06. eiji

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Llegué a Estados Unidos nuevamente algo se sentía diferente, no me sentía emocionado, asustado o nervioso sentía que estaba roto, que esto no debería ser así sentía que algo estaba mal, que había algo fuera de lugar mire mi maleta y la sujete con fuerza, sabía que algo estaba mal pero no entendía que.

Lo primero que hice fue ver el lugar de trabajo de max, el me contó que se quedaba allí algunos días por mayor seguridad y blanca estaba con el de todas formas visitaba a su hijo bastante  seguido, por lo que pensé que tal vez debería ver aquel lugar y luego iría al hotel después de todo quería saludarlo y hablar sobre el juicio.

Fui hasta aquel lugar y toque la puerta algo nervioso.

—¿Que haces aquí?— pregunto algo asustado max al verme, me sorprendí un poco por su reacción, no pensé que el me vería de esa manera —venia a charlar por lo del juicio y a saludarte, será algo corto debo ir al hotel aun— dije con tranquilidad aún desde la puerta —esta bien pasa— dijo max con tranquilidad mientras me permitía el paso, el lugar estaba en condiciones, tenían todas las puertas abiertas incluso la del baño pero había una que me llamaba la atención, era la única habitación cerrada.

★★★

Escuchar su voz fue como si un ángel me llamara, quería correr a sus brazos quería tanto abrir la puerta, pero en cuanto puse la mano sobre el picaporte senti de inmediato que debía sacar mi mano de alli, aún así no lo hice y solo me quedé esperando, como si alguien tuviera que avisarme que ya podía salir

—¿Cómo estuviste en Japón?— pregunto max mientras invitaba a eiji a sentarse, eiji no parecía tener una respuesta rápida —no se, es complicado— respondió eiji —¿Complicado?— pregunto max —si, allá es diferente y me hace querer volver, a pesar de ser mucho más seguro que aquí, fue muy difícil para mí salir de Japón en un principio pero ahora siento que es más difícil volver— dijo eiji con delicadeza en sus palabras, max no respondió se escuchó como acomodaba su cuerpo en la silla y aclaraba su garganta para luego cambiar de tema

—¿Estás seguro que ahora puedes hablar sobre lo que sucedió?— pregunto max —si, no creo que me haga daño hablar sobre Ash y sobre shorter ahora— dijo eiji, pude sentir nuevamente como mi pecho dolía, saque la mano del picaporte ya nadie me diría que podía salir era inútil continuar esperando.

—tengo algo que quiero mostrarte— dijo max mientras se levantaba de ma silla, los pasos comenzaron a acercarse a mi habitación  y por un breve momento pude sentir un alivio en mi pecho pero en cuanto la puerta se cerró solo pude pegarme a la pared deseando que eiji se de cuenta de que estaba aquí, justo a qui a unos pasos de el, que ya no nos separaban países enteros y solo era una pared aquello que nos impedía vernos.

Max estaba hablando con eiji ya no identificaba de que, yo solo estaba sentado en el piso mientras mi pecho dolía cada vez más y las lágrimas no podían parar de caer de mis ojos solo podía pegarme a la pared sin saber que hacer, el solo estaba en la habitación de al lado y yo no podía hacer nada para verlo.

Eiji se escuchaba tranquilo y sereno yo me escuchaba tan desesperado que no entendía porque —porfavor cuidalo— pedí con lágrimas —no tengo porque verlo si está bien, pero porfavor cuidalo— volví a hablar sin poder hacer otra cosa que estar esperando a que algo bueno pasara, no era muy probable ya que nunca me pasan cosas buenas.

El juicio sería dentro de tres días y sabía que era mucho tiempo como para que otros se enteren que eiji estaba aquí, tal vez ahora no pueda protegerlo y detesto tanto la idea de no poder protegerlo.

Banana Fish El Caso Final Donde viven las historias. Descúbrelo ahora