Celestia La Humana

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-y... ¿cómo me veo?-pregunto Celestia estando desnuda en su forma humana (cabe aclarar), en frente de mí. Le mire sonrojándome al instante, quedándome sin palabras. La mire por un par de momentos, y parpadee un par de veces para comprobar que no estaba dormido.

-vamos, hagamos algún movimiento- hablo de nueva cuenta la voz, en mi cabeza, incitándome a hacer una tontería

-qué esperas- dijo mi parte "buena", sorprendiéndome, pero ¡no!, debía de resistir hacer cualquier impulso, de idiotez, si quiero que me diga qué diablos significa que se le abrieran las alas.

-¿porque te quedaste callado?- me pregunto riéndose nerviosamente

-porque.... estas desnuda- le conteste sonrojándome mucho más de lo que ya estaba, y sintiendo mi cabeza en blanco, solo ella, sin nadie más.

Me saco, de una patada del cuarto, casi literalmente, y después me grito por algo de ropa. Rodé los ojos, algo molesto porque me había echado de mi propia habitación. Pero al mal tiempo darle prisa, por lo que hice lo que me pidió.

Fui, donde se encontraba la lavadora, y al lado de esta estaba un canasto lleno de ropa limpia sin doblar, y tome lo primero que encontré, un pans mío, un par de playeras, una sudadera de color negro, un sostén de mi hermana para que no se sintiera tan incómoda con los senos al aire, y algo de ropa interior, para que el pantalón lo le fuese a incomodar.

-¿puedo entrar?-pregunte tocando la puerta... espera ¿porque diablos estoy tocando?, al fin de cuentas es mi cuarto.

-sí, puedes pasar- hablo, y entre (cosa que de todos modos ya planeaba hacer), la vi envuelta en las cobijas que tenía en la cama y le di la ropa. La tomo con magia.

Y con algo de vergüenza le tuve que mostrar cómo se debía de vestir, y no es que me diese vergüenza vestir a alguien, me daba vergüenza porque era Celestia. Oh, si no te he dicho, como al final después de tantos intentos, y después de unos quince o veinte días de practicarlo lo logro, logro transformarse en humana.

RECUERDO

-Así que así son las humanas sin ropa-dijo tomando uno de los dibujos que tenía, en la carpeta que le había prestado hace algunos veinte días a Eclipse. Salí casi al instante del baño, cuando le oí decir eso.

-¿qué diablos haces?- le pregunte, secándome las manos con una camiseta sucia y quitándole el dibujo que tenía entre las manos.

-¿porque dibujaste eso?-me pregunto

-es.... Era un reto de unos compañeros del salón, además a Bouguereau, nunca le preguntaron sobre el Nacimiento de Venus- le conteste, para que no me molestase

-bueno, creo que tengo al fin.... Mi hechizo listo, ¿probamos?-pregunto, empezando a brillar en un aura dorada, y se elevó un poco del piso. Entonces, la luz, se hizo casi imposible de mirar, y al fin ceso.

Y al final, en donde debería de estar la yegua estaba una muchacha de algunos veinte o veintidós años de edad. Con el cuerpo más hermoso y perfecto que había visto, prácticamente era demasiado bello para ser una obra de arte, y demasiado erótico para ser amado. Era tan bella humana como pony... ¿espera, te había dicho antes que me gusta su forma pony?, si no es el caso, sí. Es muy hermosa siendo lo que es, sin necesidad de cambiar, y sabes porque lo es... Porque es ella misma, y las personas (pony en su caso) son hermosas cuando son ellas mismas y nunca cambian.

FIN DEL RECUERDO

-¿cómo se usa esto?-me pregunto tomando el sostén, con las yemas de los dedos.

Y como pude, se lo intente poner. Si, intente, porque la talla de Celestia, era muy diferente a la talla que usaba mi hermana, temí que pasara lo mismo con las bragas que le lleve. Y con suma vergüenza, le dije como colocarlas.

Mi querida SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora