Uno.

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Mis manos se mantenían inquietas y sudaban un poco, los nervios de conocer nuevos compañeros no me hacía muy feliz, pues era difícil que hablara al instante con todos. Habían varios alumnos unos más altos que otros, casi todos nerviosos al igual que yo, pero otros ya parecían conocerse por lo cual me sentía un poco fuera del lugar.

Nos dijeron dónde estaban nuestros respectivos grados y grupos, de inmediato fui en busca del aula que me había tocado para no quedarme sin lugar donde sentarme, al entrar me senté del lado de la pared en esos bancos compartidos, pero no hasta atrás, pues a veces no veía muy bien las cosas que escribían los profesores. Después de un rato parecía que ya todos estaban en los lugares que querían y algunos se hablaban entre ellos, así que para distraerme y no sentirme incómoda, miré algunas cosas en el celular (aunque hayan dicho que estaban prohibido llevarlos), pues me había tocado sentarme sola.

En cuanto entró el primer profesor del día guardé el celular y me acomodé en el asiento.

—Buenas tardes, espero hayan venido todos hoy. Soy el profesor Kim Dan, yo les daré la clase de biología y espero pongan atención, porque en cuanto empiezo la clase no me gusta que interrumpan—. Sonrió muy poco dando a entender que era cierto. —Bueno, todos se van a presentar, por lo que veo no todos se conocen—. Miró a todos los que parecían no saber nada de nadie, así como yo.

Comentó un poco sobre cómo nos presentaríamos, también que iba a ser por número de lista, así que esperaba no ser de las primeras o de las últimas. Cada nombre que decía trataba de recordarlo, pero me fue difícil al ser varios. En cuanto llegó mi turno me levanté algo nerviosa de mi lugar, lo peor que pasaría sería que se me fuera la voz o me diera por decir mal una palabra.

—Hola. . . Me llamo—. Mientras decía mi nombre trataba de ocultar el nerviosismo que tenía, me sentía tan atacada con las miradas, aunque estás no fueran malas miradas, me causaban inseguridad en mi misma. —Tengo 16 años y no tengo grandes planes a futuro, bueno, más bien aún no he pensado bien eso y. . . Ya es todo—. Sonreí muy levemente y volví a sentarme agradecida de haber acabado con eso, aunque luego me sorprendí al notar que solo una persona había faltado.

El resto del día solo fueron los profesores presentándose y hablando de cómo daban sus clases, algunosateriales que usaríamos y cosas así, cuando fue la hora del descanso no tenía ganas de salir y ver a todos esos desconocidos, pero de verdad que me dió hambre y me forcé a salir para ir al comedor. Guardé el lápiz y la libreta que había sacado para anotar un par de cosas y también hacer garabatos. Suspiré y caminé hasta la puerta, miré hacia afuera y  cuando iba a dar el primer paso fuera del aula, me sorprendí al escuchar una voz.

—Si quieres puedo ir por tu comida, se nota mucho que no te gusta este lugar—. Miré hacia donde estaba aquella persona y agradecía que al menos alguien me haya hablado para evitarme la vergüenza de hacerlo por mí misma. 

♡: Love PlanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora