Llegamos a un restaurante lindo, era lindo y cálido, nada igual a la frialdad de la casa llena de humedad.
-Ok mira se que es raro porque a penas te conozco y solo se tu nombre pero me gustas bonita y no digo que seamos novias ahora pero quiero conocerte -agregó una sonrisa linda tomando un menú rápidamente para cubrir su cara apenada.
Algo confundida y con mis nervios al mil solo miré el suelo, sabía que algo estaba haciendo mal, que tal si atenea salía y no me veía, o peor mandaba a la policía por mi, ella vendría por mi.
Me levanté asustada y solo me miró aún más apenada, no sabía que hacer, un sentimiento tan horrible y denso me retenía a estar con ella, con atenea.
—Lo siento, yo... Creo que debo irme.
—Pero acabamos de llegar.
—lo se yo... ¿Donde vives?
Desconcentrada e ilusa anotó su dirección y numero en la servilleta decorada del restaurante.
—Te buscaré.
Sabía que no podía pasar mucho tiempo lejos de ella asi que corri y corri entre el aire frío que llenaba mis pulmones del qire helado hasta llegar donde estaba atenea, en el marco de la puerta sola con un cigarro entre sus labios me miró enojada y aliviada a su vez.
—No puedes vivir sin mi, ¿verdad pequeña idiota?
Con toda la fuerza que estaba en mi debil cortada y fría mano la abofetee tirandole el cigarro al suelo.
–Ya no sere más tu idiota.
–¡¿Qué te pasa?!– gritó llamando la atención de los otros en el lugar.
El temor se volvió a apoderar de mi cuerpo y me hice dos pasos para atrás, estaba desconcertada, asustada y a punto de llorar suspiré – Todo este tiempo me arrodillé, implore e hice de todo para darte gusto, para hacerte feliz o una mierda así, ya no soy tu maldito perro Atenea, nuestra relación acaba aquí, no quiero verte en mi vida.
–No hablas en serio. Yo te amo.
–El amor no debería doler, Atenea.
_Voy volver, siempre vuelves a mi y yo a ti, quieras o no quedaste marcada por mi.
–Tal vez, pero ya no caeré de nuevo en está mierda.
Di media vuelta y con un nudo en la garganta lloré corriendo hacia la casa, no me siguió, no la volví a ver esa noche ni a la mañana siguiente.
Saqué mis cosas de la casa del terror que me mantenía cautiva, miré la habitación donde aún quedaban manchas de sangre y abolladuras por los golpes, miré el baño donde quedaba cabello cortado por las coladeras, bajé por las escaleras donde corrí con las piernas rotas para sobrevivir, miré la cocina donde me reclamaba por mi fisico, miré la sala donde fui abusada incontables veces. Y una vez que crucé por el recibidor y la puerta donde tantas veces dude en cruzar. Las pesadillas y el dolor parecía irse... O al menos eso creí.
Ya era casi el amanecer y seguía caminando por las intranquilas calles de mi ciudad, sin embargo tenía más miedo de estar en aquella casa que fuera, en una esquina pude reconocer a una persona, fumaba un cigarrillo y llevaba puesto un traje bastante elegante sin embargo resaltaba su cabello cobrizo entre el gris del traje. Era kanne, o al menos así lo llamo melissa.
—¡Hola!— grite acercándome con velocidad al chico quien te rapidamente giró al verme.
—¡¿Rulos?! ¿Que haces aquí?
—huyendo de mi casa, no es obvio— dije mientras señale las maletas.
Confundido me observo de pies a cabeza mirando las heridas y moretones en mi cuerpo.
—¿Estas bien?
—Realmente no, estoy buscando está dirección, no tengo telefono y no conozco la ciudad. — le di la servilleta donde melissa anotó su dirección y el la observó aún más confundido.
—Es la casa de melissa. ¿Quién te la dio?
—Ella, en la cita.
Tomó su teléfono y empezó a marcar un numero,espere un poco desesperada hasta que empezó a hablar con ella por teléfono, después de una pequeña plática sacó las llaves de un auto y abrió el que estaba frente a el al cruzar la calle.
—Sube, te llevaré.
—gracias pero puedo caminar.
—En ese estado no caminaras ni un metro más, sube anda.
Callada subí junto con mis maletas y después entró el al asiento del conductor, se abrochó y encendió el auto avanzando hacia el destino. No dijo ni una sola palabra, no me miró y sin embargo no era incómodo.
Llegamos a un pequeño fraccionamiento lujoso, nunca había estado en uno de esos. Nos abrió la reja un policía y miró dentro del auto.
—¿A nombre de quién?
— Melissa vega
El policía hizo una pausa al mirarme y me puse demasiado nerviosa.
— ¿La señorita está bien?
—Se le pasaron las copas, vine a dejarla con un familiar.
El policia miró a kanne y después a mi, indicando que podíamos pasar, el avanzó y me quedé callada y aún nerviosa.
—Tendrás que explicarle que pasó a melissa, o tendré que investigarte yo mismo, soy agente y se que esas heridas no son de una bicicleta.
— No hará falta.
Estacionó frente una bonita casa color miel y un jardín con flores en frente.
— Ella es muy ilusa e ingenua, si te aprovechas de eso no solo esas heridas bicicleteras van a quedarte.
—Entiendo pero como dije hace un momento, no hará falta, gracias por traerme.
Baje del auto y después las maletas del maletero, me acerqué a la puerta y toque el timbre, kanne esperó desde el auto por lo que sentía su mirada en mi espalda.
Escuché una voz gritar desde el techo con emoción y en menos de 10 segundos estaba en el marco de la entrada.
—¡Hermosa! Que bueno verte, por favor pasa.
Saludó a kanne y me abrió por completo la puerta, miré hacia atras y el solo asintió llendose.
La casa olía era bastante calida y con un olor peculiar a frutos rojos, había un pequeño gato en el sofá y muchos dibujos en una pared pequeña, una casa bastante reconfortante.
—Por favor siéntate y perdona el desorden,no sabía cuando llegarías.
—No hay problema, gracias.
—Ay dios,¿que te pasó? ¿Estás bien? Debi admitir que cuando cenamos no creí que realmente estuvieras bien pero ahora puedo confirmar que no, dime que pasó, ¿en que puedo ayudarte?
Mi mente se quedó en blanco, no sabía si decirle o no, pero sus ojos lindos y sonrisa sincera, me hizo no poder ocultarle nada.
—Pues, como empezar está oscura historia...
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Basada en hechos reales.
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Veneno Del Corazón
Teen FictionLo complicado que puede ser amar a otra persona es que puede hacer que dejes de amarte a ti mismo y más cuando esa persona es Atenea charlees, una pareja que deja destrozada a nuestra protagonista, entre la oscuridad de una mala relación conoce a la...