XXII

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Billie había cambiado mucho últimamente, no de sentimientos, pero si en su físico, tenía una dieta estricta y sus entrenamientos eran pesados, más de una vez me había invitado a verla pelear, pero la mayoría del tiempo me negaba, iba caminando hacía la escuela de mi pequeño cuando de lejos miré a un chico bien vestido con traje, sabía que era el amigo de mi esposa, el joven shawn, lo extraño era el saber qué hacía en este lugar, cuando en realidad la amistad que tenía era con mi esposa.

Sin ser una persona mal educada me detuve en la entrada del colegio para esperar la salida de mi hijo cuando él llegó a mi lado.

Justo en esos momentos miré a mi hijo buscándome con la mirada hasta que me localizó y caminó hacia mí.

Giré nuevamente dónde estaba shawn y cuando menos pensé ya estaba a mi lado.

-hola joven shawn... -dije con una pequeña sonrisa, quería poner distancia por una simple razón, Billie... ella era exageradamente celosa y la mayoría del tiempo tenía razón, ella sabía cuándo una persona tenía buenos o malos pensamientos conmigo, pero en esta ocasión antes de poder alejarme miré como shawn se había inclinado y me había besado la mejilla bajo la atenta mirada de mi hijo.

-hola ____, como has estado? -preguntó casualmente.

-bien...ahm...-no quería ser grosera con el pero tampoco quería crear alguna situación incómoda. -buscas a Billie para algo? -pregunté, pero el negó con la cabeza, en esos momentos me quedé más confundida que antes.

-en realidad vengo a invitarte a comer...-miró por unos momentos a mi pequeño ojiazul quién lo miraba fijamente. -a ambos. -pidió sonriendo.

Negué con la cabeza varias veces, no quería confundir las cosas, pude notar como la mirada de shawn se dirigía a mis pechos, el vestido color beige que Billie me había comprado en la ciudad de nueva york hacía mis pechos más grandes por la razón de tenerlos cargados de leche de mi embarazo.

Me removí incómoda y tomé a mi pequeño de la mano.

-aprecio mucho su oferta joven shawn, pero debe saber que soy una mujer casada. -para mi sorpresa shawn sonrió.

-eres demasiado hermosa como para estar casada con una...-negué en repetidas ocasiones.

-por favor no haga que deje de hablarle, lo tengo en un buen concepto por como se ha encargado de impulsar la carrera de mi esposa, pero no puedo permitir que se meta en otros caminos. -shawn me miró sorprendido. -fue un gusto verlo. -dicho esto comencé a caminar hacía nuestro hogar.

Mi hijo iba más serio de lo normal y eso que lo conocía a la perfección, él era demasiado alegre, sólo esperaba que Billie aún no llegara de su entrenamiento.

Pero mis plegarias murieron cuando llegué al viejo edificio dónde vivíamos y ella estaba sólo en sujetador y unos pequeños shorts sueltos hasta sus muslos, sus hombros seguían siendo femeninos, pero ahora se notaban duros, era normal había conseguido mucho musculo, sus piernas estaban trabajadas al igual que su abdomen, por un momento me perdí en su cuerpo hasta que escuché como llamaba a nuestro hijo.

-hey... ¡Ya llegaron! -estaba feliz con una enorme sonrisa mientras que en su mano traía una manzana roja.

-hola mami. -dijo nuestro hijo dándole un tierno beso en la mejilla, Billie conocía a nuestro hijo a la perfección y en estos momentos él estaba distante y poco serio, Billie lo miró detenidamente hasta que se agachó a su altura.

Yo observaba la escena desde lejos mientras frotaba suavemente mi vientre.

-que te sucede Lazarev? -preguntó mirándolo, mi hijo resopló y negó con la cabeza.

-no es nada mamá. -me miró por unos segundos y comprendí todo.

-se lo que sucede. -dije con una pequeña sonrisa, Billie me miró esperando y contesté. -hoy me encontré con shawn en la escuela de mi hijo. -dije suavemente.

Billie tomó aire y se levantó, tenía el semblante serio y conociendo lo celosa que era seguramente estaba planeando algo en su mente.

-hijo ve a tu cuatro. -negué con la cabeza mientras me cruzaba de brazos, apenas nuestro pequeño se fue y se escuchó el ruido de las escaleras Billie me miró con mucha seriedad. -que hace ese idiota acosándote!!-gritó mientras caminaba hacia dónde yo estaba.

-no me culpes Billie! -contesté de vuelta, empecé a caminar hacia la cocina para sacar un poco de agua. -él fue el que se apareció en el lugar, yo incluso pregunté si estaba buscándote. -Billie negó con la cabeza mientras me seguía.

-claro, tenías que usar ese vestido, ese idiota quiere acostarse contigo! -mi paciencia estaba terminando, amaba cuándo se ponía en este plan sin embargo no quería discutir con ella.

Me giré para enfrentarla.

-soy una mujer casada con las malditas hormonas totalmente locas! -exploté. -es obvio que quiero tener sexo, pero no con él, si fueras un poco más inteligente ya te hubieras dado cuenta de todo esto. -Billie empezó a sonrojarse.

_____ yo... uhm...-negué con la cabeza.

-guarda silencio. -dije con una mano en alto, salí de la cocina totalmente enojada, quien se creía para pensar en mi con ese tipo tonto? Sentí sus pasos en mis espaldas, era obvio que estaba persiguiéndome.

-lo siento _____, seguramente tus hormonas. -la miré incrédula.

-Billie sólo guarda silencio, quiero descansar. Los pies están matándome al igual que la espalda, vengo de la escuela de mi hijo donde me encuentro a un tonto que se pone a cuestionar mi matrimonio y cuándo llegó a casa lo primero que quiero es un...-mi voz quebró en esos momentos. -un estúpido masaje de mi esposa!

Billie se rascó su cuello en señal de nerviosismo y suspiró sin saber si acercarse o no, al final envolvió sus brazos en mi cuerpo y besó mi cabeza.

-ya _____, ahorita mismo te hago tu masaje, pero no te alteres, es obvio que... no... no me gusta que te miren! -dijo gruñendo como animal, levanté mi rostro para decirle alguna estupidez, pero enseguida sus labios me capturaron con mucha desesperación y....siendo honesta yo esperaba este momento 

La Peleadora | Billie Eilish G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora