Desafíos

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Sean, conteniendo la preocupación y la furia, se acercó a observar; en el lugar no había nadie, pero rápidamente sus ojos captaron el movimiento leve de una cortina. Ciertamente, alguien había estado allí, y él sabía quién era, tenía la certeza. Sonrió levemente, sin que Helena lo notara. Iba a aclarar ciertos asuntos con la muchacha, quizá era una forma poco sutil de llamar su atención, que jovencita tan extraña. Que reflexiones más egocéntricas estaba teniendo.

Helena no medía el peligro, de otro modo no habría intentado continuar con los planes que tenía con Sean. No creía tener ningún problema haciendo lo que hacía, mientras disfrutara del poder de su hermano, ajeno a la mayoría de sus aventuras.

-                 No era nada cariño, olvídate de eso – susurró melosa acercando su boca al oído del muchacho – continuemos, que te he extrañado mucho.

Sean hizo una mueca de fastidio y apartó suavemente a la mujer.

-                 Por supuesto que no, pero ¿qué tal si realmente alguien estuviera aquí? – estaba molesto y a la vez intrigado por saber el motivo que había llevado a Allyson a espiarlos de ese modo – este juego es muy peligroso, no me gusta, no.

-                 ¿Quién podría estar aquí? – puso los ojos en blanco, ante la reticencia del muchacho – vamos querido, no seas soso y disfruta – se contoneó melosa ante él – oh Sean, vamos.

-                 ¿Quién? Helena ¿quién? ¡Cualquiera! – su enojo iba subiendo de nivel a cada instante – esto es una maldita empresa, ¡podría haber pasado cualquiera! ¡Desde el conserje hasta tu hermano, se acabó, suficiente por hoy!

Helena levantó las manos en señal de rendición, por algún motivo sean estaba imposible ese día y no satisfaría sus ganas de él. Probablemente su humor de perros desaparecería más tarde. Él nunca se había portado así con ella, quizá un poco receloso al principio, pero terminaba cediendo, quizá lo había intentado convencer en mal momento.

Depositando un breve beso sobre sus labios, se dio media vuelta y se marchó. Necesitaba hablar con su hermano luego de una larga ausencia, el estaría esperando muchas explicaciones y ella debía dárselas, dejaría sus líos con el modelo para después. Sean estaba absorto en sus pensamientos y ella debía dejarlo en paz hasta que estuviera dispuesto, luego…ya vería.

Allyson llegó casi sin aire al otro extremo del corredor. Había escapado por muy poco y por lo pronto la situación estaba salvada. En el momento más crítico se había escabullido por una pequeña rendija que  conducía hacia el pasillo. Sin embargo, estaba segura de que sean había detectado la presencia de alguien allí, y rogaba porque no pensara en ella al intentar detectar a algún sospechoso.

Poco a poco se fue regulando su respiración, y más tranquila se dispuso a poner en orden toda la información que había recibido de golpe momentos antes. ¿Cómo era posible, sean y la hermana de Reynald? Estaban juntos, ¿desde hace cuánto? ¿Era por ese motivo que él tenía inmunidad total ante su comportamiento totalmente inadecuado? ¿La quería de verdad, o solo era una estrategia de blindaje? Y ella, ¿lo quería a él? Ally notó que esas ultimas conclusiones la molestaban un poco, le parecía más coherente que él estuviera con ella por mera conveniencia, porque en realidad le lastimaba saber que el tenia ciertos sentimientos por aquella imponente mujer de ojos azules.

Un poco agobiada por el rumbo que estaban tomando sus pensamientos, se dirigió a la salida. Tenía suficiente por ese día y ya la reunión con su booker se había efectuado, nada más tenía que hacer allí, se dispuso a retocarse antes de salir cuando notó que había perdido algo: el broche que llevaba puesto no estaba, ¡rayos! Esperaba que no se hubiese perdido en el sitio que estaba pensando, y rogaba para que sean no se hubiera dado cuenta de ello. Salió preocupada de la habitación, pensando en ello. No vio a Giu hasta que estuvo a su lado y éste observaba curioso su mirada perdida.

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