09.

159 11 3
                                    


—¿El nombre del omega que le gusta a Kenchin? —preguntó, arqueando una ceja.

Como había prometido, Takashi buscó a Mikey para indagar sobre el interés amoroso de su hermano mayor. Estaban en la cafetería de la universidad, y Takashi sabía que Mikey no perdería la ocasión para gastarle una broma pesada a su prometido. La expresión en el rostro del alfa lo decía todo.

—Sí, Ken no quiso decírmelo.

—¿Qué te hace pensar que yo sé quién es ese omega? —dijo Mikey, apoyando sus brazos en la mesa e inclinándose hacia adelante, mostrando esa sonrisa traviesa que a veces lucía.

—¿Hay algo que el "gran" Manjiro Sano no sepa? —Takashi enfatizó "gran", sabiendo que Mikey era un chismoso de primera.

—Me halagas —mencionó el rubio, acomodándose en su asiento y cruzando los brazos—. De hecho, conozco a ese omega. Podría decir que somos buenos amigos —mintió, sonriendo ampliamente.

—¡¿En serio?!—el pelilila no pudo ocultar su emoción.

—Sí —Mikey asintió, manteniendo la sonrisa—. Pero esta información es valiosa. ¿Qué me ofreces a cambio?

Y ahí estaba la pregunta que estaba esperando de parte del alfa rubio. Sabía que Manjiro no quería dinero; preferiría ver a Keisuke enojado antes que eso. Y supo que proponer para que Mikey aceptara.

—Haré que Keisuke no te contradiga por un mes.

—Pido dos meses —rió Mikey, extendiendo la mano—. Tenemos un trato—cerró el trato con un estrechón de manos.

Mitsuya sabía que a Keisuke no le gustaría enterarse del trato hecho a sus espaldas, pero también que, aunque se resistiera al principio, terminaría aceptando.

Mikey procedió a contar cómo Ken había conocido a su destinado, eliminando la parte de Keisuke encontrándose con Chifuyu. Takashi escuchaba atento a cada detalle de la historia narrada por el alfa.

—Kazutora Hanemiya —Takashi repitió el nombre tras escucharlo de Mikey.

—Es un omega peculiar, pero estoy seguro de que Kenchin lo conquistará—dijo Mikey, mirando por la ventana. Y ahí los visualizó, a lo lejos—. Hablando del rey de Roma.

Takashi miró a la misma dirección en que Manjiro observaba y pudo ver a un chico de cabello bicolor caminando a lado de su hermano mayor. Por la expresión qué llevaba Ken era más que evidente que su acompañante era el causante de la sonrisa que se formaba en sus labios, y la mirada que el otro chico le dedicaba a su hermano también le confirmaba qué esa atracción era mutua.

—¿Ese es Kazutora?—preguntó Takashi, observando al chico de mechas rubias.

—Así es—asintió y luego se le ocurrió una idea—¿por qué no pedirles que nos acompañen un rato?—mencionó, sacando su celular y marcando el número de Draken, quien no tardó en responder—¡Kenchin!—habló ni bien quien estaba al otro lado de la línea respondiera—estoy aquí en la cafetería y puedo verte con mechitas... ¿por qué no vienen a hacerme compañía?—propuso y batió la mano al ver que Ken miraba a todos lados—Oh, vamos... solo será un rato—insistió.

—Mikey, si él no quiere, no le insis...—no pudo terminar de hablar porque el rubio le hizo una seña para que guardará silencio.

Después de tanta insistencia de parte de Manjiro había logrado convencer a Draken a ir a la cafetería junto con Kazutora. Lo que ninguno de los dos sabía era que Mikey ya estaba acompañado.

Aquel chico de cabellos lilas qué Kazutora identificó como un omega por el olor qué desprendía, pensó que era el nuevo interés romántico del alfa enano. Grande fue su sorpresa cuando Ken se adelantó y tomó asiento a lado del omega, obligándolo a sentarse a lado de Manjiro.

Destinados | BajifuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora