10.

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"Keisuke, ¿me amas?"

La pregunta había rondado en su cabeza desde que el omega de cabellos lilas le dijo horas atrás mientras lo ayudaba con aquel trabajo en que se había comprometido a ser su modelo.

En el pasado hubiera podido responder con un "sí" fácilmente, pero todo eso había cambiado hace unos meses y ahora no estaba seguro de cómo responder.

Baji apreciaba mucho a Mitsuya. Ellos se conocían desde que eran unos niños; tenían muchos momentos juntos los cuales guardaría en su corazón hasta el último día de su vida. Sin embargo, no podía decir que amaba al omega de la misma manera en que este lo amaba.

—"Yo..." —su voz salió dudosa.

"¡Ah!, no es nada... Olvídalo"

Takashi le había sonreído por un momento.

Esto le hizo sentir una punzada en el corazón, pues había sido una sonrisa cargada de tristeza.

Keisuke se sintió culpable y como un cobarde total por no tener el valor de hablar con Takashi.

Decirle que a pesar de haber intentado por 2 años enamorarse y corresponder a sus sentimientos como se lo merecía, no lo había logrado. Decirle que lo apreciaba y quería mucho como amigo, pero que nunca podría amarlo de la manera que el omega esperaba. Decirle que aceptar el compromiso había sido un error y que no podían continuar con ello, porque no serían felices. Decirle que había encontrado a su destinado y su alfa como él querían estar con él.

Baji se lamentó internamente al pensar que se llevaría un largo sermón de parte de Mikey y Draken cuando les contará sobre lo que su prometido le dijo.

Aun así, Baji necesitaría de su ayuda.

—...ji, Baji... ¡Baji!

Salió de sus pensamientos al escuchar la voz de Chifuyu hablándole. Lo miró frunciendo el ceño, un poco desorientado de su alrededor, y así es como recordó que se encontraba en la universidad ayudando al rubio a estudiar para los exámenes de la próxima semana.

—¿Te sientes bien?—lo miró preocupado.

—Sí, lo siento, me distraje por un momento—se disculpó y sacudió de su mente todo sus pensamientos—¿En qué estábamos?

—Podríamos dejarlo aquí,—sonrió el rubio—he aprendido mucho hoy, gracias.

—No es necesario que me lo agradezcas—dijo extendiendo su mano para desordenar sus cabellos rubios.

Chifuyu sonrió complacido, con el tiempo se había acostumbrado a que el pelinegro desordenara su cabello de esa manera.

—Alfa, ¿aceptarías dar un paseo conmigo?—propuso el rubio.

—¿Un paseo?—preguntó Baji un poco sorprendido de las palabras de Chifuyu.

—Sí—afirmó—, algo te preocupa y pensé que caminar te ayudaría un poco.

Una sonrisa se formó en los labios de Baji, porque después de todo Chifuyu había notado su preocupación y le había propuesto una salida qué no quería rechazar.

—Buena idea, Fuyu—se levantó después de guardar sus cosas—. Vamos.

—Sí—se apresuró a guardar todo en su mochila.

Caminaron a la salida de la universidad, ninguno de los dos tenía clases en las próximas horas, podrían disfrutar de su caminata.

Y como lo había dicho Chifuyu, era un paseo qué no tenía un destino al qué llegar, él solo buscaba el poder estar a lado de Baji y que la brisa del día pudiera despejar la mente del pelinegro de lo que sea que le estuviera preocupando.

Destinados | BajifuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora