Some peace | Quackity [pausada]

11

Capitulo 11

Roier tenía 8 años cuando lo conoció. Era un niño ligeramente más pequeño que él, distraído, muy energético y torpe. No tardaron mucho en hacerse amigos. Con la inocencia y energía de los niños que eran, jugaban por la isla hasta no poder más.

Si algo le sorprendía mucho a esa edad, era ver las alitas de patito de su amigo. Eran algo que nunca antes había visto.

Sin embargo, a pesar de parecerle muy bonitas, le molestaba que hacían perder el equilibrio a Quackity. Él tuvo que consolar muchas veces a su amigo cuando este caía por culpa de sus alas al abrirse sin su consentimiento. No podía volar, pero al mismo tiempo le dificultaban mucho su caminar.

Él no sabía nada sobre los híbridos, menos de híbridos aéreos, por lo que nunca se cuestionó aquella gran dificultad para controlar sus propias extremidades.

Unos meses después de cumplir los 10 años, Quackity fue alejado de su lado por un largo tiempo. Hasta el día de la fecha, Roier consideraba aquello como los peores meses de su vida.

Tenía más amigos, claro que sí. Él se consideraba a sí mismo una persona bastante atrayente y social. Sin embargo, su relación con Quackity era diferente. Habían pasado por muchas cosas juntos a pesar de los pocos años que se llevaban conociendo -sin mencionar que eran apenas unos niños-. Eran inseparables, y que de pronto los separaran fue algo realmente doloroso para ambos.

Su padre le intentó explicar miles de veces la situación al verlo tan triste, pero su cabecita simplemente no era capaz de comprenderlo.

Volvió a verlo a los 11 años. Se veía diferente, su cabello era más largo, estaba más delgado y pálido. Debajo de sus ojos habían ojeras que nunca pensó ver en un niño de su edad. Lucía enfermo, y eso lo preocupó mucho.

A pesar de esto, con el tiempo todo volvió a la normalidad. Siguieron jugando, riendo y creciendo juntos. Nunca supo lo que hizo su amigo el tiempo que estuvo lejos, y tampoco volvió a insistir en saber.

Por eso, cuando Quackity desapareció, se sintió el peor amigo en el planeta. Sentía que debía ir con él, que debía decirle que nada de lo que había dicho su marido era verdad. Que él lo amaba y apreciaba, que siempre sería su mejor amigo.

Ahora, con un chico idéntico a Quackity frente a él, sintió su corazón agitado. Se sentía algo desesperado, ¿dónde estaba su amigo? ¿estará bien? eran las preguntas que llenaban sus pensamientos.

─ No entiendo a qué te refieres, estoy aquí. ─ El chico abrió sus brazos, mirándose a sí mismo con falsa confusión. Roier no era tonto, pero fingía serlo justamente para situaciones así.

─ Lo volveré a preguntar: ¿Dónde está Quackity? Mi amigo.

Ambos se miraron por varios segundos. Largos y tensos segundos que parecían horas.

─ ¿Por qué piensas que no soy yo?

─ La misma pregunta abre las puertas a mis dudas. Quackity y yo nos conocemos de años, sabemos las cualidades y defectos del otro como propios.

Quackity entrecerró sus ojos. "Mierda" Pensó.

─ Quackity sabe que a pesar de hacerme el tonto y distraído, soy alguien atento, nunca olvido detalles. Nunca lo olvidaría a él. ─ Hizo una pausa, sin dejar de mirar al azabache frente a él. ─ Tenía mis dudas desde tu llegada, pero quise esperar unos días. Tal vez sería el shock del secuestro o alguna mamada así... Tal vez no quise aceptar que mi amigo no había regresado.

─ Roier...

─ Sin embargo, el día de la fiesta de bienvenida hiciste y dijiste cosas que llamaron mi atención.

─ Wey, ¿qué bebiste o qué? dime así yo también me empedo. ─ Quackity río en busca de alivianar el ambiente.

─ Primero: Quackity le tiene miedo a las alturas. ─ La risa del chico se detuvo abruptamente, mirándolo. ─ Ni con todas las copas encima se subiría de esa forma a un balcón. Las veces que visitó el castillo de Cellbit se mantuvo alejado de aquellos lugares, solo viendo desde la distancia el paisaje.

─ Yo-

─ Segundo: Abriste tus alas y te mantuviste en pie sin problema. Cuando caíste fue porque tú diste un paso para atrás, no por perdida de equilibrio. Quackity a pesar de tener 21 años sigue sin poder controlar sus alas y su equilibrio. ─ Tomando aire, su tono bajó con algo de tristeza. ─ Tercero: Nunca rechazaba estar conmigo al estar así. No importa que tan enojado o triste estaba, no importaba si nosotros nos habíamos peleado, si yo lo seguía y estaba a su lado, él lo aceptaba y luego agradecía. Tú me rechazaste diciendo que querías estar solo.

Decir que Quackity estaba sorprendido era poco. ¿Por qué no me dijeron que había alguien como él en este lugar?

─ No se quién mierda eres, ni porqué eres idéntico a él, pero te anuncio que tu actuación convenció a los demás, pero a mí no. Quiero saber dónde está Quackity, quién eres, y qué haces aquí fingiendo ser él.

─── 🌔 ───

- xixi.