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—No es una herida grave, no hay razón por la cual preocuparse. Solo reposa unos días y no hagas esfuerzos. —Decía la pilar del insecto, Shinobu Kochō.

—Bien..— El mayor la miraba inexpresivo a lo que decía, había llegado recién de una misión en la cual salió levemente herido. Pero nada grave.

—...—

—Tomioka, puede retirarse— mientras la ojivioleta decía esto, le daba unas pequeñas pastillas por si empezaba algún tipo dolor o punzada.

Giyuu no dijo nada, solo se levantó de su lugar, y se puso bien su uniforme y su haori, salió de el lugar en el que se encontraba no sin antes escuchar la típica frase de la menor de las Kochō al referirse a el.

—Deberías ser más expresivo, Tomioka. ¡Por eso todos te odian!— la mujer le decía eso con un tono de burla y una falsa sonrisa. Kochō sabía que eso molestaba a el azabache y se lo repetía cada que lo veía, le gustaba molestarlo.

El azabache sin quitar su seria expresión, salió de ahí ignorando las palabras de la menor.

Giyuu salía de la finca mariposa en dirección a su finca, estaba un poco adolorido gracias a la herida que tenía en su costilla izquierda

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Giyuu salía de la finca mariposa en dirección a su finca, estaba un poco adolorido gracias a la herida que tenía en su costilla izquierda. Paró su caminata al escuchar una voz que se escuchaba a lo lejos.

Intentó divisar la voz a lo lejos, la cual está se volvía más fuerte al pasar de los segundos.

—¿Tanjiro?—

—¡T-Tomioka- San!— Decía el mayor de los Kamado, se veía un poco agitado por correr.

—¿Como te ha ido en tu entrenamiento?— Decía el mayor aún con su seria expresión. Aunque no lo demostrara, quería a ese niño como si fuese su hijo, le daba gusto verlo.

—¡Muy bien! Ya casi lo termino, y hoy tengo el día libre, así que quería.. invitarlo a cenar.. ¿está disponible esta noche?— Decía con cierto nerviosismo el cual el azabache no percató.

—Bien.—

—¿Enserio? ¡Gracias, Tomioka-San! ¡Pasaré por usted a las 7:00!– Decía el Kamado mientras se iba y alzando su mano en forma de despedida, el cual el mayor hizo la misma acción y al no verlo más, siguió con su camino.

Giyuu caminaba lentamente hacia su finca, iba con cierta incomodidad gracias a su herida.

Desde hacía unos minutos después de la pequeña plática con Tanjiro, se sentía observado, una que otra vez volteaba a sus alrededores en busca de él proveniente de ese sentimiento. Pero no encontraba la razón. Decidió ignorarlo ya que pensó que simplemente era él y simplemente siguió avanzando sin más.

—Tomioka.—

El antes mencionado volteó a ver de donde provenía esa voz, venía del Shinazugawa mayor.

—¿Hay algún problema?— Dijo el azabache mirando como el peliblanco se acercaba a él, viendo cómo este lo veía de arriba hacia abajo, cosa que lo hizo sentir levemente incómodo, pero sin demostrarlo.

—..Nada, solo quería saludar. ¿No puedo hacerlo?—

Una gran sorpresa se apoderó del de menor estatura, Sanemi siempre lo había despreciado haciéndole malas caras o provocaba que se sintiese mal.

Miró con notable sorpresa al peliblanco provocando que este ríese, mientras que estaba lo suficientemente cerca como para poner su mano en el hombro del Tomioka.

—Venía a saludar, pero ya me voy.— Dijo sin más el Shinazugawa para retirarse, no sin antes dar unas pequeñas palmadas en la cabeza del más bajo.

Y ahí estaba Giyuu, procesando todo lo que había pasado, sin quitar la misma expresión de sorpresa.

—...— Todo su camino se fue en silencio, estaba acostumbrado a los insultos del peliblanco, nunca lo había llamado, y menos por su apellido.

— Todo su camino se fue en silencio, estaba acostumbrado a los insultos del peliblanco, nunca lo había llamado, y menos por su apellido

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—Au..— Pequeños muecas y jadeos de dolor se escaban de la boca de Giyuu, estaba cambiando las vendas de la herida, en esa zona era sensible, lo cual le causaba más dolor la herida.

Habían pasado unas horas de lo sucedido con Sanemi, Giyuu lo había olvidado, pues ahora estaba centrado en otra cosa.

Había terminado de ducharse, había sido un día cansado, estaba sucio. Apenas había regresado de una misión en la cual todo habría sido facíl y rápido, ha no de ser de los civiles que se encontraban ahí.

Terminando de vendarse, vistió una yukata azul, tomando su pelo y haciéndose su típica coleta. Tomando su katana también, aunque tenía los dos próximos días libres, la llevaba por si las dudas.

Leves golpes provenían de su puerta, El azabache se levantó de su lugar para ir a abrirla, mostrando a el mayor de los Kamado, vistiendo el típico uniforme de cazador y su Haori.

Tanjiro miró a Tomioka de arriba para abajo, mostrando cierto nerviosismo. Cosa que el mayor percató.

—¿Pasa algo?—

—¿Tenía que venir arreglado?—

El azabache rió levemente ante el comentario del menor.

—No. Tengo unos días desocupados.—

Un pequeño y corto silencio se apoderó del lugar, el cual fue cortado por el mayor.

—¿Vamos?—

—A-ah si, disculpe Tomioka-san—

—A-ah si, disculpe Tomioka-san—

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😃..

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