la misma posición así que vio una forma en la cual aprovecharse un poco.

Acercó lentamente su mano a la del rubio, tocando con suavidad y delicadeza la punta de sus dedos. Malfoy quedó más que confundido ante tan roce entre sus manos, miró hacia Harry un momento y se mostró con un semblante frío, algo serio.

—¿Qué haces? —preguntó mientras intentaba alejar su mano de la de Harry.

—Nada. ¿Hacer qué? —volvió a reír, bastante divertido por la reacción que tuvo Draco ante un simple roce de manos insignificante, o al menos eso creía Harry que era.

—Es raro lo que haces, ¿por qué me estás tocando?

—No lo estoy haciendo

Alejó un poco su mano, algo nervioso por la reacción del otro. Sí, le daba gracia, pero parecía que a Draco no le había agradado en lo más mínimo, se notaba una cierta incomodidad en su aura y más aparte un sentimiento extraño encontrado con sí mismo.

—Eres raro —y sin más, se fue, dejando solo a Harry.

El azabache quedó totalmente confundido, no sabía si reír o echarse a correr a los brazos de Hermione y gritar "lo arruiné todo". 

Dio un suspiro pesado, lleno de cansancio y regresó a su habitación. Durante todo el camino no dejó de pensar en que habría sucedido si no hubiera sido tan idiota y no se hubiera atrevido a tan siquiera rozar sus manos. Igualmente se sentía feliz, cosa que era extraña, porque básicamente Draco se había incomodado y quizás también enojado por eso, pero el menor era tan ingenuo que creyó que lo perdonaría y que tal vez estaba simplemente confundido.

No estaba muy equivocado.

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Hola, volví a la vida, como siempre.
Cada vez mis capítulos van más decadentes jaja, igualmente, últimamente tengo un bloqueo increíblemente horrible para escribir, no llegan ideas, no llegan palabras.
Pero hay una parte buena de todo esto, no los dejé sin capítulo por más que quería subirlo la siguiente semana a ver si de casualidad me daba más cabeza para relatar.