-19 años, la famosa etapa de oro y donde todos te presionan por saber a que dedicaras tu vida, aquella edad donde descubres que es lo que te gusta en verdad y donde conoces al famoso "Amor juvenil". Pero no contaban con que era un lugar lleno de jer...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La cena había terminado "bien", solo platicas entre sus padres y poco ponerse al día con los temas de sus hijos.
Los Wastaken se despidieron de la familia amiga para luego cerrar la gran puerta, el padre de los dos chicos volteo y miro directamente a los ojos de su hija.
-Lay, me puedes explicar ¿Dónde estabas?- el señor alto, de ojos de color y pelo rubio tomaba una copa de vino tinto mientras cuestionaba a su hija
-Estaba en una cita, de saber que llegarías hoy no aceptaba la invitación -hablo como si nada, estaba indispuesta a seguir el juego de su padre
-¿Cita? Tu y Nick deberían estar como novios ya, fue un acuerdo que desde años está- la chica rodo los ojos, otra vez con ese tema, pensaba que ya había quedado en el pasado
-Por Dios! Pensé que ya habían dejado esa tontería, Nick no está interesado en mi y yo muchísimo menos. -sus ojos se dirigieron a los ojos de su hermano buscando ayuda
-Papá, yo creo que deberías de olvidarte de ese tema, Aurora puede sola, no necesita a nadie -ahora fue el rubio quien hablo, buscando un poco de compasión para su hermana
-Si no necesitará a nadie no iría a citas ¿No?
-Que vaya a una cita no significa que necesite de alguien. Además no entiendo tu enojo, mamá y tu se enamoraron, ella no querría esto para nosotros -la chica se quitó los tacones para estar más cómoda
-Me voy a dormir, pelear contigo me agota. Ojalá un día seas igual que tú hermano. -El de mayor edad subió las escaleras con la copa de vino en la mano. La chica suspiro tratando de no darle tanta importancia, pronto se iría a otro lugar y dejaría de preocuparse por el
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¿Y esos lentes? No tomaste mucho vino el día de ayer - Laila le cuestionaba a su amiga los lentes de sol
-Me emborrache sola en mi cuarto, ya sabes otro sermón de papá, pero no importa- se quitó los lentes para dejarlos en el casillero
-Chicas! - su amiga pelinegra llegó agitada -pense que se me haría tarde, pero llegué a tiempo. -abrio su casillero dejado todas sus cosas para luego mirar a sus amigas - Uy ¿Y esa cara? No me digas! Adivinare -cerro sus ojos mientras cerraba su casillero, los abrió de golpe y sonrió ligeramente - Tu papá regreso -al ver qué Aurora asentía chasqueo la lengua - Lo sabía, esas caritas siempre las delatan
