Narra Azusa
Decir que estoy sorprendida es poco, no sé desde cuando mi pequeña se volvio independiente; pero tampoco quise preguntar, sabía que ella quería irse con los chicos así que los fuimos a dejar a la estación; cuando llegamos, Elena nos advirtió que estuviéramos cuidado al volver para guardar nuestras cosas y que no mencionáramos nada durante ese proceso a lo que asentimos. El tren estaba por partir, pero la azabache nos abrazó con fuerza diciendo a nuestros oídos ustedes siempre serán mis padres nunca lo olviden; correspondimos el abrazo con cariño y la despedimos mientras subía al metro.
Estuvimos ahí por un rato hasta que perdimos el tren de vista, estaba nerviosa por lo ocurrido, sin embargo, sé que Amuro-san guarda secretos, y Elena lo confirmó al mencionar que había un agente en la casa; no iba a cuestionar nada por el momento, si no me dice la verdad es porque puede ser peligroso. Cuando llevamos a casa, fuimos a nuestras habitaciones y guardamos algunas cosas; no recogimos ropa, ya que un mensaje que recibimos de Elena, nos especificaba que en aquella casa teníamos practicamente todo; por lo tanto, solo fuimos a dejar una nota de agradecimiento con el dinero del pago del mes y fuimos a descansar en un hotel. En la mañana, tomamos el primer tren con destino a Shibuya, seguía inquieta por lo ocurrido la noche anterior, no iba a hacer preguntas sobre las cosas que dijo Elena, sin embargo, escuche a mi compañero suspirar, lo que me hizo elevar mi vista para poder ver a mi contrario.
- Debes tener muchas preguntas, como dijo Elena soy un agente de policía, estoy en una misión peligrosa y por eso tengo una identidad falsa para mantener a salvo a mis cercanos; por lo visto Elena se dio cuenta que te estaba poniendo en peligro y consiguió esa casa - comentó sin mirarme
- Tranquilo, hasta ahora no ha pasado nada malo, no haré preguntas para que no te incomodes, pero... ¿Estás bien contándome esto? - indagué nerviosa
- No quiero seguir mintiendo te, mi nombre es Rei Furuya, pertenezco al cuerpo de seguridad pública y quiero protegerte - dijo mientras sostenía mis manos
Lo veía con una sonrisa calida, comprendía el miedo que sentía en estos momentos, ya que yo también estoy asustada y no quiero que les pase nada a estos dos; me acerqué a él y lo abracé logrando que se calmará un poco. Pasados algunos minutos, sentí como se relajó por completo, pero había algo que me dio curiosidad; Kenji solía hablarme de sus amigos y siempre tenía anecdotas de un tal Hiro y Zero en ningún momento me había dicho sus nombres.
- Por curiosidad, ¿tenías amigos en la academía? - Sentí como se tensaba por lo que decidí mencionar - No tienes que responder si no quieres, es solo..... Que mi hermano solía hablarme de sus compañeros; nunca los conocí en persona, pero se notaba feliz cuando hablaba de ellos
- Sí tuve compañeros, Pero .... Ellos murieron - escuchar eso me rompió el corazón, y más al recordar que mi hermano murió en cumplimiento del deber - Dime como se llama tu hermano
- Su nombre era Kenji, él.... Murió en cumplimiento del deber - dije en un hilo de voz, aún me dolía recordar eso
- ¿Hagiwara Kenji? - cuestionó sorprendido, pero más me sorprendí yo al saber que lo conocía
El rubio me miraba expectante, por lo que asentí; ambos decidimos ir a visitar la tumba de mi hermano a penas llegáramos a Shibuya. Al llegar a la estación, fuimos a una cafetería para almorzar; luego de comer, fuimos a la dirección en la que se encontraba la casa que Elena había comprado para nosotros; sin embargo, sentía que conocía esa dirección, al llegar, no podía con la sorpresa de estar frente a la casa de mi difunto hermano.
Narra Elena
Cuando llegamos a Ekoda, nos dirigimos a casa de Aoko para comer algo; seguía un poco molesta y los chicos lo sabían ya que iba callada, podía notar la incomodidad en ellos, pero ninguno se atrevía a decir algo; no fue hasta llegar a uno de los supermercados que el castaño quiso aligerar el ambiente con algunos de sus trucos. Debo admitir que sus trucos me alegraron, pero pude notar que Kaito se había tensado por la presencia de aquel hombre en casa; por lo que supuse que lo conocía de algún lado, aunque por la forma en la que reaccionó me hizo entender que era un criminal.
Al llegar a casa de Aoko, me dirigí a la cocina para ayudarla con la cena mientras que los chicos nos esperaban en la sala; desde dónde estábamos podíamos escuchar la discusión que tenían.
- ¿Cuándo dejaras ese tema?, ya te dije que no soy Kid - vaya por lo visto Hakuba-san lo tiene en la mira
Reí un poco por la discusión de esos dos causando que Aoko se relajará un poco, cuando acabamos la cena, servimos para así detener la inasistencia del rubio con el tema de Kid; comimos con tranquilidad entre bromas y risas. Luego de comer fui con Kaito a su casa, desde pequeña solía quedarme en casa del castaño, por alguna razón, me quedaba pocas veces en casa de Aoko, era como si sintiera a alguien acercarme en la noche, y no es que me de miedo, sino que no puedo darme el lujo de permitir que a ellos les pase algo. No se por qué, pero siento que esta noche será larga; no sé quién sea, pero siento que alguien me observa y estoy segura que no es Kaito; ya que este me aprecia demasiado, a pesar de ser pervertido es respetuoso conmigo.
Mientras me daba un baño, me puse a pensar en ¿qué está pasando? ¿Por qué esas personas aparecieron ahora? Estoy más que segura que la señora que fue diciendo ser mi madre biologica era una farsante, y ese hombre no me daba buena espina ¿quiénes son ellos? Y ¿Qué quieren de mí? Esas y más preguntas me invadían, sin embargo, lo más extraño fue lo que encontré en mi habitación; al volver al cuarto con la pijama puesta, encima de la cama encontré una flor; por un momento pensé que Kaito la pudo haber dejado, pero él me hubiera dejado una rosa roja, no una margarita; definitivamente algo estaba pasando y no era bueno.
Narra Kaito
Sigo procesando la noticia que nos dio Elena, de seguro no fue fácil para ella enterarse de la verdad; pero aún así, me sorprende que reaccionará de manera cortante con su madre biológica. Aunque dejando eso de lado, tengo que hablar con ella sobre Kid, además, de intentar mantenerla lejos de esos hombres; me dirigí a su cuarto, y antes de poder dar el primer golpe, la azabache abrió la puerta con una margarita en la mano ¿quién se la dio? Me cuestioné internamente un poco molesto ¿quién quiere arrebatarme a mi chica?
- Por tu expresión mi suposición es correcta, tú no la dejaste en la cama - comentó
- Si te voy a dejar una flor en la cama sería una rosa o hasta un ramo, pero nunca una margarita - expresé molesto
- Eso lo sé cariño - susurró a mi oído provocando que me estremeciera, y mientras acariciaba mi cabello comentó - hay que cuidar nuestros pasos y tú más que nadie mi ladrón fantasma
- ¿qué harás con esa flor? - intenté sonar tranquilo, pero por lo visto no lo conseguí
- Averiguar quién es el remitente, porque no creo que sea normal que una flor aparezca por arte de magia en el cuarto, además, nadie me alejaría de ti mi mago celoso - está chica es hermosa, sin embargo, me avergüenza que me vea de ese modo
Después de ese momento incómodo, fuimos a dormir; sin embargo, no podía conciliar el sueño; era como si algo malo fuera a pasar. Por seguridad decidí colocar cámaras ocultas, así sabré quien dejó la margarita en el cuarto de mi chica; sólo espero que Snake no sé entere de ella o intentará lastimar la para destruir a Kid.
Elena juró que te protegeré aunque me cueste la vida es una promesa
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La hija de Rei Furuya
RandomFuruya volvía a casa después de haber perdido a su mejor amigo, estaba frustrado al no poder salvarlo; en el camino escuchó el llanto de un bebé, sin pensarlo se adentró al callejón del que provenía aquellos sollozos; encontrando a una bebé recién n...