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—Se acerca el baile de otoño, ¿Me ayudas con los preparativos? — cuestionó Tzuyu con una sonrisa

— Ma — llamo Yunjin jalando la mano de la pelinegra

— ¿Qué pasó cachorra? — pregunto, la niña apunto la charola llena de galletas — ¿Galletas? — la niña asintió, tomo varias galletas y se las dio a la cachorra — dale a tu hermana, ¿Si?

La cachorra asintió antes de caminar a pasos lentos hasta su hermana quien estaba jugando con unos juguetes en la alfombra

— Entonces, ¿Me ayudas? — cuestionó Tzuyu

Sana asintió con una sonrisa — Una fiesta en el pueblo suena maravilloso

La pelinegra sonrió — ¿Mañana iniciamos con los preparativos?

— Sí, mientras hay que comer galletitas — tomo una galleta y se la metió a la fuerza a la boca de su esposa Tzuyu se comió la galleta — Que agresiva, cariño

— Es que yo hice estás galletitas, quiero que te la comas ¿Te gustan? — cuestionó con una sonrisa

— Sí, saben riquísimas — respondió con una sonrisa.

Tzuyu y Sana miraban a las personas bailar bajo la luz de la luna y de los candelabros que estaban en las paredes.

— Ma — vocalizo una de las cachorras mientras daba leves brincos en los muslos de la castaña

— ¿Qué quieres, Yoonah? — cuestionó, su cachorra apuntó hacia la mesa de los bocadillos — Oh, quieres pan. Eres una pequeña glotona

— Yo las llevo, cariño — se levantó de la silla y bajo de sus brazos a Yunjin para que caminar, Sana hizo lo mismo — No vamos a tardar — dijo antes de comenzar a caminar a pasos lentos para caminar a la par de sus cachorras

Sana sonreía levemente al ver la escena, pero esa sonrisa se borró cuando alguien se paró frente a ella.

— ¿Necesitas algo? — cuestionó con amabilidad

— Hablar con usted, es obvio, ¿No? — hablo Cheng

La omega lo miro un momento — Discúlpeme pero en estos momentos no puedo, estoy disfrutando de la fiesta — dijo fingiendo amabilidad — ¿Le gustan los roles de canela? — cuestionó empezando a comer la carne que había en su plato

— Seré directo, me gusta el emperador Tzuyu y quiero ser su concubino — habló con una sonrisa en su rostro.

Sana dejo los cubiertos en la mesa, dirigiendo su mirada al beta —¿Y? Creo que seguirás queriendo, el emperador no quiere concubinos.

— Odio a la gente como tú.

— ¿Cómo yo? — cuestionó con burla el beta se acercó a la omega tratando de intimidarlo pero esta solo sonrió con dulzura — Finge ser inocente pero es una persona horrible, me da asco.

— Tú me das asco y no me ando quejando, mejor vete — dijo volviendo a comer.

— Haz que el emperador me convierta en su concubino, quiero ser el concubino de Chou.

Sana rió — ¿Me estás dando órdenes? ¿Tú a mí? — se mofó.

— Quiero ser el concubino del emperador y sé que usted lo puede hacer posible.

— ¿Que te hace creer eso? — cuestionó
Cheng quería golpear a la omega frente suyo, odiaba a ese tipo de personas, fingiendo inocencia y haciéndose los tontos cuando en realidad eran malas personas.

— Chou come de la palma de tu mano, todo lo que le órdenes ella lo cumplirá.

—Cierto, el emperador hará todo lo que yo le diga y ordene pero no voy hacer lo que me ordena, estás loco — hablo mientras miraba su alrededor, observando que nadie la estuviera viendo.

𝐋𝐚 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐄𝐦𝐩𝐞𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐂𝐡𝐨𝐮 - 𝐒𝐚𝐭𝐳𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora