Amor Por Los Libros II NamJin (En Curso)

CAPITULO 7

Seok-Jin no quería admitirlo, no debía admitirlo, pero, tal vez estaba un poco ansioso por qué Nam-Joon ya llegará a la biblioteca.

Sólo podía verlo los fines de semana, sus días libres, por lo que no haberlo visto durante toda la semana, lo traía mal, ¿La razón? Seok-Jin quería pedirle su número.

No por alguna razón fuera del ámbito de amistad o compañerismo, simplemente por eso.

Así es, a Seok-Jin le encantaba engañarse a sí mismo.

Aunque tenía un libro en la mesa, no lograba mantener su concentración en leerlo.

—¿¡Qué té pasa Seok-Jin, por qué estás tan ansioso por qué llegué el idiota de Kim?! —dijo elevando de más la voz, por lo que las personas a su alrededor lo miraron con extrañeza.

—¿Con qué me estabas esperando? —dijo una voz conocida detrás de Jin, estaba seguro de que sentía la respiración de Nam-Joon en su cuello.

Seok-Jin giró rápidamente, y efectivamente, Nam-Joon estaba detrás de SeokJin, con una sonrisa en el rostro.

—¿Yo? ¿Extrañarte? —soltó una risa nerviosa, una de sus típicas risas escandalosas pero que son buenas de escuchar— Tal vez escuchaste mal.

—Jamás dije que me extrañaras, sólo si me esperabas, pero veo que si me extrañaste.

"Estúpido Seok-Jin". Pensó para sí mismo Jin.

—En fin, ¿qué haces aquí? —preguntó Jin, como si cada vez su boca sólo decía más estupideces.

—Vine a verte —sonrió burlón.

Seok-Jin sólo se puso un poco rojo por el comentario.

—Es broma, sólo vine a lo de siempre, a leer.

Nam-Joon se sentó enfrente de Seok-Jin, llevaba un libro en la mano, lo colocó en la mesa, abrió en una página y comenzó a leer en silencio.

Seok-Jin lo miraba atentamente, por alguna razón, no quería dejar de verlo.

Luego, Nam-Joon se percató de la mirada de Seok-Jin, pues este no era tan discreto, con una expresión confundida, miró a Seok-Jin y le preguntó:

—¿Tengo algo en la cara o que?.

Jin lo miró un poco confundido y nervioso.

—¿Qué? No, ¿por qué preguntas?.

Nam-Joon bufó divertido.

—¿Qué haces? Llevas mirándome todo el rato.

Nam-Joon se preguntó si Seok-Jin se daba cuenta de sus propias acciones.

Seok-Jin inmediatamente se puso nervioso, luego de unos segundos, finalmente decidió hablar.

—¿P-puedes darme tu número? Por favor —lo último lo dijo casi susurrando.

Nam-Joon lo miró con una expresión de diversión, se le hacía divertida la actitud de Jin.

—Claro, con que eso querías preguntarme —soltó una leve risita.

—No te burles, es más difícil de lo que parece, ¿me darás tu número o no? —dijo Seok-Jin rodando los ojos.

—Sí, sí, préstame tu celular para poder escribirlo ahí —Seok-Jin asintió, sacó su celular y lo desbloqueo.

Seok-Jin le dió su celular a Nam-Joon, quien comenzó a escribir su teléfono en el aparato, luego, le regresó su celular a Seok-Jin.

—Al menos veo que te agrado chico antiromance —sonrió el burlón Nam-Joon.

—No es lo que crees, aún me desagradas, solamente quisiera tener tu número por sí...por si vuelvo a olvidar algo —se defendió Jin.

Cuando Seok-Jin finalmente se pusó a analizar lo que hizo, él mismo se preguntó el porqué quería el número de ese tipo, ni siquiera le caía bien.

—Como digas, a mí me agradas a pesar de tus aburridos gustos.

Por alguna razón que Seok-Jin no conocía, se sintió feliz cuando Nam-Joon le dijo que él era de su agrado.

Seok-Jin carraspeó.

—No me entretengas, ¿no ves que estoy leyendo? —dijo SeokJin mientras apuntaba en dirección al libro que tenía.

Nam-Joon sonrió.

—Ajá, concéntrate en tu lectura, yo debo irme —dijo mientras se levantaba de la mesa; tomó su libro y comenzó a caminar.

—¿A dónde vas? —preguntó Seok-Jin curioso.

—Tengo hambre, iré a comer algo —respondió mientras se iba.

Seok-Jin cerró su libro y se levantó rápidamente, caminó en dirección hacía Nam-Joon.

—También tengo hambre, creo que iré contigo —aclaró Seok-Jin colocándose al lado de Nam-Joon.

El otro chico simplemente asintió con la cabeza.

Los dos lectores salieron de la biblioteca, y fueron en dirección a algún restaurante que vendiera comida o algún lugar cercano, siendo sinceros, ni ellos tenían una idea exacta de lo que harían. Pero era seguro que se divertirán.