14

478 100 10
                                    

Capitulo 14

─ Dioses, yo... Quackity. Mierda, perdón.

Rápidamente alcanzó un rollo de vendas y comenzó a tratar aquella herida abierta. Miró al chico que ahora temblaba ante su toque y no pudo evitar sentirse culpable.

─ Perdóname, perdóname. ¿Te dolió mucho? ─ Siguió curando mientras murmuraba maldiciones. ─ Pregunta estúpida, poco más y te toco el hueso. Pendejo.

Una vez tratado, respiró profundo. Sus ropas estaban bañadas en sangre, tanto que el olor lo estaba empezando a marear. Miró a Quackity que no había hecho más que llorar; sus mejillas estaban llenas de lágrimas y su cuerpo temblaba, mas nunca alejó el brazo mientras lo curaba, notó Roier.

El que se viera exactamente como su amigo de la infancia lo destrozó por completo.

─ Quackity. Ven, quítate la camisa. Está llena de sangre.

─ No...

─ También tengo que ver el resto de tus heridas. Te prometo que no tocaré de más, no te volveré a lastimar. Solo... No pude controlarme, perdóname. ─ Se levantó y se quitó la prenda manchada para darle seguridad de alguna forma. Se lamentaba un poco ya que era una de sus camisetas favoritas.

Vio como Quackity tomaba aire y poco a poco se empezaba a tranquilizar.

─ ¿Mejor? ─ Cuando lo vió asentir acercó sus manos para desabrochar la camisa. ─ Perdí el contol, ni yo se qué me pasó. Nunca hablé sobre la muerte de Bobby con nadie.

─ ¿Cellbit? ─ La voz del chico sonó quebrada.

─ No. Con él tampoco. Supongo que por eso no sabía que podía llegar a reaccionar así. Tal vez te habría contado después...

─ ¿Y por qué me contaste a mí?

Esa pregunta ciertamente lo dejó mudo. ¿Por qué se lo contó? Cellbit varias veces intentó hablar sobre aquel suceso pero todas las veces se negó o lo evitó. Sin embargo, pudo hablarlo con el chico que se hacía pasar por su amigo, quien ni siquiera insistió en saber.

─ Tal vez... Porque te pareces a Quackity. Y yo a él no le ocultaba nada. No lo sé.

De pronto el silencio reinó en la habitación mientras Roier tiraba la camisa a un lado. Vio el cuerpo delgado, aunque algo trabajado, del chico. Tenía varias cicatrices viejas cerca de las heridas recientes. Tenía curiosidad por saber cómo se las había provocado, pero decidió dejar ese tema para después.

No tardó en desinfectar y cubrir las más grandes. Todavía estaba intentando tranquilizarse. Ver tanta sangre, tal y como el día en que perdió a Bobby, no ayudaba mucho que digamos.

─ No importa.

Roier miró al híbrido a los ojos, confundido.

─ ¿Cómo?

─ Que no importa. Lo que pasó recién. ─ Señaló las vendas que ahora rodeaban su brazo. ─ Entiendo porqué lo hiciste, y se que no fue a propósito.

─ Ah, yo...

─ Y lamento mucho lo que pasó con Bobby, y más que hayas tenido que verlo sin poder hacer nada. ─ Habló en voz baja, casi como si no quisiera que nadie más que Roier lo escuchara.

─ Gracias Quackity. ─ El chico sonrió algo aliviado mientras desinfectaba el último raspón. ─ Creo que eso me tranquiliza un poco.

─ Uhm... Dijiste que querías hacerme unas preguntas. ─ Habló luego de un corto silencio que, para él, resultó algo incómodo.

Some peace | Quackity [pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora