Capítulo 7

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Lunes 18 de junio

Maggie se pasó todo el día parloteando en el teléfono. Llamó a Kenny y Kenny la llamó a ella y ella llamó a su amiga Angie y después, Angie la llamó a ella. Y después, ella volvió a llamar a Kenny. Y más tarde, a Angie. Y así, ida y vuelta todo el día. Mete el teléfono al baño y cierra la puerta para que yo no pueda oír nada a menos que esté cerca de la puerta y todo esté en silencio y yo preste mucha atención. Está cocinando un plan para hacer que papá la deje ir a esa fiesta el sábado. Si alguien puede conseguir semejante cosa, esa persona es Maggie. Es asqueroso. Lo único que tiene que hacer es poner lo ojos en blanco y hablar con suavidad y consigue todo lo que quiere.

E querido Carl Ray decidió salir de su cama a eso del mediodía. ¿Saben?, nunca vi a Carl Ray en el baño. Ahora bien, estoy segura de que tiene que haber ido (bueno, tiene que ser así) pero tambien estoy absolutamente segura de que hasta ahora no se dio una ducha. Es fácil darse cuenta cuando él pasa al lado de una. Dios.

Apareció en la cocina mientras yo estaba haciendo el almuerzo y se quedó ahí, mirándome. Finalmente, dije:

-¿Vas a almorzar?

Me pone loca la forma en que se queda por ahí y espera a que la gente le dé de comer y todo eso y no hace nada de nada, caramba, y se queda todo el tiempo acostado.

Él dijo:

-De acuerdo.

Hermano.

Mientras almorzábamos, le dije:

-¿No ibas a salir a buscar trabajo?

Él apoyó el sándwich en el plato y le dijo, al parecer al sándwich:

-Claro.

Bueno, eso era una buena señal.

-¿Y adónde vas?

Larga pausa. Finalmente, le dijo a su sándwich:

-En realidad, no estoy seguro.

Mientras tanto, Dennis está sentado frente a Carl Ray, haciéndole muecas. Levanta el labio hacia arriba como un caballo y estira el de abajo y después pone los ojos en blanco. No es fácil prestarle atención a Carl Ray cuando Dennis hace eso.

-Bueno -le dije a Carl Ray-, ¿no le pediste consejo a mi papá?

-Nop.

-¿Por qué no?

-En realidad, no estoy seguro.

Dennis estaba haciendo sus peores muecas y finalmente yo no lo aguanté más y me largué a reír y a estornudar, y eso hizo que Dougie empezara a reírse y Tommy pensó que todo era maravilloso y se puso a golpear la mesa con la taza y dijo:

-¡Ja! ¡Ja!

Y después, nos miró y dijo:

-¡Ja! ¡Ja! -como si estuviera practicando la risa.

Y en medio de todo eso, Carl Ray seguía sentado ahí, comiéndose el sándwich en cámara lenta, masticando y masticando y mirando el plato como si nosotros ni siquiera estuviéramos ahí.

Cuando finalmente empezamos a comer de nuevo, dije:

-Podrías buscar en el diario.

-¿Dónde está eso? -dijo él.

-¿El diario?

-Sí.

Así que fui y lo busqué y le mostré dónde estaba la sección de empleados.

Diario de un veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora