Lost Boy (KOOKMIN)

Canción 6

Jimin

“Spring Day”

“La mañana vendrá de nuevo.
No hay oscuridad, ninguna estación es eterna “.

La distancia entre mi tío y yo era como un abismo profundo y oscuro, pero durante esos tres primeros días que pasamos juntos un puente de reparación se tendió sobre él.

Venía con una promesa, la del perdón.

Y ese perdón traería calma.

El tío Hyungwon me acompañó a clases esa mañana.

Habíamos visitado la escuela el sábado en la tarde, el director, un señor regordete de apellido Song, nos dio la bienvenida y me mostró las instalaciones. Dijo que era bienvenido y que en SEOWON Academy todos seríamos una enorme familia.

Me sentí atraído por el nombre de la institución ya que combina los caracteres "seo", mundo, y "won", jardín. Se sentía esperanzador de alguna extraña manera.

Sin embargo, mi primer día no sería un primer día normal sin que me pasasen cosas malas.

En primer lugar, la camisa del uniforme me quedaba demasiado ancha, mi tío desconocía mis medidas exactas y ambos olvidamos que debía haberme probado la ropa antes del primer día de clases.

Luego, cuando me dirigí a por mi horario me encontré con que la impresora estaba fallando y no quería imprimir, lo que significaba que probablemente llamaría la atención llegando tarde a mi primera clase.

Y como dicen algunos ancianos, las cosas malas suceden en grupos de tres.

Tropecé en medio de un pasillo repleto de estudiantes y todas mis cosas cayeron al suelo.

Los susurros comenzaron, lo habían hecho desde que entré esta mañana al colegio, pero en ese momento se incrementaron.

No me molesté en intentar entender que decían. Años y años en el sistema me habían enseñado mucho, especialmente a no escuchar lo que otros tengan que decir sobre ti.

Me arrodillé en el suelo, sin levantar la mirada, y comencé el arduo proceso de tomar libros y hojas esparcidas a los pies de diferentes personas.

Cuando finalmente me acerqué al último no esperaba que alguien lo recogiera por mí y mucho menos que se agachara a mi lado y me ofreciera una dulce sonrisa.

—¿Estás bien?

Seguí el sonido de la profunda voz, sonaba fuerte sin llegar a escucharse ruda y me atrajo.

La vista que me recibió fue sorprendente.

Él es hermoso, fue lo primero que pensé. Desde sus rasgos marcados al largo cabello oscuro hasta la línea de su mandíbula, sus ojos también son oscuros, enmarcados por una pestañas largas y negras como la tinta.

No pude evitar el suspiro que escapó de mí.

Él es algo fuera de este mundo.

Malditamente brillante, deslumbrante, único.

Niego internamente, regañándome por ese segundo de debilidad, arrebato la hoja de su mano y trato de ponerme de pie y caminar a través de la multitud, necesito esconderme, desaparecer por unos segundos.