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El mayor se encontraba moviendo influencias desde hace semanas por varias razones, la gobernatura de Orlando estaba por acabar. No se preocupaba mucho, ya que el siguiente en la silla era puesto por el y su gente. El cierre de campaña del nuevo candidato se acercaba.

Significaban dos cosas, quería a los sonorenses en dicho cierre. Orlando no se había tomando el tiempo de aclarar ciertos puntos con los foráneos y antes de su salida, todo tenía que quedar claro. Y también le urgía tener a Sophia Bloch en su cama.

Movió cielo, mar y tierra para que los sonorenses bajaran a Culiacán y custodiaran a su candidato, después del circo con la gente a las afueras de la ciudad en un rancho no muy lejos se iba llevar a cabo una fiesta, con varias celebridades del medio.

Ivan estaba al tanto de que la morena tenía horas de haber llegado a tierras sinaloenses, también se le informó que solamente el grupo de Sophia era el que llevaría a cabo la guardia del nuevo gobernador. Le enojo un poco, pues necesitaba esclarecer las cosas en especial con el comandante sonorense.

A la morena no le gustaban este tipo de eventos, pues sabia que terminaban con una fiesta en grande y por lo regular siempre terminaba cuidando de sus compañeros, esta vez traía toda la aviada de Sonora así que no quería ser niñera de nadie.

Y como lo predijo el evento termino a las afueras de Culiacan con Panchito Arredondo y varias celebridades del medio artístico tocando para los uniformados y gente del gabinete de Romero.

A pesar de que Sophia se encontraba uniformada, era el centro de atención muchos. Los trago e invitaciones a bailar no paraban, Tommy el comandante de las miles de atenciones con la sonorense estaba asombrado pues a su ver todos le parecían una bola de zopilotes.

El comandante le había agarrado bastante cariño, se podía decir que la veía como su hermanita. Así que la mayor parte de la noche se la llevo espatandole los buitres a Sophia Bloch. Mientras que los demás uniformados habían pasando a retirarse con alguna que otra mujer.

Ivan observaba desde lejos, rogaba a sus santos que Tommy no intentara algo con su morena pues le caía bien y no quería atentar contra el, ni contra nadie así que estaba agradecido que Sophia rechazara a todos.

La agente y su superior ya se encontraban un poquito pasados, Tommy no contaba con que Bloch era de carrera larga. Tenían tomando desde hace muchas horas. El comandante quería mandar a la sonorense a dormir ya, pues sabía que en el cuarto asignado para el lo esperaba su querida del momento.

—Ya vete a dormir a la verga Sophia—la regaño Tommy.

—Verga, es la que quiero—carcajeo e hizo puchero Sophia, provocando la risa del comandante.

—Eres una hija de la chingada—negó riéndose Tommy.

—Vas a decir que me estas mandando a dormir porque tienes sueño y no porque se la quieres ir a meter a la morra de las nalgotas, que tiene rato echándote miradas y que muy seguramente ya te ha de estar esperando en tu cuarto.

—La verdad es que ya estas peda tu mujer y yo también.

—Pues punto pa mi, por que los borrachos siempre dicen la razón.

—Pues te doy toda la razón Sophiiii, pero también ya me canse de estarte espantando a los vatos pendejos—suspiro el, causando una risa exagerada en la morena.

—Me se cuidar solita comandante, puede ir a su misión tranquilo y despreocupado.

—Ahí el detalle oficial, me he dado cuenta que tienes una vida sexual muy interesante. Así que por tu bien y por el mío, con esta gente no.

—Ahora resulta que te voy a tener que pedir permiso de con quién me puedo acostar o no.

—No mija que paso, tu te puedes echar hasta el mismito Ivan Guzman y no hay pedo. Lo que pasa es que aquí ahorita nadie se me hace digno de ti, no te me bajes del pedestal que tengo.

—En todo estas Tommy—río Sophia—. Pero tienes razón, hay puro pendejo. Así que no me daré con nadie, pero quiero seguir disfrutando de la fiesta.

—Bloch es una orden, retírese a su dormitorio —hablo serio Tommy, a lo que Sophia respondió con el dedo del medio.

—Váyase a la verga, usted que puede—rio Bloch y después emprendió camino hacia el cuarto destinado para ella. Por lo que Tommy sonrió satisfecho y se fue hacia su habitación.

Con lo que el comandante no contaba es que minutos después Bloch saldría de su habitación, buscando la diversión de su noche.

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PESP || 𝑰𝒗𝒂𝒏 𝑮𝒖𝒛𝒎𝒂𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora