Hasta que me conoció - Vestido

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Me desperté en la cama sola, Eric al parecer se fue con su hermano a grabar como me dijo. Hice mi rutina de siempre pero hoy por suerte no tenía que ir al trabajo, y de paso Ester y yo nos íbamos a ir a centro comercial a pasar el día. Se hicieron las once de la mañana y Ester ya estaba en mi casa mientras que yo terminaba de cambiarme.

—¿Y cómo vas con Javi? —le pregunté mientras buscaba por mis cajones unos vaqueros blancos.

—Pues bueno. Estamos saliendo.

Yo que estaba buscando el pantalón por el pequeño vestidor el cuál estaba completamente desmontado, mientras que ella estaba sentada en mi cama y me dijo eso me quedé parada procesando lo que me había contado y, después de un rato reaccioné corriendo hacia ella para abrazarla y tirándola a la cama de la fuerza que había hecho.

—¡¿Por qué no me lo habías dicho antes?! —le pregunté sin moverme de encima suya.

—No sabia como decírtelo. Y quítate de encima mía que me aplastas. —se quejó.

Me levanté de encima suya para seguir buscando mis pantalones vaqueros blancos y mi top negro. Mientras los buscaba Ester me empezó a preguntar sobre porqué la llamé ayer.

—¿Y para qué querías que viniera supuestamente?

—A ver, ayer te llamé para que vinieras ha ayudarme con algo. Es que últimamente, pues tengo un sentimiento raro con Eric, me hace sentirme a gusto con él y esas cosas y, además de que ayer nos... acostamos.

El silencio reinó durante unos largos segundos en la casa. Miré a Ester y estaba intentando procesar todo lo que le había contado.

—A ver Nuri, sé que tu nunca has experimentado esto, —escuché como su voz se acercaba poco a poco y vi que estaba apoyada en la puerta del vestidor— te gusta Eric tía.

—¿Qué dices Ester?

—Lo que oyes Nuria, si te sientes a gusto con él, os habéis liado un par de veces y ahora me estás diciendo que ayer te lo follaste, pues me lo estás diciendo todo. Pero como nunca te ha gustado alguien no sabes que significa.

—Pero yo no quiero enamorarme Ester, sabes que yo estoy centrada en mi carrera y en mí trabajo.

—Nuria, llevo diciéndotelo durante mucho tiempo. Ese trabajo no te hace bien, te tiene explotada y estresada y por culpa de ello has entrado en la ansiedad joder.

Cuando dijo eso le miré seria, siempre me decía lo mismo y yo siempre le decía que era mi trabajo y eso no me agobiaba.

—Ester. ¿Cuántas veces te he dicho que mi trabajo no tiene nada que ver con eso?

—Tienes que dejarlo, ya tienes todo el dinero suficiente para vivir hasta jubilarte tía.

—Ya lo sé Ester, pero no pienso dejar mi trabajo por algo que no me provoca.

Ignoré la conversación que acabábamos de tener y seguí buscando los pantalones, los cuales no encontraba y me estaba empezando a agobiar.

—¡Joder! ¡¿Dónde cojones están?! —grité para después darle un golpe a la puerta de uno de los armarios.

Sentí los brazos de Ester agarrarme y sentarme en la cama, no veía nada, lo veía todo borroso, y me costaba respirar.

—¡Nuria, Nuria, mírame por favor!

Mi caso fue nulo, no sabía que me pasaba, el cuerpo me empezó a pesar y mis ojos se cerraban, hasta el punto de ver todo negro.

ESTER

Hasta que me conoció // Eric RuizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora