¡Y nos sentimos infinitos!

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-Vamos, despierta, ya es 21- fueron las palabras de Celestia las que me despertaron el aclamado día. Wow, valla que el tiempo ha volado ¿no?, ¿quizás sea por la compañía o quizás por la época del año?, pero el tiempo ha volado al fin de cuentas.

Al fin era 21 de diciembre, al fin iríamos al dichoso baile, y más importante que todo eso al fin Celestia tendría más contacto con otros seres humanos, tampoco creo que sea muy conveniente que solo hable conmigo, y aunque no son los humanos con los que quisiera que Celestia se hiciera amiga, ella y solo ella tiene que decidir sobre ello.

Me levante y por última vez practicamos las tres canciones, después de eso y que yo fuese a desayunar con mi familia, cosa que me desagradaba, porque Celestia podía tener tanta o más hambre que yo, así que procuraba comer lo más rápido posible e ir casi corriendo a la tienda por un cuarto de manzanas.

-¿las manzanas están buenas?- le pregunte mientras las comía y parecía disfrutarlas.

-sí, de hecho están mejores que las de ayer- me contesto, terminándolas.

-¿y que se supone que se va a festejar?-a completo, preguntando sobre el baile.

-se supone que es una posada- le conteste.

-¿qué es una posada?-

-pues... la verdad son fiestas que se hacen o deberían hacerse cada año, si eres de la religión que tiene esa tradición- conteste intentando decirle lo que era una posada, porque en verdad yo no sabía muy bien que era.

-¿y tú eres de esa religión?-

-la verdad es que no creo en nada, solo nacemos, vivimos, morimos, y el mundo sigue girando, y al universo no le importa tu vida ni en lo más mínimo. Porque al fin de todo el planeta no es más que una partícula de polvo en una gran habitación llena de otras partículas de polvo, y si lográsemos a llegar a significar algo esto se disolverá en el vacío de la inexistencia- le conteste dejándole en claro mi punto.

-¿y si te equivocas?- pregunto enmarcando una ceja.

-pues yo terminaría ganando ¿no crees?- conteste.

-¿entonces bajo qué ley te riges?, inclusive alguien como tu debe de tener alguna ley, digo no dejaste que muriese en la nieve- me contesto.

-tomo todo lo que quiero, hago lo que quiero, y doy lo mejor de mí, básicamente seria como un maquiavelismo filosófico pero siendo esclavo de mis sentimientos- le conteste meditando mis palabras.

-el maquiavelismo requiere aliarte de personas que no puedes vencer o destruir, aparte de que alguien como tú no sería capaz de llevar el maquiavelismo-

-lo sé, es solo que... sé que soy esclavo de mis sentimientos y emociones, es por eso que más bien tomo todo lo que quiero, hago lo que quiero y doy lo mejor de mí mismo. Pero siempre procuro ayudar a las personas que quiero-

-¿y a quien quieres?- Pregunto un poco más complacida, por mis palabras.

-a ti, por ejemplo- dije alzando los hombros, y tomando una toalla para entrar a bañarme. Después que me di un relajante baño (en el cual pensé sobre todas las cosas que había hablado con Celestia) con agua caliente, lo que hacía que el baño se llenase de vapor por los climas tan fríos que estaba haciendo, cosa que me gustaba porque podía dejar mensajes en el espejo o escribir cosas en los vidrios.

Salí, del baño y después de mi entro Celestia, a pesar de que ella comúnmente entraba al baño antes de mí, la persuadía o la distraía con cualquier cosa para ganarle el cuarto de baño. Algo difícil pero no tanto como quitarle un dulce a un niño.

Mi querida SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora