Hasta que me conoció // Eric Ruiz

Hasta que me conoció - Lencería

Cuando preguntó eso me tensé lo cuál Eric notó y pasó su brazo por mis hombros.

—Sandra te presento a Nuria, mi amiga.

En cuanto lo dijo se acercó a mi y me dio dos besos con una sonrisa.

—Pasar. Que estaba preparando café. —dijo Sandra con una sonrisa.

—Que va, tenemos cosas que hacer y a lo mejor Nuria también.

—Pues que sepas Eric, que tengo que conocer a esta amiga tuya un día de estos. —habló Sandra mientras le daba un abrazo por los hombros a Daf.

Nos despedimos de ella, Javi nos dejó en casa ya que había quedado con Ester para ir a la playa o no sé qué rollo. Ahora estaba yo guardando todo el maquillaje que había comprado con Dafne mientras que Eric no sabía dónde estaba.

—¿Para qué necesitas tanto maquillaje? —la pregunta de Eric se hizo presente junto a sus manos en mi cintura.

—El maquillaje es el maquillaje Eric, no lo entenderías. —dije obvia mientras buscaba dónde guardar el gloss rojo intenso de KIKO.

—Si te pones ese gloss te juro que acabará corriéndose cuando te bese mientras te follo. —murmuró mientras me pegaba más a él, tenía ganas de hacerme todas las barbaridades que se le vinieran a la cabeza, pero no podía, aún me dolía desde la última vez.

—Eric, no empieces por favor. Tengo cosas que hacer y no puedo estar contigo todo el rato. —hablé firme mientras guardaba un rímel que había comprado.

—Venga porfa, uno rápido. —me suplicó mientras bajaba sus manos a mis caderas.

Cuando hizo eso cerré los ojos para contenerme y seguir haciendo cosas en la casa, la cuál tenía hecha un desastre siempre.

—Eric no y punto. Tengo cosas que hacer. —hablé mientras cerraba el cajón del maquillaje para luego abrir otro y sacar una pinza para recogerme el pelo.

—Por favor, no puedo aguantarme otra vez por tu culpa.

—No es mi culpa que estés así. —comenté poniéndome bien la pinza.

—Si que lo es, y ahora más. —habló mientras pasaba su mano derecha a la parte de mi abdomen y bajarla poco a poco.

—le miré desde el espejo seriamente— Eric tengo que arreglar la casa, en serio.

Cuando sentí sus dedos rozar mi ropa interior no pude aguantar más el deseo y jadear mientras que su otra mano pasaba a mi boca donde introdujo sus dedos índice y corazón. Su mano empezó a apartar la tela para sentir sus dedos en mi sexo y hacer que mi cabeza se apoyara en su hombro, sus dedos comenzaron a moverse lentamente por mi clítoris mientras que con la otra mano metía y sacaba los dedos de mi boca haciéndome jadear en su oído.

Noté como introducía un dedo lentamente en mi entrepierna y comenzaba a moverlo lentamente haciendo que deseara que los moviera más rápido, segundos después metió otro dedo con los cuales siguió moviéndolos lento pero a la vez intensamente, sacó por fin sus dedos de mi boca y pasó su mano izquierda por encima de mi camiseta para apretar mi pecho izquierdo, para que yo soltará un gemido en su oído.

—Ni se te ocurra volver a hacer eso Nuria. —murmuró con voz ronca y provocativa.

—Más rápido, por favor... —le supliqué mientras le agarraba del brazo con el cuyal había dejado ya de jugar con mi pecho y estaba clavándole las uñas por el placer que me estaba haciendo sentir en esos momentos.

—Tus órdenes serán concedidas preciosa. —sentí como me miraba y sus dedos empezaban a coger más impulso y rapidez.

Empezó a moverlos tan rápido que necesitaba más y más así que empecé a moverme de adelante a atrás para que supiera que quería más, cuando sentí que me empezó a besar, morder, lamer y succionar el cuello con ansias, desespero y protección empecé a gemir como una loca hasta que sentí como algo salía de dentro de mi y suspiré aliviada. Sacó su mano de mi pantalón, dejó de besarme el cuello y se fue por el pasillo dejándome sola en el baño.