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- Mamá, ¿Has visto mi bolsa? La había dejado aquí - incluso si la casa está en silencio mi madre no me mira y se que en realidad no está despierta, sino en una mezcla entre la vigilia y el sueño en el que duerme con los ojos abiertos, le toco el hombro con cuidado hasta que agita la cabeza lentamente y se gira a mirarme asustada - No te preocupes, solo ha sido un sueño, estamos en casa.

- Lo siento, no pretendía quedarme dormida, últimamente como no puedo salir al bosque, me aburro, y como no puedo pasarme por el Quemador... -

El Quemador era un mercado negro antaño, mi madre me dijo que hace años, antes de la revolución, ardió hasta los cimientos pero que lo volvieron a reconstruir después, ahora como ya no es ilegal ni la caza ni la venta de alcohol ya no hace falta un mercado negro, así que es un mercado normal y corriente.

- Si no hubieses decidido que no estás tan mayor como realmente estás, y no hubieses saltado de esa rama ahora podrías estar cazando - Mamá se partió el pie hace un par de días por ir por el bosque haciendo el cabra.

- Oye, ¿No me estarás llamando vieja no? -

- No, no, ¿Cómo osas pensar eso de mi? De tu propia hija - dramatizo poniéndome una mano en el pecho como si me hubiese hecho daño en el corazón.

- Eres igual de dramática que tu padre - rio mientras ella rueda los ojos y continúa cosiendo el pantalón con el que se había dormido en la mano - Tu mochila está en la cocina, al lado de tu ropa nueva y de los libros que necesitas, aunque aun no tengo claro si que vayas al Capitolio me hace mucha gracia...

- Katniss, ya lo hemos hablado, es el mejor colegio de todos los distritos y tenemos la oportunidad de llevarla allí - papá siempre ha sabido como llevar a mamá, incluso cuando parece estar completamente fuera de si - Además, Effie la acogerá con gusto y de ella si que nos fiamos -

- Effie... deberíamos invitarla a pasar un fin de semana aquí de nuevo, hace mucho que no la vemos -

Como ya están hablando de cosas suyas yo decido que es hora de largarme así que cojo de la cocina la mochila, mis libros y la ropa nueva y subo a mi cuarto.

- Cinna, ¡¿Cuantas veces tengo que decirte que no entres a mi cuarto?! Mañaco irrespetuoso, esta es mi privacidad, yo no entro a tu habitación cuando me da la gana-

-¡No es justo que tu tengas la habitación más grande y con más ventanas de la casa! Necesito luz para dibujar -

- Me da igual lo que necesites, fuera - hago que se levante de mi escritorio y lo empujo hasta el pasillo cerrando la puerta de golpe - Mocoso - murmuro entre dientes dejando las cosas encima de la cama.

La semana que viene empezaré en un internado en las afueras del Capitolio, no estoy nerviosa, he estado en el Capitolio muchas veces visitando a Effie, una antigua amiga de mis padres, que es con quien me quedaré esta semana hasta que empiece. Viajar en tren tampoco me supone un problema, y estoy deseando ver a la abuela, hace meses que no la veo.

Mientras me preparo la maleta me doy cuenta de las pocas pertenencias que tengo, además del uniforme meto en la maleta un par de pantalones y unas camisetas, un peluche de un cerdito que tengo desde que tengo memoria y el collar con el sinsajo que me dio mi madre cuando cumplí los 5 años, nunca me separo de él. Mi madre ya me explicó lo que significa el sinsajo para la gente así que procuro esconderlo debajo de la camiseta, por lo que pueda pasar.

Antes de que me de cuenta ya estoy en el vagón de tren dejando mi maleta mientras mi madre me arregla la camisa que llevo.

- Se te ve la cola, patito - murmura con una pequeña sonrisa triste mientras mete la parte de atrás de mi camisa dentro de los pantalones.

Ascuas (Los Juegos del Hambre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora