Quizás no te gustan porque te recuerdan a ti, Narciso

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Después de algunos encuentros al azar con Elliott, con la idea de cultivar una relación pronto, Oliver decidió hacerle un regalo. Recién comenzaba a limpiar y preparar el suelo para sembrar en la granja así que no tenía mucho para ofrecer. Contempló sus opciones, lo más bonito y adecuado para un regalo, también un poco cursi, eran los narcisos, con ilusión apartó el más bonito para dárselo a Elliott en cuanto lo viera.

La playa era el lugar más seguro, lo encontró en el puente sobre el rio, está mirando reflexivamente el agua, la brisa movía su melena rojiza dándole un aura tan magnifica que Oliver tuvo que tomar una larga bocanada de aliento antes de aproximarse. Se saludaron cortésmente como el primer día. Oliver le ofreció la flor sin mucha ceremonia, y vio el semblante de Elliott cambiar, el desagrado estaba pintado en su rostro, una mueca que el castaño no esperaba ver, mucho menos tan pronto y bajo esas circunstancias.

—Hmm... No me gusta demasiado, que digamos— Elliott no pudo retener las palabras antes de que salieran de su boca, aun inconsciente de la expresión en su rostro y del efecto que tuvo en Oliver. Ni siquiera tomó la flor.

—Oh, ya veo— el chico trató de sonreír y no lucir demasiado herido, cruzó los brazos para abrazarse con nerviosismo y desvió la mirada. Apretando la flor, tragando el nudo en su garganta y la punzada en su corazón— bueno eh... tengo que irme, ya sabes cosas de granja jeje.

Ni siquiera espero a que el otro respondiera y salió del puerto tan rápido como sus cortas piernas se lo permitieron. Al verlo marchar, Elliot fue consciente de la cara que seguramente puso y de cómo sus palabras pudieron ser interpretadas, sintió la necesidad de explicarse, que lo que le desagradaba en realidad era la flor no el gesto.

Oliver no tenía forma de saber que no le gustaban los narcisos, recién habían compartido más que dos conversaciones, necesitaba disculparse lo antes posible.

A pesar de que llevaba un tiempo en el pueblo, su amistad con Lea y Willy era más una consecuencia de la proximidad en lugar de algo intencionado. Willy era prácticamente su vecino y acercó a Lea por qué su casa/taller está junto al río que frecuentaba en verano.

Sentía que no encajaba con los jóvenes como Sam o Sebastián, Shane y Harvey eran más próximos en edad, pero el primero tenía muy mala actitud y el segundo estaba demasiado ocupado con la clínica.

Oliver intentó acercarse a él, no podía ser tan déspota con una posible amistad. Al menos debía intentarlo.

El romance de Oliver y ElliottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora