⸻Estoy aquí para denunciar un asesinato.
La voz de Katia Byrne tembló cuando dijo las palabras. El oficial en el escritorio de la policía de Sacramento levantó la vista de su montón de documentos. Sus ojos se encontraron con los de ella a través de la gruesa barrera de vidrio a prueba de balas, durante una fracción de segundo antes de volver a bajar.
⸻Habla ⸻gruñó por el micrófono.
⸻Un asesinato —repitió, más fuerte esta vez—. Acabo de presenciar un...
Sus palabras se desvanecieron. No pudo volver a decirlo. Había alcanzado su límite.
La cabeza del oficial volvió a levantarse.⸻¿Fuiste testigo de un asesinato? ——Katia asintió con la cabeza.
⸻Mi prometido. Él... él...
⸻¿Él fue asesinado? —intentó ayudar el oficial. Katia sacudió la cabeza.
⸻No. Mató a un hombre.
Las palabras se sintieron extrañas en su boca. Una parte de ella no quería creer que fuera verdad. Incluso después de todo lo que había visto.
Incluso después de presenciar a Craig presionar el arma contra la parte posterior de la cabeza de ese pobre hombre y apretar el...
No.
Luchó para apartar la imagen, pero fue inútil. No importaba cuánto intentara escapar del recuerdo, la ensangrentada escena seguía repitiéndose una y otra vez en su mente. Era un milagro que hubiera podido mantenerse unida el tiempo suficiente para huir del almacén de Craig y llegar a la estación de policía.
Ahora, sin el muro de adrenalina y la pura voluntad de mantenerlo a raya, la realidad se apresuró a tragársela por completo.
El mundo se inclinó bajo los pies de Katia. Una niebla negra rodó desde el lado de su visión. Alcanzó el borde del mostrador, pero sus dedos se deslizaron. Sus rodillas cedieron debajo suyo y cayó al suelo.
Dos policías uniformados salieron corriendo por la puerta para ayudarla a levantarse del suelo. Katia solo era vagamente consciente de que la ayudaban a ponerse de pie y la llevaban por un pasillo a una habitación pequeña.
Uno de ellos tomó su nombre e información personal, luego le dijo que los detectives hablarían con ella en breve. La otra policía, una mujer oficial con una sonrisa amable, se quedó a su lado.⸻Estará bien —dijo la mujer, acariciando su mano—. Vamos a cuidar de ti.
Cuidar de ella.
Esa era la promesa que Craig había hecho. Le había dicho que la amaría y protegería. Que quería construir una vida con ella. Una familia.
Luego había visto cómo él mataba a un hombre a sangre fría... justo antes de que intentara hacerle lo mismo.Katia contuvo las lágrimas cuando unos minutos más tarde dos hombres jóvenes con traje entraron a la habitación. Le dieron la misma sonrisa practicada que no llegaba a sus ojos. Katia agradeció el esfuerzo, pero se sentía demasiado rota para volver a recomponerse con un simple gesto.
⸻Hola. Mi nombre es Detective Talbot —dijo el más alto antes de gesticular sobre su hombro
—. Este es mi compañero, el detective Crosby.
Nos dijeron que estaba aquí para denunciar un asesinato.Katia asintió con la cabeza.
⸻Mi prometido. Lo vi di... —Las palabras se alojaron en mi garganta.
Después de un suspiro, me recompuse y lo intenté nuevamente —. Lo vi disparar a un hombre en la parte posterior de la cabeza.⸻¿Y dónde fue testigo de eso?
⸻Abajo en el puerto —dijo—. En el almacén de Mathieson.
Los detectives se dispararon una mirada entrecerrada. El más alto de los dos metió lentamente su delgada libreta en el bolsillo del pecho.
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°Kai° "Finalizada"
Hombres Lobo...Ninguna mujer viaja voluntariamente a los Bosques de las Montañas. Es donde ellos están: los alfas. Se mantienen solos en su tierra salvaje, y la civilización beta sabe mantener su distancia. Especialmente las mujeres beta... por miedo a que no...