(...)Desde que eran adolescentes había veces en las cuál Eleazar la confundía, más por la forma en cómo se expresaba y hablaba, antes solía ser mucho más seco al expresar lo que sentía, nunca le había dicho que apreciaba que fuera su amiga o algo parecido.
Ocho años de no verse si hace una gran diferencia.
—Siento que no puedo reconocerte, eres tú, pero tu personalidad cambió.
—¿Tienes alguna idea de por qué cambié? —, la observaba detenidamente.
—La verdad no.
Estaba por responderle, sin embargo, alguien se adelantó, —Miren nada más a ustedes dos—, su madre entró a la conversación. —Cómo en los viejos tiempos—, se acercó a ellos. —¿Has venido sólo?
—Sí, así es—, él le sonrió amablemente.
—Te has vuelto mucho más apuesto—, tocó el rostro de Eleazar, él dedicó una sonrisa burlona para Lara, —¿Te casaste?
—Mamá, no hagas esas preguntas por favor.
—Mi intención no es incomodar, sólo tengo curiosidad, después de todo es cómo mi hijo.
Al parecer lo había tomado con humor, —No, no me he casado.
—No puedo creer cómo es que sigues soltero ¿no salías hace poco con alguien?
—Así fue, pero no funcionó, teníamos puntos de vista diferentes.
—Bueno hijo, todo se puede arreglar.
—Personalmente creo que con la persona correcta no me importaría tener opiniones diferentes, nos complementaríamos y eso no sucedía en mi antigua relación.
—Oh vaya, que mala suerte, aunque todavía puedes ser parte de mi familia—, ambos miraron de reojo a Lara con una sonrisa.
—Mamá por favor.
—Lara, me das una sorpresa, así que, si tomaste mi consejo, ese vestido te queda muy bien, aunque algo descubierto de los hombros para mi gusto—, por fin prestó atención a su hija, aunque no sea lo suficiente como siempre, Eleazar la miraba sospechosamente.
—Debo ir a ver a mi nuera y ustedes tienen demasiado de que hablar, ochos años de conversaciones pendientes para ser exactos.
—Mamá, ya.
—Tiene razón, tenemos mucho de qué hablar.
—Excelente, entonces los dejó solos—, se despidió dándole un abrazo y un beso a su hijo postizo.
Estiró los brazos mientras daba leves suspiros, —Aún soy el encanto irresistible en la vida de tu madre—, sonrió con picardía. —Incluso después de todos estos años, no puedo escapar del encanto de ser el favorito de mamá ¿Quién puede culparla, verdad? Soy el piloto con la personalidad amable y encantadora, según la televisión—, le guiñó.
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La teoría de todo lo que somos
RomanceUna boda ¡lo único que faltaba! Se trataba de su hermano menor y ella ya sabía que su madre no la dejaría en paz con el tema del porqué ella no se había casado. Recibiendo comparaciones desde siempre y empezando con el hombre que fue su vecino hace...