Las puertas de mi voz se cierran, un grito quemando mi garganta, una explosión vacía en mi pecho que llenará mis ojos con pesadas lágrimas, lágrimas que se quedarán sin derramar, lágrimas que se encargarán de nublar mi vista y hacerme tropezar en el camino. No puedo culpar a alguien de esto, no cuando yo soy la única culpable de no dejar ir mis verdaderos sentimientos, se sienten tan agobiantes, tan fríos, tan destructivos que me llegan a parecer algo encantador e intimidante al mismo tiempo. Mis latidos entonan un ritmo tortuoso, acompaños de la canción de mis pensamientos, haciendo así la sinfonía de mi propio caos.
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Insomnio.
RandomPequeños textos de práctica que escribo durante mis noches de insomnio.