¡Un poco de romance para estas maravillosas vacaciones de primavera!

Capítulo 3. Parte 5

La hora del almuerzo se había convertido rápidamente en la tarde. Para su agradable sorpresa, Megumin todavía se sentía extremadamente animada, a pesar de la ajetreada mañana que habían tenido. Para su fortuna, las cosas se habían calmado mucho más después del almuerzo, con Komekko tomando una siesta durante unas horas después de disfrutar de la comida bastante simple, pero sabrosa, que ella y Kazuma le habían preparado.

Aprovechando el hecho de que su hermana no se levantaría por unas horas, Megumin se había colado silenciosamente en su habitación compartida para tomar el trabajo escolar de su escritorio, optando por terminarlo en la mesa del comedor para no interrumpir la siesta de su hermana. Aproximadamente diez minutos después, Kazuma entró desde la sala de estar y decidió unirse a ella en la mesa una vez que recordó que él también tenía una pila bastante grande de tareas para completar.

Y así, con Megumin terminando lo último de su trabajo en solo quince minutos, las siguientes dos horas las pasó haciendo todo lo posible para ayudar a Kazuma con su propia tarea. Claro, ella misma aún no terminaba la secundaria y nunca había hecho un solo trabajo de preparatoria en su vida, pero no se la consideraba un genio por nada. Aunque no podía hacer nada para cambiar el simple hecho de que todavía no le habían enseñado muchas de las cosas que él estaba estudiando, una vez que Kazuma le dio un resumen simple de lo que necesitaba saber, se las arregló para entenderlo muy bien de forma rápida

La estudiante de secundaria no pudo evitar reírse de la adorable reacción que Kazuma tuvo cuando ella se burló de cómo una niña dos años debajo de él lo estaba ayudando con su tarea, evolucionando en una risa alegre en toda regla por la mezcla de vergüenza y molestia en su rostro una vez que ella había comenzado a reír.

Eventualmente, Komekko se despertó de su siesta y caminó atontada hacia la sala de estar, informando que "necesitaba que su hermana mayor y su hermano mayor fueran con ella a ver la televisión", por lo que ambos decidieron que el resto del trabajo escolar de Kazuma podría ser guardado para otro día.

Pero ahora era de noche, Kazuma había cocinado la cena hace casi dos horas, a instancias de Komekko, y Megumin estaba caminando con su hermana desde el baño hasta su habitación compartida. Habían salido del baño hacía unos minutos y ahora que finalmente había terminado de cepillarle los dientes a su hermana pequeña, era hora de acostarla. Aunque mientras miraba a la niña, que ya estaba casi dormida, dudaba mucho que le causara muchos problemas cuando llegara la hora de acostarse.

Después de meter a la pequeña niña en su futón y mover a Chomusuke a la almohada de Komekko para 'protegerla', Megumin se giró hacia el pequeño espejo al otro lado de la habitación y se pasó la mano por el flequillo todavía ligeramente húmedo en un intento de volver a colocarlo en su lugar, antes de desearle buenas noches a su hermana pequeña y cerrar suavemente la puerta detrás de ella.

Caminando por el pasillo hacia la sala principal, Megumin aguzó el oído cuando comenzó a escuchar algo,voces; La primera voz era Kazuma, de eso estaba 100% segura, pero era la otra voz, o tal vez voces, las que no podía reconocer. Pero quienquiera que haya sido, Kazuma aparentemente estaba en medio de una conversación con ellos.

"Oye, Kazuma, ¿tenías idea de que estaba completamente cargada? ¡Quiero decir, mira esta habitación!" Una voz, estaba bastante segura de que era una niña, sonó cuando Megumin abrió tentativamente la puerta, mirando a su alrededor por un momento hasta que hizo contacto visual con Kazuma, que estaba sentado en el sofá, con su teléfono frente a él.

"Oi, Aqua, será mejor que no empieces a gastar su dinero en lo que quieras solo porque es rica. Dije 'mejor comportamiento', ¿recuerdas?" La ceja de Kazuma se contrajo mientras miraba enojado su teléfono, antes de que su expresión se suavizara cuando finalmente notó a la chica parada en la puerta, mirándolo directamente. Él le dio un pequeño saludo con su mano libre que pronto se convirtió en un movimiento de señas, invitándola a acercarse y unirse a él.