Pasé por mi casa a cambiarme y a arreglarme un poco.
Me eché máscara de pestañas waterproof y un poco de corrector, ya que, de no dormir mucho, tenia unas ojeras enormes.Estaba en mi habitación terminando de prepararme y comprobando que llevaba todo lo necesario en la bolsa de la playa, cuando sonó el timbre.
Abrí la puerta, y el el umbral me encontré a Noah. Creía que había llegado algo pronto, pues suelo llegar puntual a los sitios y aún no había acabado de prepararme.
Miré mi reloj y me sorprendí al ver que, efectivamente, eran las cinco en punto, justo a la hora que dijo que vendría.
– Vaya puntualidad — señalé.
– Siempre — contestó guiñando un ojo.
Nos quedamos un momento en silencio.
– Emmm... ¿Te apetece pasar? — dije para romper el silencio que había entre nosotros
– No te preocupes. Espero a que termines aquí.
En realidad ya había acabado, así que le dije
– Entonces, voy a por mis cosas y nos vamos.
– Vale.Así mismo, cogí mi capazo y salimos de casa.
El camino para llegar a la playa era muy corto, pero aún así fue un poco incómodo, hasta que Noah decidió romper el hielo.
– ¿Qué tal vas con el violín? — dijo mirando al suelo.
– ¿Quién te ha hablado de mi violín? — respondí un poco a la defensiva, no sabía que él supiera de mis aficiones. Hubo un silencio y me di cuenta de que había sido demasiado borde con él — Perdón por contestar así, es que me sorprendió un poco.Esbozó una sonrisa lateral.
– Tranquila, ya me he acostumbrado — dijo, ahora ampliando la sonrisa, mientras yo ponía un gesto de indignación ante su afirmación. — Fue tu padre — siguió— no para de hablar de ti. Debe de estar muy orgulloso.Eso sí que me sorprendió, teniendo en cuenta que no he sabido nada de él en muchos años.
Y por cierto, hasta donde yo sabía el tampoco de mí, como para poder estar "orgulloso".No le seguí la conversación y él pareció darse cuenta de que estaba incómoda, así que cambio de tema.
– Bueno, creo que deberíamos apurar un poco. Los demás deben de estarse preguntando dónde estamos.
– Sí, claro — respondí.Llegamos a la playa en cuestión de dos minutos, aproximadamente.
Estaban todos allí: Will en una toalla enorme que compartía con Maddie, Kim, perfeccionando su bronceado, que a estas alturas era perfecto, y Luca, jugando a voleibol con otros chicos en la red.
Cuando llegamos, Noah fue directo junto a su novia, y le dio un beso rápido en la boca.
Me quedé observándolos y me parecían muy adorables. Pero otra parte de mí, sintió un pinchazo en el estómago, como si me hubiesen apuñalado directamente con un arma.
Inmediatamente me sentí fatal por tener esa sensación en el cuerpo. No me podía pasar esto. O sea, yo no...
No me dio tiempo a seguir pensando, porque en cuanto me vio, Maddie salió corriendo a darme un abrazo.
– ¡Addie, has venido! ¡Qué bien! — dijo mientras me apretaba contra ella, y yo le devolvía el abrazo.
– Sí, siento no haber venido estos días, pero no tenía tiempo. — contesté.
– Ya nos dijo Luca... ¿Qué tal en el trabajo? Yo diría que mal si tienes que aguantar a ese todos los días...
— dijo mirando a Noah, que se sintió aparentemente ofendido.– Ehhhhh, pero si soy un amor— contestó con una sonrisa sarcástica.
Todos nos empezamos a reír, y fue después de eso cuando Maddie anunció muy emocionada:
– Tengo una cosa que deciros. — empezó dirigiéndose a Noah y a mí. Supuse que ya se lo habría contado al resto — Como mañana es mi cumple, me dejan por fin la casa sola para hacer una fiesta. — dijo pegando saltitos de emoción— Obviamente vais a venir, me da igual si sois unos aburridos trabajadores. Un día es un día.
– Claro que iré — dije entre risas.
– Y yo — contestó Noah.* * *
Volvimos de la playa sobre las nueve y media, porque ya empezaba a hacer frío.
Noah se ofreció otra vez a acompañarme, y, aunque no estaba muy de acuerdo con esa idea, acabé aceptando a regañadientes.
El camino de vuelta fue más agradable que el de ida, aunque yo seguía teniendo y que no podía guardarme más.
– En serio, ¿ qué te dijo mi padre sobre mí
– ¿De verdad importa? — contestó
– Por supuesto que sí, es mi padre. — espeté
– Pues no me dijo mucho, simplemente que estaba muy orgulloso de ti y que sentía no haber estado ahí para ti.No me lo podía creer.
– Ya, claro. Seguro que lo siente muchísimo, él...
No pude continuar porque él me cortó.– Addie, de verdad que lo decía en serio. Lo conozco.
– Sí lo conoces muchísimo — dije en un tono sarcástico.Se volvió a hacer otro silencio, hasta que él, cambió de tema radicalmente.
– ¿Te puedo llevar a un sitio?
Me sorprendí un poco, pero respondí:
– Claro, ¿dónde?
No me respondió.
Se limitó a cogerme del brazo y echamos a correr.Su mano, que estaba en mi codo, se fue deslizando por mi brazo hasta que llegó a mi mano, que apretó firmemente, sin frenar el ritmo.
Menos mal que aquel sitio no estaba lejos, porque cuando me soltó y nos paramos, no podía más.
– ¿ Por qué corríamos? — pregunté jadeando. Aún no me había recuperado de la carrera.
– Porque no quiero que te lo pierdas.– ¿El qu...
No me dejó terminar otra vez, y me volvió a agarrar de la mano, esta vez para llevarme adentro de un faro que se situaba a unos diez metros, y que parecía abandonado.Llegamos y sin decir una sola palabra subimos las escaleras apresuradamente hasta llegar arriba de todo.
Salimos a la parte exterior y me quedé con la boca abierta.
Delante de nosotros había el atardecer más bonito que había visto en mi vida.
El sol estaba perfectamente encajado con el océano que se encontraba delante de nosotros.
Era precioso.
– No quería que te lo perdieras — me dijo con una sonrisa.
– Dios, Noah, es... alucinante.Me giré ante él y por un momento creí que el mundo estaba parado.
Él pareció pensar lo mismo, por lo que decidió apartar la mirada antes de que fuese demasiado tarde y el mundo se parase por completo.
Hubo otro silencio más (uno más para la colección) y dije– Creo que debería irme, mi padre me está esperando en casa.
– Sí, claro. Yo también.
– Bien, pues... ¿te veo mañana?
– Sí, sí — contestóMe fui a casa y cuando llegué me metí en la cama. No podía más
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Lluvia de estrellas ( Candela Bande)
RomanceAdeline tiene que pasar el verano con su padre, obligada por su madre. Allí, en el tiempo que le queda cuando no está ensayando para entrar en la orquesta de sus sueños como primera violinista, conocerá lo que es enamorarse, bajo una lluvia de estre...