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La castaña le estaba dando un último retoque a su maquillaje, quería asegurarse de que se vería perfecta aunque realmente siempre lo hacía.

Amaba ser femenina, que el color favorito fuera el rosado, noches de chicas y su prenda favorita, falda por supuesto. La tranquilidad de su cuarto se vio invadida por la puerta que fue abierta por su rubio hermano.

-¿Por qué estás tan arreglada? Hay fiesta y no avisaste? -La chica rodo sus ojos mientras veía por el reflejo de su espejo como su hermano se sentaba en la cama matrimonial

-En primera: toca antes de entrar y en segunda: que te importa. -la chica fue a buscar la bolsa perfecta mientras veía la hora en su teléfono.

-Tendras una cita. Mira que si toca el claxon ya no tiene mi aprobación

-Clay deja de meterte en mi vida, yo no te cuestiono que haces, con quién sales o que no haces- el timbre de la casa resonó en todo el lugar, una sonrisa en su rostro se dibujo para luego de unos segundos un mensaje en su pantalla se mostrará

"Ya llegué, bonita"

-Ya me voy- tomo una Padra clásica de color negro, metió lo escencial y abrió la puerta de su cuarto.

Bajo tan rápido cómo pudo escuchando los pasos de su hermano atrás de ella, cuando llegó al salón y vio a Alexis sentado en uno de los sofás. Venía bastante guapo y claramente tenía puntos extras ante su valentía al vestirse.

Llevaba una camisa negra de vestir, relucía su cruz dorada en el cuello, un pantalón de mezclilla, unos Jordan con detalles en rojo y  una chaqueta de cuero que reposaba en sus piernas. Soltó su teléfono cuando escucho el tacón de la chica resonar por el lugar.

Ella también iba bastante linda. Un vestido blanco pegado, hacia que su figura se hiciera notar. El maquillaje era sencillo pero no pasaba desapercibida, el cabello un tanto rizado y unos tacones negros que hacían juego con su bolso.

-Alexis...te vez muy bien- la castaña le ofreció una sonrisa, sabía que su hermano estaba recargado cerca de las escaleras admirando toda la escena

-Aurora, tu también- inmediatamente se levantó del sofá, tomo la mano derecha de la chica y dejo un casto beso en el dorso de su mano- nos vamos?

-No, no se pueden ir-  la pelinegra suspiro tratando de no perder la paciencia, volteo a ver a Clay- Tienes que traerla a la media noche.

Cigarettes - Quackity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora