O6

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Capitulo O6

─ ¡Ahí están! Están llegando.

─ ¡Papi! ─ Tallulah soltó la mano de Philza y corrió rápidamente hacia su padre, que no tardo en soltar todo y abrir sus brazos.

─ ¡Tallulah, mi niña! ─ Wilbur cargó a su hija tan rápido como pudo, abrazándola y dejando varios besos en su cabecita. ─ Te extrañé demasiado mi pequeña amapola.

Finalmente se encontraban todos reunidos en la isla. Luzu saludó a Vegetta con tranquilidad y comenzó a buscar a alguien con la mirada. Vegetta suspiró un poco mientras sonreía.

─ ¿Buscas a Quackity?

─ Sí. Me gustaría saludarlo, abrazarlo. ─ Mordió su labio.

─ Bueno, debería estar aquí. No se dónde se metió ese muchacho.

─ Creo que estaba con Roier. ─ Foolish se acercó con Leonarda en brazos. ─ Haciendo sus cosas, ya saben.

Luzu vió a la niña y palmeó suavemente su mejilla, sonriendo. Vio de reojo como una figura baja de color azul se asomaba, por lo que giró rápidamente su cabeza. Sonrió en grande al ver a su Quackity acercarse, tan bonito y majestuoso como siempre.

─ Ahora vengo. ─ Y dicho esto, se acercó al chico de beanie. ─ ¡Mi Quacks! Hola.

El pelinegro lo miró y sonrió. Recibió un fuerte abrazó del mayor, por lo que palmeó su espalda un par de veces.

─ ¡Luzu! Tanto tiempo. Pensé que no te volvería a ver. ─ Ambos se sonríeron. Si Luzu notó algo raro en su saludo, en la forma en como dijo su nombre, no dijo nada.

─ Regresé por tí, Quacks. Me importas mucho, y si estás aqui yo también lo estaré. ─ El castaño acomodó un mechón de cabello que caía por la frente del menor.

Escucharon como alguien aclaraba su garganta y voltearon, encontrándose con un Wilbur de brazos cruzados.

Quackity abrió ligeramente sus alas y se lanzó a sus brazos.

─ ¡Wilbur!

─ ¡Quackiteeee!

Tallulah sonrió satisfecha al ver a su padre, y a quien consideraba su segundo padre, reencontrarse después de tanto tiempo. Notó la mirada molesta de Luzu sobre sus seres queridos y frunció el ceño.

¿Ese hombre quería apartar a Mr Quackity de su padre? Pues eso iba a ser difícil. No lo iba a permitir.

─ ¡Chicos! ¡Vamos al castillo de Cellbit a celebrar!

Todos gritaron emocionados y emprendieron camino hacia el castillo. Spreen que no entendía ni conocía a nadie decidió acercarse a Roier.

─ Eh capo, no entiendo una poronga. ¿Quiénes son todos estos? ─ Señaló a los franceses y los portugueses que se encontraban hablando con los demás.

─ ¿Ves cómo te pierdes todo por irte y hacerte wey? Son nuevos, no tan nuevos, habitantes. Son de hablar portuguesa y francesa. Son a toda madre así que te van a caer bien.

─ Mm, no sé. Vos sabés que soy medio antisocial. ─ Miró alrededor y fijó su mirada en Cellbit. ─ ¿Y él? ¿Por qué parece que me quiere cortar la pija solo por hablar con vos?

─ Ah, ese es Cellbit, mi gatinho. Estamos casados.

Spreen se sacó los lentes de sol y miró a Roier con asombro.

─ ¿Qué? ─ Prácticamente gritó. ─ ¿En qué momento te casaste?

─ ¡Hace un mes! y unos días. ¿Sorprendente no?

─ Boludo pasó de todo cuando me fuí.

─ ¿Y no me vas a felicitar culero?

─ ¿Felicidades? Que se yo, me agarró de sorpresa. ─ Volvió a ponerse las gafas y lo miró. ─ ¿Algo más que haya pasado? Algo interesante obvio.

─ Mm, bueno. ─ Pensó mientras subían las escaleras para llegar al castillo. ─ ¿Los cambios en la isla los leyeron?

─ Ah sí. Una poronga son. Ya no voy a poder pelear tranquilo. ─ Roier rió bajo y negó. ─ ¿Qué te reís? Si sabés que es lo que más me divierte en esta Isla.

─ Sí, lo se. Es solo que me parece gracioso como solo te preocupa no poder pelear. A veces olvido que los niños no son de tu agrado.

─ Y no. No veo ni por mi hijo y querés que vea por los demás. Dejame de joder.

Todos entraron al castillo y tuvieron que quitarse su armadura. Spreen suspiró mientras guardaba sus armas y dió una mirada a los demás.

─ Che, ¿Quackity cambió de estilo o por qué parece jardinero?

La carcajada de Roier logró pasar desapercibida entre todas las voces.

─ Voy a ser honesto contigo. ─ Se acercó al híbrido de oso. ─ Hace un mes, Quackity despareció.

Spreen rápidamente volteó a verlo, sorprendido

─ Pará, ¿cómo que desapareció?

─ La Federación se lo llevó en contra de su voluntad. Lo tuvieron encerrado un mes, y cuando lo soltaron ya estaba así. Nos dijo que quería "empezar de nuevo", probar cosas distintas y olvidar el pasado.

─ ¿Entonces se hizo jardinero?

─ ¡No pendejo! solo cambió su sudadera por un overol. Como eres wey.

Spreen vió una vez más al chico de alas amarillas. Tal vez tendría que hablar con él para ver bien lo que pasó en su ausencia.

Con el pasar de las horas, poco a poco empezaron a beber.

─ ¡Quackity, cuidado! ─ El grito de Etoiles hizo que todos buscaran al chico con la mirada. Y grande fue su sorpresa al verlo parado sobre el balcón del castillo.

─ ¡Atención a todos! ─ Elevó su brazo, sosteniendo un vaso. ─ Quiero... Hablar. ─ Hipó. ─ Estoy muy agradecido de tenerlos a mí lado en este momento, de poder recibir a todos cuando pensé que no podría.

Wilbur comenzó a acercase al ver que el chico retrocedía un poco.

─ Quackity, ten cuidado por favor.

─ ¡Estoy bien~! ─ Rió. ─ Quiero decirles, ¡Que cosas increíbles vendrán! Quiero hacer tantas cosas con ustedes, por todos nosotros.

─ Quackity...

─ ¡A la mierda la Federación! ¡Nosotros debemos ser libres! ─ Dicho esto, abrió sus alas y resbaló del balcon, cayendo de espalda.

─ ¡Quackity!

─── 🌔 ───

- xixi.

Some peace | Quackity [pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora