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Gale Junior Hawthorne me saca dos cabezas y es como dos yo de ancho, la última vez que lo vi le llegaba por la cadera a su padre y temblaba de miedo cada vez que veía sangre humana. Antiguamente lo llamábamos Junior, pero desde que a mi tío Gale lo ascendieron a Comandante todo el mundo lo llama por el apellido, así que Junior pasó a ser Gale.

Nos criamos prácticamente juntos de los 2 a los 10 años, y cuando dejaron de venir fue papá el encargado de explicarme el por qué a mamá se le dificultaba tanto mirar al Tío Hawthorne a la cara. Nunca conocí a mi tía pero desde entonces un pequeño regusto a rencor me sube por la garganta cada vez que lo pienso. Sin embargo Gale no ha cambiado nada, sigue teniendo la misma cara de diablo y aunque ha triplicado su tamaño estoy segura de que el niño travieso sigue ahí.

Me alegro de que mamá eligiese a papá, no me quedaría nada bien esa nariz.

- Vaya Everdeen, aun no hemos llegado al distrito 2 y ya has causado problemas, debe ser un nuevo record - su tono de burla hace que me ponga a la defensiva no se por qué.

- Yo no he causado ningún problema, y no he pedido tu ayuda, puedo apañarmelas solita - bufo enfadada.

- Veo que la edad no te ha hecho más manejable - aunque noto un deje de enfado en su voz sus ojos me miran con curiosidad, como mi madre cuando espera a que un ciervo esté demasiado despistado para detectar su olor entre la maleza, o cuando papá observa en silencio como Cinna glasea un pastel con la misma técnica que a él le costó años desarrollar. Puedo ver en su mirada que se divierte con mi comportamiento.

- Y yo veo que el distrito 3 no ha hecho que tus neuronas hagan sinapsis entre ellas - nos quedamos mirándonos unos segundos hasta que yo no puedo reprimir una pequeña sonrisa y él se echa a reír con tranquilidad.

- Ay, Everdeen no has cambiado ni un poquito, me alegro, temía no tener a nadie interesante con quien charlar - rodea mis hombros con su brazo y rápidamente termino sentada delante de unas niñas de primero que no dejan de reírse y mirar a Gale.

Mi apellido es Melark-Everdeen, mis padres quisieron conservar ambos, pero todo el mundo opina que lo único que he heredado de mi padre son sus ojos azules, así que la mayoría de personas me llaman por el apellido de mi madre, creo que algunos lo hacen pensado que de verdad es mi único apellido.

Papá insistió en que pusieran el apellido de mamá primero, Everdeen-Melark, pero mamá tuvo una crisis sobre cómo apellidarnos Everdeen nos causaría más males que beneficios. Tampoco se equivocaba, solo he estado en presencia de niños del 13 en dos ocasiones, y en la primera todos me trataban bien hasta que descubrieron mis apellidos. Al parecer en el 13 siguen un poco resentidos con mi madre, pero tampoco pueden quejarse, la presidenta Paylor cumple a la perfección con su papel, no se quien era esa tal Coin, pero si mamá vio prudente matarla, por algo sería.

Los dos últimos distritos que quedan son en donde más gente se sube, el vagón de primero se llena abruptamente y al girarme me doy cuenta que solo queda un sitio vacío, que raro, en teoría debería estar lleno antes de llegar al Capitolio.

Le resto importancia porque a mi que el tren esté lleno o vacío me da exactamente igual, tan igual como la pava conversación que está teniendo Gale con las chicas que tenemos sentadas delante, tienen un acento estúpido, pero si yo llevase un vestido rosa de lacitos y el pelo trenzado de esa forma también tendría un acento estúpido.

Cuando quedan 15 minutos para llegar descubro que las dos personas con las que habla Gale son del distrito 2, eso explica el acento y las pintas que llevan.

Al final del vagón puedo oír a Finn, a la tal Alana y a unas cuantas voces más reírse, por lo que se Finn no debería estar en este vagón, pero que más da.

Ascuas (Los Juegos del Hambre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora