Era un día más en mi vida, un día de verano que se desplegaba como tantos otros en mi rutina monótona. Con 17 años a cuestas, me dirigía hacia la panadería, la misma rutina de siempre. Si te preguntas sobre mis padres, déjame decirte que no existen en mi mundo. Me abandonaron cuando apenas tenía cinco años, y desde entonces, mi vida ha sido una sucesión de casas temporales. Mi actual hogar es con Sasha, la última alma caritativa que decidió abrirme sus puertas. Cada mañana, mi tarea consiste en ir a por el pan, pero esta vez, al llegar, me encontré con un inesperado "establecimiento cerrado por obras".
...
Había estado sumida en un agujero oscuro en mi vida, lidiando con la pérdida de alguien increíblemente cercano. La tristeza y la soledad se habían vuelto compañeras constantes. En una noche donde el cielo estaba adornado con estrellas que un destello fugaz capturó mi atención. Una estrella fugaz brillante trazó un arco luminoso en el firmamento. Sin razón aparente, me dejé llevar por un impulso y cerré los ojos, deseando con cada fibra de mi ser poder escapar del dolor, al menos por un instante.
En el mismo instante en que abrí los ojos, fui envuelta por una luz deslumbrante que parecía acariciar mi ser. Mis ojos se ajustaron a la nueva realidad y me di cuenta de que ya no estaba en la monótona familiaridad de mi habitación. En lugar de eso, me encontraba en medio de un prado de belleza sobrenatural. Los colores vibrantes de un mundo mágico se desplegaban ante mí, y seres diminutos y encantadores me rodeaban, emanando curiosidad y alegría. No podía creer lo que estaba presenciando: chibis, criaturas que solo había imaginado en cuentos, ahora estaban a mi alrededor, con miradas traviesas y sonrisas contagiosas.
En medio de esta escena asombrosa, dos figuras destacaron del grupo de chibis. Chico, un chibi de ojos brillantes y juguetones, y Luna, una chibi con una mirada sabia y protectora. Se acercaron a mí con un afecto que parecía trascender las palabras y me dieron la bienvenida a su mundo con una calidez que nunca había experimentado.
Fue entonces cuando comprendí que había llegado a un lugar donde los sueños y la imaginación se tejían en la misma realidad. Mi deseo profundo de escapar del dolor había creado una conexión inesperada con este mundo mágico de los chibis. Luna me reveló que los chibis dependían de la conexión con los corazones humanos para existir, y que mi deseo sincero había tejido un vínculo especial que me había traído hasta aquí.
A medida que el sol comenzaba a ceder su lugar en el cielo, Luna me ofreció un refugio para descansar y procesar esta maravillosa pero desconcertante experiencia. Me acomodé en la hierba suave, mirando las estrellas que comenzaban a parpadear en el firmamento. Mientras dejaba que los pensamientos fluyeran, sentí un profundo agradecimiento por esta oportunidad extraordinaria.
Hasta que una voz envolvente, suave como un susurro del viento, rompió el silencio con sus palabras insistentes: "No todo es lo que parece", resonando en el aire como un eco misterioso que desafiaba la realidad misma. La enigmática frase se repetía en mi mente, reverberando como si fuera un mensaje del universo. Un rubor se apoderó de mis mejillas, confundida y sorprendida por la intrusión de esta voz desconocida que parecía conocer secretos más allá de mi comprensión. Mis ojos buscaron en vano el origen de esta voz que parecía provenir de todas partes y ninguna a la vez.
Mis latidos se aceleraron, un nudo de inquietud se formó en mi estómago mientras luchaba por comprender. ¿Qué significaba esa advertencia enigmática? ¿Quién o qué estaba tratando de comunicarse conmigo de manera tan inusual? Las sombras en la habitación parecían tomar formas caprichosas, como si el espacio mismo respondiera al misterioso mensaje. Lentamente, y con una mezcla de curiosidad y temor, me levanté de mi cama, sintiendo la necesidad de desvelar el origen de estas palabras inquietantes.
Mi mirada exploró cada rincón de la habitación, cada detalle iluminado por la tenue luz de la luna que se filtraba a través de la ventana. Sin embargo, no había señales de la fuente de la voz, ninguna figura que pudiera haber pronunciado esas palabras intrigantes. Una sensación de desamparo y asombro se apoderó de mí, haciéndome cuestionar mi propia cordura. ¿Acaso había imaginado todo esto? ¿Había sido solo un producto de mi mente cansada y afectada por las emociones?
Con un suspiro vacilante, decidí que tal vez era mejor dejarlo pasar. Quizás la fatiga y el estrés me estaban jugando una mala pasada. Me recosté nuevamente en mi cama, cerrando los ojos con la esperanza de encontrar el consuelo del sueño. Las palabras misteriosas seguían resonando en mi mente, pero opté por alejar esos pensamientos y concentrarme en relajarme.
Sin embargo, justo cuando estaba a punto de dejarme llevar por la comodidad del reposo, un destello fugaz capturó mi atención. Mis párpados se abrieron de golpe, y mis ojos se posaron en una figura etérea que se desvanecía en la penumbra de la habitación. Era una figura delicada, apenas perceptible, con una apariencia que parecía fusionarse con las sombras. Mis latidos se aceleraron una vez más, pero esta vez, la sensación de temor dio paso a una extraña intriga.
Insegura de si lo que veía era real o un producto de mi agotada mente, me incorporé lentamente, siguiendo la silueta enigmática con la mirada. La figura parecía fluctuar entre existir y desvanecerse, como si estuviera en un estado intermedio entre el mundo de los sueños y la realidad. Sin embargo, esta vez, no sentí el impulso de huir o ignorar lo que estaba presenciando. Un impulso más fuerte me llevó a acercarme, a enfrentar el misterio en lugar de evadirlo.
Mis pasos cautelosos me llevaron hacia la figura sombría, y a medida que me acercaba, una sensación de calma y resonancia comenzó a envolverme. La voz, que antes había parecido una intrusión desconcertante, ahora parecía ser un llamado, una puerta hacia lo desconocido. La figura finalmente se desvaneció por completo, pero la impresión que dejó en mi mente y en mi corazón permaneció intacta.
Con una determinación que no sabía que tenía, regresé a mi cama, dejando espacio para la posibilidad de lo inimaginable. Cerré los ojos y me dejé llevar por el abrazo suave de la noche, sabiendo que algo extraordinario había comenzado a desplegarse en mi vida. Las palabras "No todo es lo que parece" se convirtieron en un mantra que resonaba en mi interior, recordándome que detrás de lo evidente se escondían los secretos más profundos y emocionantes.
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El Mundo de los Chibis
FantasyEn "El Mundo de los Chibis", los lectores se embarcarán en un emocionante viaje a través de las páginas de un mundo mágico y enigmático. La vida de Sofía, una adolescente curiosa y valiente, da un giro inesperado cuando se encuentra repentinamente e...