Hasta que me conoció - Vaho

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NURIA

—¡FELICIDADES NURIA! —escuché como grito Eric, haciéndome abrir los ojos para encontrarlo con una camiseta blanca de tirantes, sus pantalones negros, el pelo mojado y las gafas de Sol en la cabeza, se tiró encima mía y empezó a darme besos por toda la cara.

—Eric joder, ¿qué hora es? —le pregunté estirándome.

—Las diez, ¡venga arriba!

Se levantó de encima mía y abrí mis ojos como platos al escuchar que dijo que eran las diez de la mañana.

—¡¿Las diez de la mañana, tu estás loco o qué?!

Me puse boca abajo escondiendo mis brazos debajo de la almohada para seguir durmiendo, pero Eric segundos después se tiró de nuevo encima mía haciendo que yo me quejase.

—Eric déjame dormir anda. —renegué mientras restregaba mi cara en la almohada.

—Venga, que en media hora tenemos que ir al centro comercial. —en cuanto escuché eso me di la vuelta como pude y abrí mis ojos como platos junto a una sonrisa— ¡Ahh, cuando quieres si te despiertas eh!

—me reí— Bueno, pero es que eso es muy importante y especial cariño.

—A las dos tenemos que irnos que hemos quedado con los demás, pero primero nos vamos a ir los dos al centro comercial, y te voy a comprar lo que quieras, eso si no te pases que no soy millonario. Que nos conocemos.

Me reí por su comentario y lo cogí de las mejillas para darle un beso en la comisura de los labios para después conseguir que se levantará de encima mía, fui a levantarme y me acordé de que no llevaba ropa, simplemente mi tanga.

—Eric, ¿puedes salir que me cambie? —le pregunté mientras me tapaba con la sábana.

—Como si no hubiera visto nada antes. —dijo él riéndose.

Le miré con cara de que se fuera y me hizo caso enseguida, salí de entre las sábanas y fui directa al vestidor de donde saqué la primera camiseta que vi e ir directa a la cocina, en la cuál estaba Eric guardando las cosas limpias del lavavajillas, cuando notó mi presencia levantó la mirada y me sonrió.

—Hombre, la reina de la casa se ha levantado por fin. —sentí mis mejillas calentarse y al instante escuchar su risa por toda la casa— Anda mira un tomatito.

—Cállate ya, pesado. —contesté nerviosa mientras iba a por mi taza del café.

—Uy cómo estás hoy... —siguió riéndose— Bueno, desayuna y cámbiate rápido.

No contesté y seguí preparándome el café de siempre, hasta que sentí una mano darme una palmada en el culo, en cuanto me giré vi a Eric detrás mía con una sonrisa.

—¿Qué pasa? —le pregunté dándole ya un sorbo a mi café.

—Nada, ¿qué me va a pasar?

—No me mientas, ¿qué te pasa?

—Es que... ¿Me puedes hacer un café? Porfa.

—¿En serio? —me reí— ¿No sabes preparártelo tú o qué?

—No, siempre me lo prepara Javichu, además de que me da pereza. ¿Me lo preparas? —me preguntó cómo un niño pequeño.

Me reí por su entonación, me giré para ir en dirección a la nevera, saqué la leche semi desnatada de la nevera y volví al sitio de antes mientras que sentía como Eric me abrazaba por la cintura y escondía su cara en mi cuello mientras lo besaba, cuando le terminé el café con mi mano izquierda le acaricié el pelo y conseguí quitarle las gafas.

—¡Eh, mis gafas! —se quejó separándose de mi para quitármelas.

Me giré riéndome mientras me ponía las gafas.

—¿Me quedan bien? —le pregunté mientras ponía morritos.

—Todo te queda bien, pero no mejor que a mí obviamente. —dijo quitándome las gafas para volverlas a poner en su pelo— Venga va, date prisa que tú tardas mucho.

Se llevó el café y yo me lo terminé enseguida para después ir a cambiarme con un vestido blanco junto a mis Air Force como siempre, salimos directos al coche y después de tanto exigirle, rogarle y pedirle conducir consiguió salirse con la suya y conducir él.

Me compré un par de tops, los cuales a Eric no le hicieron ninguna gracia y otro par de camisetas anchas, fuimos a comer y, obviamente le rogué y pedí a Eric pagar yo, pero no lo conseguí, después nos fuimos a un restaurante que reservaron en la playa solamente para nosotros (cosa que casi mato a los hermanos por reservarlo) al llegar vimos a todos allí, saludé primero a Javi y Ester, después a Martí, luego a Espe, con la cuál me llevaba bastante bien desde la otra vez en la Kings, luego a Perxas con Violeta, más tarde a los sobrinos de Eric y por último a Gemita con Adri, el cuál Eric decía que estaba ansioso de conocerme más.

Todos lo pasamos entre risas y tonterías por parte de Martí y Eric como siempre. Cuando cayó la noche todos ya estaban pasaditos un poco de alcohol, menos Eric y yo, yo porque al día siguiente tenía que trabajar y Eric porque... Pues la verdad es que no sé el porqué. Sin darme cuenta sentí como Eric me cogía de la muñeca y me sacaba del sitio para meternos en la parte trasera de mi coche.

—Eric, ¿qué haces? —pregunté riéndome ya que me tiró en los asientos de atrás.

—Lo que llevó esperando todo el puto día Nur.

Se deshizo de su camisa marrón de Fake Gods y se tiró encima mía para cerrar la puerta y empezar a besarme lentamente mientras que nos reíamos sin porqué alguno. Nos deshicimos enseguida de la ropa y siguió ahora besando, mordiendo y lamiéndome el cuello mientras que yo gemía sin parar, minutos después entró en mi sin pensarlo y comenzó a penetrarme sin control, sentía el coche moverse de las embestidas tan fuertes que con sus manos agarraba mi cuello con autoridad mientras mordía, lamía y besaba mis pechos sin control pero tranquilo.

☆☆☆☆☆☆


Estábamos los dos en la parte trasera del coche él sentado a la larga de este y yo encima suya, ambos con la ropa interior puesta sin decir nada, simplemente estábamos con la compañía del otro mientras me acariciaba el pelo con suavidad, la otra mano estaba en mi cintura y yo miraba por la ventana las estrellas y la Luna, hasta que empecé a dibujar corazones en el vaho de la ventana. Eric al verme se rio por lo bajo y comenzó ha hacer lo mismo que yo mientras sonreíamos como tontos. Al terminar de llenar la ventana de corazones con nuestras iniciales subí un poco más y pude ver su rostro con ayuda del reflejo de la Luna, era él.

Era el chico que tanto me gustaba y me cuidaba. Me gustaba y me tenía enamorada de todo él, sus gestos, su voz, su actitud, su ego, su estilo, su cuerpo, su cara, su carisma, su sentido del humor, su todo. Era mi chico, y yo era su chica. Y estaba feliz por ello, me acerqué a él pegando nuestras narices y le miré a los ojos con una sonrisa.

ERIC

—Te quiero, Eric Ruiz. —murmuró para después besarme— Hasta que no te conocí no supe saber lo que era querer a alguien. —susurró para después sonreírme.

—¿Hasta que no me conociste no supiste qué era querer a alguien? —pregunté extrañado.

Ella negó con la cabeza mientras sonreía, esa sonrisa que tanto me encantaba y me alegraba de tenerla todos los días. Literalmente fue que hasta que me conoció ella no se lo esperaba que yo iba a ser la persona que la iba a querer, cuidar, ayudar y más cosas durante toda mi vida. Era mi novia y, eso me encantaba, porque la amo y la amaré siempre.

FIN

Hasta que me conoció // Eric RuizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora