Rebelde sin Causa

217 5 1
                                    

Allyson no podía creer lo que estaba escuchando de la voz melindrosa de Giu. Era un sueño, creía sinceramente que no había despertado. Era demasiado genial! Aunque se sintió muy bien en la última prueba, realmente no estaba segura de nada. Pensaba que al igual que ella, las demás aspirantes podrían haberlo hecho tan bien, o quizá mejor. Escuchó una vocecita que le decía: "¡Rayos! ¡Ya lo tienes mujer! ¿Qué esperas? ¡Di algo!

Emocionada, quiso comprobar una cosa antes de hablar. Se pellizcó muy fuerte el brazo y vio que no estaba soñando. Se quedó mirando la piel que empezaba a tornarse roja y con un significativo tono de emoción, contestó.

- Es Genial, estoy absolutamente agradecida. Muchas, muchas gracias - las palabras se atropellaban al salir de ella.

- De nada, my dear, la verdad es que lo hiciste perfecto. Richard quedó complacido. Y esa pobre hormiguita es muy difícil de satisfacer - pronunció la última frase con un toque de ingenio muy característico en él - bueno ally, antes de que empieces a celebrar efusivamente y desaparezcas del mapa para entonces, debo decirte que el día de mañana te esperamos a primera hora en la oficina, tendrás una reunión con nuestro presidente, quien suele requerir que todos los nuevos ingresos le sean presentados. Como verás son pocos modelos en la agencia, pero conocidísimos todos, nos encargamos de seleccionar solo a los mejores. Y el capo di tutti capi, dará la última palabra.

Allyson se mordió el labio, algo confundida. Entonces no todo estaba dicho aún, tenía que presentarse ante la mirada escrutadora del jefe de la firma. ¿Qué clase de hombre sería ése? El hecho de que fueran pocos los modelos seleccionados por la firma le decía que era absolutamente riguroso, antipático. Ally ya se lo imaginaba parecido a esos jueces de concursos de televisión que gozaban de desalentar a los participantes. Un viejo gruñón al que nada le sorprendía.

- Como un escáner de rayos X - sonrió divertidísimo Giu, adivinando los pensamientos de la muchacha - no te preocupes querida, lo más difícil ya lo pasaste. Si le gustaste a Richard, le gustarás a Reynald.

- De todas maneras no deja de preocuparme...- pensó en voz alta - en fin, Giu, gracias por darme la genial noticia. Estaré puntual.

- Me encargaré de presentarte a Reynald, bella, estoy seguro que serás la número dieciséis. See you!

La número dieciséis. Hasta ahora solo eran quince los nombres que identificaban a la elite maison management. Ellos participaban en las campañas de las marcas más famosas y participaban en las semanas de la moda más importantes del mundo. Obviamente, no todo era por pura casualidad, habían pasado por la mirada escrutadora del presidente de la compañía que los había admitido en sus filas, después de haber peleado su lugar con cientos de jóvenes como ellos, hermosos y llenos de vida. Algunos tenían un estilo de vida bastante polémico, otros cumplían profesionalmente su trabajo. Una jungla con todo tipo de animales, pensó ally. Faltaba el último paso: caerle en gracia al señor-gruñón-nada-me-sorprende. Tendría que lograrlo a cualquier costo, no habría llegado hasta ese punto solo para ser despachada por donde entró, no señor. Ella era lo suficientemente fuerte, y además sabía lo que quería. Tendría ese contrato y su primera campaña o dejaría de llamarse Allysson.

Preparó cuidadosamente su outfit, en el maquillaje, puso especial cuidado en resaltar sus grandes e impresionantes ojos azules con tonos oscuros que los hicieran más profundos, sin exagerar, ya que era de día. Se presentó a la hora que le había indicado Giusseppe, volvió a pasar ante la mirada escrutadora de la rubia recepcionista y siguió su camino. Giu ya la estaba esperando, después de los saludos cordiales, y una que otra frase ingeniosa la condujo a la oficina del señor Reynald. La secretaria de éste los invitó a pasar y al fin pudo contemplar al todopoderoso hombre que gobernaba la firma.

TopModelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora