Al cruzar el puente me encuentro con el, se que es el, lo sé por su manera de pararse, por qué esa silueta no podría pertenecer a nadie más. Decido acercarme, camino hacia el y de un momento a otro me encuentro corriendo, corro con desesperación, corro con emoción de verlo, y cuando por fin llegó y abro mis brazos hacía el, desaparece, se ha ido, nunca estuvo aquí, no ha sido más que mi mente jugando conmigo.
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Insomnio.
NezařaditelnéPequeños textos de práctica que escribo durante mis noches de insomnio.