Después de tener una vida de mierda y sufrir castigos más altos que los pecados, se merecen una recompensa que le dé más dicha que logré opacar el dolor del castigo.
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La vida parecía sonreírle, con la oferta de Vegetta para trabajar como un cuidador más de cachorros le estaba llendo bien los pequeños los amaban y el los ama a ellos, al inicio temía no cumplir con las espectativas de los padres pero muchos de ellos incluso le agradecían que sus hijos ya supieran escribir, colorear, leer un poco, así que con eso era feliz, si seguía viviendo en ese horrible departamento con su padre, a pesar de ganar buen dinero este tenía que dedicarlo a deudas, la casa, comida y un poco de ropa de segunda mano.
Lo bueno es que Quackity también parecía ya más dispuesto a cooperar en dejar las drogas eso era un gran avance, por lo menos ahora parecía que las deudas habían disminuido.
Asi que se preparo para ir a empezar su día, hoy llegaba un niño muy pequeño y lo más probable es que fuera complicado el calmarlo, por suerte para el logro encontrar la que parece ser la mejor forma de calmar a un cachorro que sería acercándolo a su glándula de olor y dejarlo allí.
Salió del cuarto y fue al de su padre, lo movió un poco.
-ya me voy a trabajar-
Dijo en un susurro respondido con voz ronca.
-largate y regresa con más dinero, que dios te lleve y traiga con bien-
Solo una sonrisa de sus labios y se fue del cuarto, lo único que había era leche y cereal así que eso desayuno y después empezó su camino hacia el trabajo, algo bueno de que sea un trabajo fijo es que la mayoría de cosas que necesitaba ya estaba allá y solo llevaba su celular, cartera y llaves.
Al llegar saludo a sus compañeras y compañeros de trabajo, Jaiden, Baghera, Mariana, etc.
Y después fue directo hacia la oficina de la dirección, donde tocó la puerta y al entrar vio al ser más sexi que hallan visto sus ojos sin duda alguna un alfa en toda la regla, tratando de ignorar su sonrojo tomo al cajero hizo lo mismo que investigo y se presentó para después ritarse con la pañalera del bebé y el bebé.
Al llegar a su salón todos los niños estaban platicando o simplemente tratando de completar el reto que se pusieron el cual era el que pueda leer la oración que está hasta arriba del pizarrón sería recompensado con un pedazo de galleta de todos los participantes, al entrar todos los niños estaban de nuevo en sus lugares.
-de acuerdo niños hoy vamos a dibujar una fruta y la vamos a pintar-
Todos los niños emocionados empezaron a decir cuál es su fruta favorita y a intercambiar colores con otros compañeros, mientras Roier ponía la pañalera en una mesita alado de su escritorio y se sentaba con el pequeño sobre su piernas el cual empezó a observar todo curioso, hasta que se acercó uno de los niños.
-profe Roier ¿Por qué tiene a ese bebé en las piernas?-
-este bebé es un nuevo compañero y se llama Missa-
-pero es muy pequeño-
- lo es pero no hay edad para aprender-
Con eso el niño regreso con sus amigos a contarles de seguro lo que dijo el profesor, Roier solo río pensando en lo chismosos que son sus alumnos, la clase paso tranquila solo que el pequeño Missa no le gustaba estar lejos de Roier ya que empezaba a hacer puchero una señal de que pronto lloraría, pero eso no impidió que jugará con otros compañeros, parecía un bebé muy listo ya que logro armar una torre de legos.
Cómo se esperaba después de la comida todos los cachorros calleron dormidos y fueron aropados por Roier, mientras el tuvo que acostarse también para que Missa durmiera, una vez todos dormidos les tomo una foto y la envío al grupo de WhatsApp de los padres, era protocolo cada cierto tiempo enviar fotos de los niños para tranquilidad de los padres, después se sentó en su escritorio.
Empezó a ver el estado de su cuenta, ver cuánto le faltaba de pagar al cobrador y después le envío un mensaje a Quackity preguntando si ya habia comido.
Después de eso los pequeños se levantaron y Roier los los hizo repasar el abecedario, mientras a Missa lo ayudaba a sostener un lápiz.
Más tarde empezando a llegar los padres y el último que quedó fue Missa, ambos se acomodaron en la silla Roier hablándole y Missa haciendo ruiditos.
-por ejemplo sabías que yo dberia estar estudiando? Pero no pude hacerlo con tan poco dinero es imposible, por eso Missa tu debes de aprovechar que tú padre tequiere mucho y te va a dar estudios-
-no digo que mis padres no me quiera solo es complicado, demasiado difícil de entender si eres tan pequeñito, con decir que ni yo mismo le entiendo-
Se detuvo al ver cómo por la puerta entraba ese imponente alfa, sonrió de forma amable.
-buenas tardes señor Doblas, aquí está Missa-
Dijo entregándole al bebé, el contrario solo lo pego a su pecho y levantó la papelera y le ofreció el contrario.
- y como estuvo en el día?-
-tranquilo, después de lo de la ofina no volvió a llorar-
El contrario solo asintio y caundo estaba por irse el lo detuvo.
-por cierto si quiere que Missa hablé más pronto le recomiendo hablarle, así el tratara de imitarlo-
Le contrario asintió y se fue, Roier regreso a sentarse y dejo caer su cabeza sobre la mesa, realmente no quería volver a casa pero no tenía de otra.
Después de unos minutos buscando la paz en su mente se levantó acegurandose de que tiene sus cosas y se fue.
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