💙υи ѕοℓο ∂єѕєό☪⃟࿐

🌔Moonlitgh Gentleman🌙

Era el día de su debut, había pasado varios días practicando, pero se sentía nerviosa y sobre todo sola, ya que ni Joseph ni Lillian podían acompañarla, ya que había sido una orden de su padre, era como si buscará hacerla sentir mal a propósito, sin embargo al llegar al lugar, y creer que por fin podría brillar, se dio cuenta de que parecía que todo estaba en su contra ese día, ya que no se esperaba para nada lo que estaba viendo.

Había otra princesa aparte de ella, una que parecía brillar como un sol, mientras ella parecía una fría luna oscura, no podía evitar sentirse miserable, porque a diferencia de ella, a aquella chica su padre la acepto como si nada, la reconoció como su hija, mientras que la gente hablaba de cómo a la joven ni tan siquiera la miraba y sobre todo, cuando empezó el baile de debut ningún joven se le acercó para pedirle su primer baile.

Se quedó de pie mirando como aquella dama de cabellos castaños y ojos azules como gemas, bailaba en compañía de Kiel, un joven noble bastante cotizado por las damas nobles, ella se fue de ahí, estaba a casi nada de soltar en llanto, cuando fue detenida por unos brazos, al mirar quien era, se abalanzó hacia él, la abrazo tratando de dar consuelo, pues había visto todo.

Aunque ella no lo supiera aquel joven de ojos amarillos, la había estado viendo, sin embargo por orden de su padre debía de seguir bailando con Zenit, ya que era su debut y tenía que brillar como una estrella.

Joseph seco las lágrimas de la joven de cabellos dorados, no quería verla así de decaída.

Joseph: Te prometo que te haré brillar esta noche-le dijo con total seguridad

Athanasia no sabia como haría eso, ya que quien tenía toda la atención era Zenit Magrita, pero Joseph le pidió que le tuviera fe. Fue así como la guió a un lugar solitario y le pidió que cerrará los ojos, esperaba que el vestido que le iba a dar fuera de su agrado, ya que no era muy bueno con la ropa en realidad.

Al abrir los ojos, la joven se sorprendió al ver el vestido que tenía puesto, miró al espíritu esperando a que le dijera algo.

Joseph: Es lo mejor que pude hacer-dijo con algo de vergüenza

Athanasia: Me gusta, es simple y lindo-dijo con una sonrisa

Joseph: Sabes, esa es la sonrisa que deberías de tener siempre, te hace ver más linda

Athanasia con cierta pena desvío la mirada, Joseph le extendió la mano, el debut aún no había acabado, así que por ello ambos se dirigieron al salón en donde estaban todos, se acercó a los músicos, pidiendo una melodía en especial, estos al no conocerla se habían negado, pero Joseph les entregó unas partituras.

Los músicos con duda se miraron unos a otros, pero aceptaron al final, les dijo en que momento exacto deberían de empezar a tocar, estos asintieron, fue así como la joven y él se pusieron en el centro de todos, Zenit quien platicaba con Kiel sin querer volteo a ver a la princesa, no era la única, de hecho los presentes habían volteado a verla, pues lucía diferente a como había ido en realidad.

Joseph se inclino levemente extendiendo su mano, Athanasia la tomó y fue cuando la música empezó a sonar de nuevo, la melodía que tocaban era una creación hecha por Joseph, por eso nadie la conocía, una melodía que había escrito solo para la princesa "Cantó de primavera".

Él joven de ojos azules, se inclino levemente para poder decirle algo con una brillante sonrisa.

Joseph: ¡Seamos eternos, solo esta noche!

La joven lo miro con cierta confusión, hasta que comprendió aquellas palabras y sonrió, mirando con alegría a aquel hombre que estaba haciendo todo lo posible porque ella fuera feliz, sin importar las circunstancias.

Ambos danzaron al ritmo de la música, en un baile hipnótico, tenían los ojos de todos puestos sobre ambos, incluso el emperador los miro con enojo, sobre todo lo que más le molestaba era verla sonreír de esa manera, sentía que ella no tenía derecho a ser feliz, sin embargo había algo que le incomodaba y era el joven que danzaba con ella, ya que no  sabía quien era, se le hacia familiar y a la vez no.

Le pidió a Felix que averiguara quien era, ya que quería castigarle por atreverse a tal acto, aunque el pelirrojo si había reconocido a Joseph, aunque le sorprendió verlo con un color de cabello distinto y más elegante, por alguna razón recordó la imagen del cuento de hadas que solía leer la princesa.

Felix: Es como el príncipe azul-dijo en un susurro

Felix hasta ese momento lo entendió todo, Joseph estaba tratando de hacer ese día especial para la princesa, por eso se había vestido de aquella manera, para ser el príncipe que Athanasia siempre soño, debido a ello Felix tomó la decisión de mentirle al emperador, se hizo el que no sabía quién era aquel joven, y que ninguno de los presentes tampoco lo conocía.

Una vez terminó el baile, él espíritu tomó de la mano a la princesa y la sacó de ahí, parecía la huida de dos amantes, ambos durante el camino iban riendo y conversando, regresaron bastante tarde al palacio Ruby, Athanasia ya ni llevaba sus zapatos, ambos iban hechos un desastre.

Lillian los regaño a ambos, pero estos sólo rieron, se habían divertido tanto que el llamado de atención no era nada, pues Joseph la llevo al viejo bosque y le mostró cuál era su hogar, la razón de que perdiera sus zapatos fue porque se metió a un riachuelo para jugar y no supo ni donde los dejó, y tampoco le tomó importancia.

Pero lo mejor de la noche fue cuando Joseph la llevo al lago que había en medio del bosque, el la invito a entrar al agua, pero ella con temor se había negado, hasta que este con una sonrisa traviesa la jalo, ella cerró los ojos creyendo que se iba a hundir, pero al abrir los ojos noto que estaba caminando sobre el agua, este empezó a bailar con ella, la música salió de la nada, pero al mirar bien observo como es que esto salía de las plantas que había cercanas.

Ambos bailaron bajo la bella luz de luna, sin duda esa noche nunca la iba a olvidar, ya que sería un recuerdo especial para ella.

Después del regaño de Lillian la joven se fue hasta su habitación, apenas tocó la cama cayó dormida en un profundo sueño, tenía en su rostro dibujada una sonrisa, sin duda había sido el mejor día de su vida.