07. volar

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Los días pasaron y cada vez era más difícil seguir adelante ya casi era viernes pero me seguia derrumbando en el mismo lugar una y otra vez día tras día, el caso se cerraría el mismo viernes luego de la despedida de eiji, no sabía cómo seguir adelante, intente comer, pero era casi imposible intente olvidar pero era imposible, no hacia nada más que mirar por la ventana todo el día, llorar por las tardes y noches caminar pesadamente hacia el baño debes en cuando e ir a ducharme porque max me obligaba.

—solo se baña cuando lo obligó y eso me da tiempo a limpiar un poco su habitación pero no importa que le digamos el no quiere escuchar, tal vez si tú le hablas— dijo max desde la sala, enseguida sentí como abrieron la puerta de mi habitación estaba confundido no espera ver a la esposa de max frente a mi

—no quiero tus charlas baratas sobre amor propio o lo que sea— dije mirando a Jenifer con un sobreesfuerzo inhumano para darme vuelta en la cama —no vengo a hacer eso, tampoco me pude levantar de la cama por un tiempo largo cuando me violaron, entiendo que eso no es... se que lo tuyo es mucho más grave, solo vengo a hacerte compañía— dijo Jenifer con tranquilidad en sus palabras, puso una silla al lado de mi cama y comenzó a cortar pedazos de fruta, me recordó a eiji, quería tanto verlo y saber que estaba bien, aunque la culpa me revolvía y el miedo a saber que piense de mi ahora me terminaba de hundir. No pude más, no pude contenerme y llore mientras veía aquella ventana, veía a los pájaros posados en el cable —¿Cuando lo vas a ver?— pregunto Jenifer mientras continuaba cortando fruta —no sé si soy capaz de ir a despedirme— dije para dejar de ver la ventana y mirar el techo —¿No vas a hacer nada para ver a eiji bien?— pregunto, no respondí —¿ash linx no hará nada para ver a eiji?!— volvió a preguntar —ya nisiquiera se si soy un linx o un callenreese— respondí aún mirando el techo —tu necesitas el perdón de eiji y eiji necesita tu compañía, ambos necesitan verse, aunque sea una última vez— dijo Jenifer para dejar el plato con fruta sobre la silla donde estaba sentada, se llevó el cuchillo y se fue.

★★★

Era viernes y ash no se presentó en la librería, el continuaba vivo yo estaba seguro de eso.

Realmente tuve demasiado valor para poder ir hasta la biblioteca pública y el no se atrevió a ir, llore todo el camino hasta el hotel de regreso, mi pecho dolía como nunca, un nudo en mi garganta, saber que debía irme y que el no fue a despedirse me tenía abrumado, estaba comenzando a considerar que si estaba muerto.

Me que en el hotel lamentando haber aceptado aquel viaje, lamentando haberlo conocido, lamentando que no esté a mi lado, lamentando que no haya subido a ese avión conmigo, lamentando haber caído ante tal persona, lamentando que ya no pueda volver a tomar mi mano, lamentando que Ash lix no se haya despedido, lamentando que aslan jade callenreese  no me haya acompañado.

★★★

El caso estaba por cerrarse blanca estaba allí y se supone que ya se solucionaría todo, se supone que ya debería estar completo ahora que todo indica a qué por fin podré tener la vida que siempre deseé, pero aún me sentía muy vacío, me sentía inútil por no ir con eiji, me sentía idiota, lo estaba volviendo a perder y no había nada que pudiera hacer a esta hora el ya estaría en su vuelo devuelta a Japón y yo no fui capaz de despedirme.

—eiji— —eiji lo siento— dije entre lágrimas aunque era más un pedido de ayuda que un lamento.

★★★

No podía simplemente irme estando tan cerca, no podía, no me lo perdonaría nunca.

Cancele mi vuelo, y corri hacia el lugar donde max se estaba quedando no sabía realmente que iba a hacer allí pero algo en mi me decía que debía ir allí.

Max me abrió la puerta no podía siquiera hablar tranquilamente —¿Dónde está Ash?!— grite apenas lo ví —eiji respira— trato de tranquilizarme max, volví a preguntar sin gritar aunque aún seguía alterado, el no respondía mi pregunta, no la respondía por más que preguntara, escuché un ruido de la habitación cerrada, hice a un lado a max y corri hacia ella.

—eiji— escuché decir una vez que abrí esa puerta.

★★★

Nunca antes en mi vida me sentí tan aliviado y asustado al mismo tiempo.

Eiji se veía sorprendido pero sumamente enojado, no sabía que decir o que hacer

—¿Cómo se te ocurre?!— me grito eiji en pregunta el estaba enojado conmigo, no dije nada solo mordí mi labio inferior, sentí una presión enorme en mi pecho espere tanto para verlo y el solo me odiaba —casi me voy a Japón— dijo eiji aún enojado —casi me vuelvo a ir sin vos— volvió a hablar eiji, lo mire atentamente —¿porque no fuiste?!— —¿Porque no llamaste siquiera?— pregunto eiji mientras se acercaba a mi enojado —¿Porque no te acercaste a mi el día del juicio?— pregunto eiji más cerca mío mientras lloraba, el sabía que yo estaba ahí, el me había visto y no me dijo nada —porque tenía miedo— respondí —nunca voy a poder odiarte, nunca voy a poder temerte y lo sabés— dijo eiji —¿de que tenías miedo?— pregunto eiji —de decepcionarte— respondí —de que no me perdones nunca— volví a decir mientras no podía evitar llorar eiji no dijo nada y me abrazo, volví a sentir sus brazos cálidos y su cuerpo junto al mío en algo tan insignificante como abrazo, pero para mí esto era mucho más que eso, me sentía libre.

—te perdono— susurro eiji lo abrace con fuerza mientras me quebraba en llanto, el me contuvo como aquella noche, el me contuvo sin importarle que, el me contuvo en su calidez hasta que parará de llorar, el me contuvo sin pedirme nada a cambio.

—esta vez irás conmigo a Japón sin excusas— dijo eiji mientras me abrazaba yo solo pude sonreír levemente sabiendo que lo haría por más de que eiji no me lo pidiera —ash, ganamos el juicio— dijo max entrando a la habitación interrumpiendo aquel momento —eres libre— dijo eiji mientras miraba la ventana —ahora también puedes volar— dijo eiji mientras miraba los pájaros por la ventana.

Banana Fish El Caso Final Donde viven las historias. Descúbrelo ahora