El Casting

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-   Buenos días, vengo a ver al señor Giussepe Baggiotti – aseguró una nerviosa ally extendiéndole la tarjeta a la recepcionista, una rubia con cara de pocos amigos.

La recepcionista la miró de pies a cabeza. “otra modelo hueca”, pensó. Todas venían a buscar al señor Baggiotti aunque éste no las hubiera citado.

-          ¿Tiene cita? – le respondió poco amable.

-          Sí, me citó a esta hora.

-          Un momento, por favor voy a comunicarme. Tome asiento y espere.

Allyson se movía nerviosa en su asiento esperando que el tal Giuseppe apareciera y pudiera hacer lo que tenía que hacer. Ella de por sí era absolutamente impaciente, cuando deseaba algo, quería que se realizase en el acto. Absolutamente eso escapaba de su control muchas veces, e intentó convencerse que en ese mundo al menos, las reglas no las dictaba ella.Cerró los ojos y recordó las posturas que debía practicar en caso de que fuera una sesión de fotos, lo más importante era una postura natural que trasmitiera emociones a través del lente y ella era buena en eso.

Se tranquilizó y respiró profundo, con eso tenía para cinco minutos más. Pensó en todas cosas que estaban pasando en su vida y rogó porque todo fuera para bien, que pudiera obtener lo que deseaba con todo su corazón. Ya empezaba a inquietarse nuevamente, cuando la voz cansina de la rubia con cara de aburrimiento la interrumpió.

-          El señor te recibirá. Tercer piso, primera entrada.

-          Gracias – ally se dirigió entusiasmada al ascensor

“suerte muñeca, la necesitarás”. Susurró irónica la rubia artificial. Había visto miles de chicas que necesitaban una oportunidad, tan solo una, para vivir la vida que siempre habían soñado y no se imaginaban que la realidad estaba muy lejos de lo que pensaban. Olvidó a la chica y se dedicó a lo suyo, horas de horas concertando citas y recepcionando llamadas.

Allyson subió a la tercera planta, donde continuaba el desfile de buen gusto en la decoración y en los muebles. Imaginó que las cosas debían ser así porque precisamente ese era un sitio que debería reflejar belleza en todas partes, suspiró más nerviosa aun cuando un hombre rubio, de estatura mediana y con una actitud bastante disforzada apareció en la entrada.

-          Buon Giorno, ally!, soy Giu, director de casting; Mon me habló mucho de ti, adelante pequeña, pasa, no te quedes ahí – habló con una efusividad tal que ally se sintió mareada con las primeras palabras del hombre.

-          Gracias, mucho gusto, Mónica me dijo que usted había visto el book – casi susurró nerviosa, ingresando a la oficina.

-          Si, de hecho me parecieron geniales ¡excelente trabajo muchacha!, ahora bueno…vamos a ver, vamos a ver…me gusta bastante tu perfil, es multifacético, eso es lo que hace a una gran modelo, esa capacidad para trasmitir todas las emociones del mundo: sensualidad, amor, rabia, dolor, deseo, ganas de golpear a alguien también - exclamó guiñándole el ojo – lo cierto, mi querida ally, es que esta es una campaña importantísima para un cliente nuestro, que obviamente no desea ser decepcionado, sino…imagínate! Todas sus ventas se vendrían abajo y nosotros también ya que es importante para nosotros poder cumplir nuestros compromisos.

-          Claro, lo entiendo – trató de mostrarse empática aunque seguía nerviosa.

-          Bueno el punto es…- y esta vez golpeó el escritorio para añadir fuerza a sus palabras- que queremos un rostro fresco, juvenil, casi desconocido para esta nuestra firma; como comprenderás mi querida ally, las cosas no son fáciles en este mundo y tú tienes la pequeña estrella de contar con Mon como amiga; haremos una prueba de selección con unas cuantas aspirantes más. Obviamente, ally, te deseo toda la suerte del mundo y espero que puedas trabajar con nosotros. Solo quería hacer una presentación previa y conocer a la genial personita de la que me habló Mon, y vaya que acertó!

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