XVII

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Billie:

Cuando llegué a casa ya era tarde, venía totalmente cansada y tan pronto como miré el viejo sofá me dejé caer en él, escuché unos pasos provenientes de la cocina, levanté levemente mi cabeza para encontrarme con _____.

- Bill. - estaba más sonriente de lo normal y yo sabía el porqué, estiré mi mano para tomar la suya y la acerqué a mi. - como te fue? - preguntó mientras se acomodaba en mi pecho.

- demasiado bien, aunque estoy muriendo. - dije disfrutando de las caricias que hacía _____ con su dedo índice, trazando círculos en mi brazo. - estuve entrenando y golpeando. - levanté mi cabeza y la miré. - deberías ir a verme en uno de estos días, peleare en una semana.

- Sabes que no me gusta ver ese tipo de peleas. - dijo haciendo un puchero.

- tú chica siempre patea traseros _____. - dije juguetonamente mientras le picaba las costillas, _____ soltó una carcajada para después levantarse, me extrañó no mirar a mi hijo así que le pregunté a _____...- dónde está Lazarev? - ella giró a verme antes de desaparecer por la cocina.

- al parecer está en su habitación, todavía le lastima un poco su pierna y le dije que fuera a dormir. - asentí con una sonrisa mientras me levantaba.

- voy a ver a mi chico. - dije para después desaparecer por el pequeño pasillo rumbo a la habitación de mi hijo, cuándo abrí la puerta de su dormitorio me encontré con un Lazarev profundamente dormido, le peiné su cabello para después besar su cabeza, salí rumbo a mi habitación dónde me quité toda mi ropa, el entretenimiento me había dejado en el polvo.

Llené la bañera que teníamos y me metí en ella emitiendo un jadeo de satisfacción

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_____:

Desde que Billie había contado la situación en la que estábamos había tratado en ayudarla, no quería ser una carga para ella y más de una vez traté hacerla razonar pero era imposible, pero cuando me enteré que peleaba tuve ganas de golpear su rostro, era demasiado terca como para aceptar alguna ayuda, unas horas atrás había ido a dejar a la escuela a mi hijo, en el lugar me había encontrado a Lucy la esposa de Verónica, ambas sabían la situación por la que estábamos pasando y me pidieron convencer a Billie, a finales de este año la familia Iglesias se mudaría a miami, jamás había ido a ese lugar pero según Lucy, el lugar era increíble para la familia, era un clima agradable y además tendríamos más oportunidades para poder trabajar, esa idea la había traído desde la mañana, tenía que convencer a Billie en dejar Brownsville para mudarnos a un lugar que no estuviera abandonado de la mano de dios.

Caminé rumbo a la habitación aprovechando que nuestro pequeño estaba dormido y cerré la puerta en mis espaldas, sabía cómo convencer a Billie en estos momentos, empecé a soltar mi cabello para después alborotarlo un poco con los dedos de mi cabello, me fui desnudando poco a poco hasta quedar sin ningún prenda en mi cuerpo, arrastre mis pasos hasta el cuarto de baño y abrí lentamente la perilla de la puerta, Billie estaba recostada en la bañera con los ojos cerrados y ambos brazos en la parte superior de la bañera, al momento de sentir mi presencia abrió los ojos y me miró.

Una media sonrisa cruzó por su rostro y me tendió una mano.

- ven acá nena. - sonreí de lado mientras me sumergía en la bañera, Billie rápidamente me sentó en su regazo y miró mi cuerpo con los ojos brillantes, subió hasta mis pechos y después conectó nuestras miradas.

Sin dudarlo dos veces me acerqué a ella poniendo mis manos en su cuello para besarla, hace días que no teníamos nada de intimidad y me estaba muriendo, le di paso a su lengua para después soltar un gemido, Billie había tomado mis nalgas para acercarla a su polla, la sensación era increíble, sentía como mis pliegues mojados empapaban su largura.

- ahhh móntame _____..- dijo sin aire, asentí mientras tomaba su polla y la acomodaba en mi entrada, lentamente me fui deslizando dentro mientras miraba como Billie cerraba sus ojos y echaba su cabeza hacía atrás, empecé a subir mientras las manos de Billie me ayudaban, encontré el, movimiento perfecto y pronto estaba gimiendo mientras enterraba mi cara en su cuello, Billie empezó a mover sus caderas con mucha fuerza haciendo que me volviera completamente loca.

- mamá??- la voz de nuestro hijo nos dejó totalmente congeladas, Billie retiró sus manos rápidamente de mis nalgas mientras mal decía y miraba hacía la puerta del baño, me dejé caer nuevamente sobre su polla y escuché como gruño. - mamá dónde estas? -

- ya...ya...voy...hijo! - grité como pude mientras me levantaba de la bañera, estaba enojada conmigo misma y frustrada, no quería saber cómo estaba Billie en estos momentos, pero al mirar su cara roja y adolorida me di cuenta que lo estaba pasando mucho peor que yo.

- mierda _____! - dijo con ojos de cachorro. - me va a salir un tumor si me sigues dejando en este estado. - dijo tocándose bajo el agua, preferí mirar hacia otro lado para no caer en la tentación nuevamente.

- no es mi culpa amor. - dije envolviéndome en una toalla. - me siento frustrada en estos momentos.

- mamá estas bañándote? - la voz de nuestro hijo del otro lado nos detuvo nuevamente, Billie se deslizó en la bañera mientras yo respiraba hondo y trataba de esconder la sensación punzante en mi centro.

- si mi amor, enseguida salgo! - escuché los pasos de mi hijo alejarse y respiré hondo, escuché las maldiciones de Billie y abrí la puerta, mi hijo estaba sentado en la cama esperándome mientras tenía su brazo todavía con los vendajes, estaba mirándome con su cabeza media torcida.

- mamá Bill estaba contigo? - me sonrojé al instante y cambié la conversación.

- que pasa cariño? - dije caminando hacia mi pequeño closet para escoger algún vestido.

- tengo hambre, además no he visto a mamá desde hace días. - dijo exageradamente, en realidad era cierto, la mayoría del tiempo Billie estaba en el gimnasio y cuándo llegaba nuestro Lazarev permanecía dormido.

- ve a ducharte primero cariño, enseguida les haré la cena y sí...mamá Bill esta en casa. - mi hijo asintió sonriente para después brincar de la cama y marcharse a su habitación...

La Peleadora | Billie Eilish G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora