Hasta que me conoció - La Élite

1.1K 29 0
                                    

—Te quiero. —dijo en mi cuello.

Cuando dijo eso mi corazón se paró por un par de segundos. Me giré haciendo que Eric se separará de mi para mirarlo a los ojos con el ceño fruncido.

—¿Qué has dicho? —pregunté esperando que lo repitiera.

—Que te quiero... Que me gustas Nuria. —soltó nervioso.

Me quedé muda, mi piel se volvió de gallina y solo pude mirar al suelo, sonreír y jugar con el dobladillo de la camiseta.

—¿No vas a decir nada? —preguntó con tono de desespero, escuché como resopló y elevé mi cabeza para mirarle— ¿No sientes lo mismo verdad? —se giró y paso sus manos frustrado por su pelo el cuál aún estaba húmedo y empezó a hablar para él mismo— Martí tenía razón, soy imbécil joder.

—Eric... —murmuré haciendo que este se girara.

—¿Qué pasa Nuria? Si vas a decirme que no me preocupe puedes ahorrarte las palabras, porque ahora he hecho que nuestra amistad termine. —habló desesperado.

—No voy a decirte eso Eric. Solo que me has pillado desprevenida diciendo eso, ya está. Pero sí, tú también me gustas... —se me escapó una sonrisilla y vi como Eric se quedó más tranquilo.

Vi como se formó una sonrisa en él y se quedó enfrente mía mirándome a los ojos.

—¿Puedo? —preguntó refiriéndose a mis labios.

—Ya has hecho conmigo lo que has querido, así que no sé porqué preguntas ahora.

Sin pensarlo me besó con tranquilidad mientras posaba sus manos en mis muslos y me cogía para subirme encima suya.

—¿Otro round? —preguntó separándose de mi con una sonrisa.

—No, me duele todo, quiero dormir me ha costado hasta andar para ir al armario. Además de que podemos hacer más cosas que no sean esta. Que siempre piensas en lo mismo.

Le di un golpecito en la espalda y me bajó para tirarme en su cama, ponerme boca abajo y esconder mis manos bajo la almohada. Enseguida me quedé dormida entre las sábanas mientras que él se iba al comedor o no sé donde. Me desperté por culpa de el peso de Eric el cuál me estaba dando besos por toda la cara.

—Eric tío. —me quejé— ¿Puedes dejarme dormir?

—No, me tienes que ayudar a arreglar la casa que viene la Élite en una hora.

—Joder. —abrí los ojos y me lo encontré mirándome con una sonrisa, me dio un beso corto en los labios para después abrazarme y apoyarse en mi pecho— Venga va si quieres que te ayude levántate que luego tengo que ir a mi casa a cambiarme y tapar lo que has hecho.

—Eres muy cómoda. ¿Lo sabías? —dijo mientras se hacía el remolón en mi pecho.

—Venga Eric, en serio. —hablé mientras me sentaba y él no se separaba de mi— Eric Ruiz quítate venga.

Conseguí que se levantara de encima mía y me fui directa al baño para lavarme la cara, mientras que escuchaba de fondo como ponía música. Me sequé la cara y fui directa a la cocina la cuál estaba hecha un desastre, fregué los platos rápido y después ordené los cojines del sofá. Para irme corriendo a mi casa y cambiarme para ponerme el vestido morado que tanto ansiaba comprarme, con unos tacones finos de color negro.

Fui al baño y empecé a taparme con base de maquillaje como podía lo que había hecho, este chico un día me iba a dejar sin maquillaje para tapar los chupetones. En cuanto conseguí taparlos volví a la casa de los hermanos, cuando me abrieron la puerta me encontré con Eric vestido tal y como estaba hace un par de minutos.

Hasta que me conoció // Eric RuizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora