Starscream

41. Reprimir impulsos

Ratchet no percibió el dolor hasta que Lockdown lo dejó sobre esa misma camilla en donde, poco tiempo atrás, había reparado las heridas de Starscream.

En ese momento, el dolor fue punzante y horrible. Ratchet sintió tanto miedo que comenzó a llorar sin poder evitarlo. Pensó en que estaba arrepentido de haberle gritado a Optimus aquella vez, que no quería que Ironhide sufra por su culpa, y que no podía abandonar a Red Alert. Recordó que Lockdown le había dicho que, en verdad, muchos bots lo querían, y se sintió tremendamente mal por no haberles demostrado cuánto los apreciaba. Algo en él quiso culpar a Optimus por haberlo arruinado, por haberlo vuelto tan dependiente. Otra parte de él se retrucó a sí mismo que todo era consecuencia de sus acciones.

Starscream repetía que las heridas no eran graves y que podrían sanarlo con rapidez. Lockdown se concentró y en poco tiempo, Ratchet deja de sentir dolor. Sin embargo, la desconfianza es tanta que él mismo se asegura de estar bien soldado. Observa que había quitado todos los restos de metal que se habían clavado en su estómago. Aún así, Ratchet quiere llegar pronto a Ciudad Autobot para que Red Alert controle si, de verdad, está limpio.

—No pensé que podrían clavarse algo —admite Starscream—. Solo quería evitar que sigan cayendo, y eso fue lo único que pensé.

—No importa —dice Lockdown—. Estuvo bien.

Ratchet está seguro de que jamás se olvidará de «esa situación». De hecho, no podrá volver a mirar a Lockdown nunca más. Ojalá, Lockdown no revele nada, y Starscream no se haya enterado de lo sucedido. Ahora, volverá a Cybertron, se concentrará en su trabajo, y seguirá su vida como si nada hubiese ocurrido. Quizás, sueñe con Lockdown durante lo que le queda de existencia. Serán muchos años de sueños sucios y actitudes reprimidas, pero no importa. Quizás, hasta sean sueños placenteros.

—Debemos regresar a Cybertron —menciona Starscream—. Debemos informarle a los demás de esto.

Ratchet sigue llorando en silencio aunque con un poco de desesperación. Piensa que llorar tanto no es, precisamente, sano. Entonces, se plantea a qué se refiere Starscream cuando habla de «informar a los demás de esto».

Ratchet comienza a pensar algún método que le permita dejar de llorar como un histérico, aunque ahora mismo, no recuerda ninguno. Bueno, en verdad, jamás los puso a prueba.

—Oye.

Starscream pone una mano sobre su hombro, y Ratchet levanta la mirada hacia él. Luego, la desvía y sigue concentrándose en inventar algo que lo distraiga. Eso o que sus compañeros se alejen de él para que pueda llorar solo.

—Sé que estás cargando con mucho y que ya estás agotado. No voy a matar a nadie si no encuentras una cura. Te prometí que no lo haría y no lo haré. Solo hay tres enfermos, y vamos a esperarte.

No mira a Lockdown. Lo percibe cerca de él, lo olfatea. Ojalá, tuviese el carácter suficiente para echarlo de allí, para que Lockdown se enfurezca con él y no tenga el impulso de volverlo a ver nunca más.

—Yo te prometo que no le contaré nada a nadie.

—Perdón por eso —suelta con el mismo tono desesperado de todo su llanto mientras se vuelve hacia Lockdown—. No quise hacer nada de eso.

—Ya lo sé. No pasa nada...

—Debo haber parecido un desesperado.

—No, está bie... Quiero decir...

—Déjame en Cybertron y no vuelvas a verme...

—Tenemos que seguir con el plan —recalca Starcream con una tonada extraña—. Y habíamos establecido que ambos se esconderían por unos días...

—Entonces, voy a saltar por un barranco.

—No puedes hacer eso —vuelve a hablar Starscream.

—No, claro que no. Tengo que darles la cura.

—Oye...

—Y solo quedan dos médicos en Cybertron, no puedo dejarle todo el trabajo a Red Alert. Optimus se enojará con ustedes, Ironhide también.

Starscream se aleja un poco y se cruza de brazos. Lockdown lo sigue observando con una expresión sorprendida y aterrada.

—¿Por qué no tratas de recargar un poco? —propone Lockdown—. Los llevaré a Cybertron y mientras Starscream hace lo suyo, tú descansas. Tú sabes mejor que nosotros lo importante que es descansar.

—No te preocupes por Red Alert. Ni por tu gemelo. Cuando vuelvas, te ayudaremos con lo que necesites.

Lockdown se retira con la misma actitud de siempre: despreocupado de todo. Starscream se queda en la habitación, pero Ratchet observa a Lockdown irse y comienza a sentir una horrible sensación de vergüenza aún más fuerte que antes: no tuvo que decir nada. Ahora, Starscream debe de estar imaginando muchas cosas, y Lockdown, quizás, ni estaba preocupado por sus actitudes. Después de todo, no estaba realmente sorprendido por sus acciones.

—¿Prefieres quedarte solo o quieres que te acompañe?

—¿En qué?

—Tienes que recargar un poco. Estás demasiado alterado.

—¿Eso es lo que crees de mí? —murmura Ratchet luego de unos segundos—. Qué solo estoy alterado...

—Todos estamos alterados, pero lo demostramos de otras maneras.

—Tú no estás alterado. Lockdown tampoco.

—Cada uno lo demuestra a su manera, ¿verdad? Es igual a los síntomas de las enfermedades en cada paciente: todos sienten lo mismo, pero lo viven a su manera.

—Sí, bueno.

Ratchet se recuesta y trata de buscar una posición que lo ayude a recargar sin comprometer sus heridas. Su cabeza no deja de procesar información, nueva y vieja, recuerdos tontos, datos importantes. Al rato, comienza a sentir que da vueltas y vueltas en la nada. Su mente gira y gira.

—¿Nos estamos moviendo?

—Lockdown está despegando.

—Se mueve muy rápido.

—No...

—Creo que voy a vomitar.

Ratchet cierra los ópticos. Su cabeza sigue girando velozmente, su estómago duele. Siente las manos de Starscream sobre su cuerpo como si tratase de ayudarlo a mantenerse quieto. Extrañamente, las sensaciones horribles se van poco a poco. De repente, percibe los intentos de Starscream por tranquilizarlo, las palmadas leves en su espalda como si fuese un recién nacido.

—Quiero ir con Red Alert.

—Trataré de contactarlo sin arruinar el plan.

Al final, Ratchet cae en recarga lentamente, y Starscream no se mueve de su lado.