La cara del General era todo un poeta. El Presidente no necesitó que dijera una sola palabra para saber que algo iba mal. No obstante, guardó silencio y dejó que le diera la noticia. El General tragó saliva antes de empezar a hablar.
—Tenemos problemas, señor Presidente —empezó a decir.
El Presidente adoptó su expresión de perro furioso. La que decía que no le gustaba nada que las cosas no saliesen como él quería que lo hicieran.
—¿De qué tipo?
—Todo nuestro sistema de misiles han sido desactivado. Los ingenieros están tratando de averiguar cómo es posible, pero aún no han dado con la solución. Haciendo un símil, dicen que es como si alguien hubiera cortado el cable que une el botón de lanzamiento con el mecanismo de las ojivas.
El Presidente frunció el ceño, y un mechón de pelo lacio le cayó sobre la frente anaranjada.
—Para evitar eso precisamente se hicieron circuitos cerrados independientes, ¿no es así, General? —inquirió.
—En efecto. Así está diseñado. Pero algo los ha invalidado todos —explicó el General.
—¿Me está queriendo decir que en toda nuestra flota no hay un solo misil con cabeza nuclear que pueda lanzarse? ¿Es eso lo que pretende decirme? —inquirió el Presidente, que no daba crédito a lo que estaba oyendo.
—Algo interfiere en la señal. Nuestros ingenieros sospechan que el fallo podría estar en los satélites. Reciben la orden de lanzamiento, pero no la gestionan y, por tanto, no la transmiten.
El Presidente se echó atrás en su sillón, entrelazó los dedos de las manos y se empezó a dar toquecitos en el labio inferior con los pulgares. Ante su expresión de profunda concentración, el General permaneció inmóvil, con el pecho subiendo y bajando bajo el uniforme y las pulsaciones por las nubes.
—Todo apunta a que son ellos, señor —vaticinó.
El Presidente miró al General con expresión escrutadora.
—¿Esa es su teoría? —inquirió.
—Sí, señor Presidente —corroboró el General.
—¿Con quién más la ha compartido? —quiso saber el Presidente.
—Con nadie, señor. Es solo una valoración personal —confesó el General—. Ni el sistema de hackeo más sofisticado puede lograr algo así. Sobre todo porque la ubicación de los satélites militares son secreto de Estado y los que no tienen nada que ver con logística bélica funcionan con total normalidad.
—¿Y si el enemigo llevara infiltrado entre nosotros el tiempo suficiente para averiguarlo? —inquirió el Presidente.
—Una infiltración no serviría de nada. Se necesita estar en posesión del nivel de seguridad uno para acceder a esa información —rechazó el General.
Y los únicos que estaban en posesión de ese nivel eran él mismo y su Vicepresidente.
—Hasta ahora han sido cordiales y cooperativos —apuntó el Presidente.
—Eso es cierto. Pero también lo es que han mantenido las distancias y se han limitado a observar. Para empezar, no sabemos a qué han venido. Su civilización está mucho más avanzada que la nuestra a todos los niveles. No hay nada que podamos enseñarles que no sepan ya. No nos necesitan. De modo que, ¿qué es lo quieren?
Mientas el General hablaba, el Presidente tuvo que apretar las mandíbulas con fuerza para mantener la boca cerrada. Disponía de mucha más información que el General. De hecho, tenía la respuesta para bastantes de las preguntas que él se formulaba.
—Hay que organizar una reunión con ellos. Necesitamos que nos hablen claro —añadió el General.
El Presidente pensó en cómo actuaría de tener tantas dudas como el General.
—De acuerdo. Póngase a ello —le ordenó. El General ya se disponía a abandonar el Despacho Oval cuando el Presidente añadió—: Y haga correr la voz de que si alguien filtra a los medios de comunicación que íbamos a utilizar armamento nuclear contra el régimen norcoreano será acusado de traición y se pudrirá en la cárcel el resto de sus días.
—Sí, señor Presidente —repuso el General antes de cuadrarse e irse.
![](https://img.wattpad.com/cover/349556517-288-k841755.jpg)
ESTÁS LEYENDO
LA AUTORIDAD ÚLTIMA
Khoa học viễn tưởngEl Presidente de los Estados Unidos ha tomado una decisión drástica contra Corea del Norte y dado una orden que podría cambiar la vida en el planeta Tierra tal y como la conocemos. Lo que va a descubrir -para su sorpresa- es que no es el Hombre Más...