♡: Love Plan

Dos.

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Al día siguiente que iba entrando al aula, me dí cuenta de que otra persona estaba ocupando el asiento que ayer estaba vacío a mi lado, no quería perder mi lugar, así que caminé hasta estar en el lado vacío y me senté, tal vez y era la persona que había faltado ayer, por lo cual no le diría nada malo.

Las clases transcurrieron algo normal, si no fuera por la incomodidad que sentía por no haberle hablado a ese chico, aunque en varias ocasiones ambos intentamos decir algo no lo hacíamos y no sabía porqué.

—Disculpa. . ¿Me puedes prestar pegamento?. Olvidé traerlo—. Me sorprendió un poco cuando me habló, ya que iba a hablar primero para preguntarle si necesitaba el pegamento, pues parecía que lo buscaba por todas partes y no lo encontraba. 

—Sí, justo iba a preguntarte si lo querías—. Sonreí un poco y se lo dí.

—Perdón, si no te dije nada antes, no vayas a pensar que solo te hablaré para pedirte cosas, solo que no sabía qué decirte—. Lo miré pegar la hoja de ejercicios y negué.

—Está bien, no te preocupes. Tú faltaste ayer, ¿Verdad?—. Asintió y tan solo me limité a hacer un pequeño ruido. —De tu nombre si me acuerdo, porque fuiste el único que falto. Eres Felix, ¿No?.

—Ese es mi nombre, ahora me van a recordar como el que faltó el primer día, pero fue porque me quedé dormido, de los nervios no pude dormir y pues por eso no vine—.Me dió el pegamento y sonrió—. Gracias, mañana traeré mi propio pegamento.

—No es nada, también luego se me olvidan las cosas—. Así seguimos hablando por todo el rato, al parecer lo difícil era hablarle por primera vez, pero ya después podía hablar de todo con él.

Cuando fue hora del descanso salí por primera vez y caminé hasta la cafetería, había demasiada gente, como si fuera una estampida y pelearan por la comida. Entré de a poco entre todos hasta que me empujaron tan fuerte que casi estaba por caer, aunque evité eso.

—Estos animales te van a aplastar aquí—. Miré hacia atrás y ahí estaba Felix tan inmune a los empujones.

—Bueno, al menos lo intenté, ¿Puedes comprarme la comida? Porfavor—. Le di el dinero que traía y lo miré—

—Claro, no hay problema, ¿Compro lo que sea?.

—Solo que sea comida—. Le sonreí y salí de entre todos esos que se empujaban como para ver quién ganaba. Entonces cuando estuve fuera pude ver a Chris con sus demás amigos.

—¿En serio pudiste salir de ahí?—. Asentí por la pregunta.

—Pero tuve que pedirle a Felix que comprara mi comida, no pude pedir nada porque me empujaron muy feo. No pensé que fueran tan salvajes—. Reí bajito por el mal chiste.

—También le pedimos a Felix que nos comprara la comida, siempre nos turnamos para comprar. Aunque si no entiendo porqué la necesidad de empujarse, sería más fácil si se formaran bien.