Sumidos en la Oscuridad del Deseo

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Te sientes inmersa en el caos que sigue a la explosión. Médicos Chibis se apresuran a atender a los supervivientes, mientras se llevan con respeto a los fallecidos. Los bomberos luchan incansablemente para sofocar las llamas que se han desatado como resultado de la detonación. La escena es desoladora, con cientos y cientos de Chibis tendidos en el suelo, sus diminutas formas heridas y quebrantadas, algunas de ellas con heridas grotescas y el cráneo expuesto en una cruel exhibición de la tragedia que ha ocurrido.

En medio de este panorama desolador, sientes una mano en tu hombro y escuchas una voz llamándote. Te giras y ves al chico con quien estabas hablando momentos antes. "¿Estás bien?" pregunta con preocupación en sus ojos. Te sientes aturdida por la situación y respondes con voz entrecortada, "Sí, ¿qué ha pasado?". El chico sacude la cabeza con expresión sombría, "No lo sé, pero parece ser grave".

El pánico se apodera de ti cuando piensas en tus amigos. "¡Oh no! Mis amigos estaban aquí", exclamas en estado de histeria. El chico intenta tranquilizarte, "No te preocupes, iremos al hospital a ver si están allí. No podemos hacer mucho aquí". Tu mente se llena de ansiedad mientras te encaminas hacia el hospital en busca de respuestas y noticias de tus amigos.

El hospital está en un estado de caos similar al que has dejado atrás. Ambulancias llegan sin cesar, y los pasillos están abarrotados de personas angustiadas. Te diriges a las recepcionistas en busca de información, pero la cola es abrumadora y parece interminable. Tu nivel de estrés aumenta. El chico que te ha acompañado intenta reconfortarte, "Tranquila, todo estará bien".

Finalmente, llega vuestro turno y proporcionas los nombres de tus amigos, Luna y Chico. La recepcionista busca en su sistema y después de un momento, te informa de su ubicación. "Están en la planta 2, pasillo 2, habitación número 5", dice apresuradamente, atendiendo a los siguientes en la fila.

Cuando tocas la puerta indicada, te encuentras con Luna y Chico en camillas. Te sientes aliviada al verlos aparentemente ilesos. "¿Están bien?", preguntas con voz temblorosa. Luna te tranquiliza con una sonrisa, "Sí, tranquila. Solo sufrimos algunos rasguños". La sensación de alivio te embarga, y agradeces por su seguridad.

La conversación gira hacia los acontecimientos. Preguntas a tus amigos dónde estaban cuando ocurrió la explosión. Chico responde, "Estábamos lejos de la explosión, pero de alguna manera nos afectó un poco". La curiosidad y la incertidumbre crecen entre vosotros. "¿Sabéis qué pasó?", pregunta Luna. Sacudes la cabeza, compartiendo su desconocimiento.

En ese momento, un doctor entra en la habitación, interrumpiendo vuestro diálogo. Explica que necesitan liberar espacio para los más afectados. Antes de partir, Luna aprovecha para preguntar sobre la explosión. El doctor admite la falta de información y se disculpa por la situación antes de retirarse.

En el camino de regreso a casa, el ambiente está cargado de preguntas sin respuesta. Te atreves a plantear la idea de que los Chibis rebeldes y la sombra podrían estar relacionados con lo sucedido. El chico que te acompaña muestra sorpresa ante la mención de los Chibis rebeldes. Te presentas formalmente y el chico se identifica como Fionn.

Fionn, Luna, Chico y tú compartís pensamientos y teorías sobre la explosión. Te preguntas por qué los Chibis rebeldes y la sombra podrían estar detrás de este caos. Fionn refleja tu confusión y asombro ante la idea. "¿Por qué harían algo así?" preguntas, sumiéndote en un mar de incertidumbre.

El camino de vuelta a casa está lleno de silencio intercalado con susurros de preocupación y especulación. Las luces de la ciudad parpadean a lo lejos, como si fueran pequeños destellos de esperanza en medio de la incertidumbre. Las imágenes de la devastación siguen rondando en tu mente mientras intentas asimilar todo lo que ha ocurrido.

El Mundo de los ChibisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora