Katia tardó un poco menos de cuatro horas en atravesar el Centro de California y llegar al limite de los Bosques de las Montañas. Mantuvo el acelerador todo el tiempo.
Katia, exhalo bruscamente cuando el pavimento en la carretera cambió, haciéndose más rudo, con poco mantenimiento. Sus faros se encendieron cuando la última luz fue tragada por la enorme pared de imponentes árboles.Su estómago se retorció en nudos, el miedo arraigado causó que la agria bilis burbujeara en su garganta. Katia la tragó. No importaba cuán asustada estuviera, no podía volver atrás. Ahora no.
No cuando Craig y sus hombres estaban detrás de ella. No tenía ni idea de lo cerca que estaban. Tal vez cincuenta millas atrás, tal vez solo un cuarto de milla. En este sinuoso camino de dos carriles, no había forma de saberlo con certeza. Todo lo que sabía era que estaban en algún lugar buscándola.
El bastardo había seguido llamándola cada hora como un reloj para decirle eso.Katia no había contestado, por supuesto. No era masoquista. Lo último que necesitaba era hablar con el hombre que quería asesinarla.
Pero había escuchado sus mensajes de voz. No había podido evitarlo.
Una parte de ella seguía esperando que Craig soltara alguna pista y le hiciera saber cuánta ventaja había logrado obtener, pero, como siempre, Craig no estaba satisfecho.
Su tono había cambiado mucho de una hora a otra. Algunos mensajes habían sido dulces, asegurándole que todo era un gran malentendido. Que sus ojos le habían jugado una mala pasada. Que si solo hablaban cara a cara, podría explicárselo todo. En otros, él se había burlado, diciéndole que iría a por ella. Que sabía cómo rastrear su coche a través de su GPS interno. Que no tenía sentido correr, y que si se detenía y rogaba perdón, él podría no matarla.
Podría no hacerlo.Katia no creía nada. Sabía que si quitaba el pie del acelerador por un segundo, terminaría igual que ese pobre hombre de vuelta en el almacén de Craig, extendido por el suelo con una bala en la parte posterior de su cráneo.
Así que continuó, rezando para poder llegar al bar de Evander antes que Craig. Rezando para que cuando llegara allí encontrara el Alfa que estaba buscando. Y, por supuesto, rezando para que, cuando lo conociera, no quisiera...
Katia se estremeció. Se negaba a seguir ese último pensamiento hasta el final.
Aun así, Dios no podía responder a una oración que no podía escuchar.
Apretó con fuerza el volante y se mordió el labio mientras doblaba la siguiente curva pronunciada del camino.⸻Por favor, Dios, no me dejes ser un omega -susurró.
No era la oración más elocuente, pero tenía que ser la más sincera.
No es que importara, pensó con tristeza. Si Dios era real, tenía que escuchar esa oración diariamente de mujeres de todo el mundo.
Y al menos parte del tiempo, no respondía. Katia nunca pensó que tendría que poner a prueba su verdadera naturaleza. Al igual que la gran mayoría de la población, nunca había soñado con abandonar la seguridad del acero y el hormigón de las áreas urbanas.Nunca había visto el bosque. No en persona, al menos. Al igual que todos los demás, solo había visto fotos de árboles y montañas. Los conocía como imágenes en revistas o imágenes en pantallas de televisión.
No eran reales. Pero el paisaje que atravesaba ahora era demasiado real. No tenía ni idea de que los árboles pudieran crecer tan altos y densos que bloquearan el cielo. Que había lugares donde el follaje era tan grueso que no podías ver más de un par de pies delante de ti. Que había tantos tonos de verde.
La belleza era abrumadora... y aterradora.Daría cualquier cosa por estar de vuelta en casa, en su vecindario poco notable, mirando las hileras de casas que parecían todas iguales.
Claro, era aburrido, pero era familiar. Era donde pertenecía. Con todas las demás personas normales.
Todos los otros betas.
Katia nunca había pensado mucho en la vida fuera de la ciudad. La mayoría de la gente no lo hacía. Ahí era donde vivías tu vida. Ahí era donde criabas a tus hijos. Ahí era donde envejecías y morías.
No quería morir en el maldito bosque.
Katia sacudió el pensamiento de su cabeza. Se negaba a pensar así.
Estaría bien. Iba a escapar de Craig. Iba a encontrar a ese Kai. Él iba a ayudarla, y ella iba a ser total y completamente normal.
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°Kai° "Finalizada"
Werewolf...Ninguna mujer viaja voluntariamente a los Bosques de las Montañas. Es donde ellos están: los alfas. Se mantienen solos en su tierra salvaje, y la civilización beta sabe mantener su distancia. Especialmente las mujeres beta... por miedo a que no...