𝟎𝟓

2.5K 299 16
                                    

Sana abría sus ojos con pesadez, seguía teniendo mucho sueño. Soltó un bostezo mientras se removía en su lugar y se acurrucaba en la suave y cómoda cama.

— ¿Dormiste bien? — cuestionó la pelinegra con una pequeña sonrisa

La omega se dió la vuelta y miro con asombro a la alfa, ¿Seguía ahí? ¿No se fue en la madrugada?

— ¿Por qué tan sorprendida? ¿Es por qué no tengo ropa? — interrogó

La castaña negó levemente — Bueno, un poco... Pero pensé que te irías en la madrugada

Era algo inevitable para la omega no pensar en las noches que debía satisfacer a su ex esposo y todas las mañanas despertaba en solo sin algún rastro de Choi. Pensó que sería lo mismo con Tzuyu, tendrían sexo y en la mañana no estaría.

— Es nuestra primera mañana como esposas, no quiero separarme de tí — se acercó al cuerpo de la omega para darle un cálido abrazo

— ¿Puedo abrazarte mientras duermo un poco más? Solo unos minutos — pidió, tenía miedo de la respuesta, normalmente siempre que le pedía al rey choi que le diera una muestra de afecto este se negaba.

Tzuyu sin decir nada simplemente se aferró un poco más al cuerpo desnudo de la omega mientras acariciaba con delicadeza el sedoso cabello de la menor

— ¿Eso es un sí? — pregunto con timidez

— Por supuesto, siempre haré todo lo me pidas. — sonrió levemente — Te tengo una sorpresa, después de tu siesta vendrás conmigo, ¿De acuerdo?

Sana asintió levemente mientras sus párpados empezaban a pesar — Ayer no te lo dije porque ni siquiera podía pronunciar tu nombre adecuadamente — susurró cansada, acurrucándose entre los brazos y los pechos del emperador — pero creo que yo también te amo... — balbuceó antes de caer dormida.

El rostro de la alfa se torno de un rojo carmesí mientras sonreía de una manera boba, quería gritar de la emoción pero lo único que pudo hacer fue depositar un pequeño beso en la frente de la castaña.

— Haré que me ames mucho, mi linda omega — dijo mientras olía aquel aroma a fresas que desprendía la castaña y que tanto adoraba

— Haré que me ames mucho, mi linda omega — dijo mientras olía aquel aroma a fresas que desprendía la castaña y que tanto adoraba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tzuyu obligo que su omega a tomar asiento en el sofá individual que había en esa grande habitación.

— Me enteré que te gusta la música, asi qué voy a tocar un par de canciones especialmente para tí — mencionó mientras tomaba asiento frente a un piano

Sana sonrió cálidamente al ver como la alfa empezaba a tocar las teclas con sus largos y delgados dedos. Una dulce me dolía se empezó a escuchar en toda la habitación, Sana disfruta de la bella melodía. Le encantaba este momento, solo ellas dos escuchando la suave música del piano.

Observo a Tzuyu, se veía muy concentrada pero una pequeña sonrisa adornaba su rostro. Su mirada bajo a las manos del emperador, sus dedos danzaban en las teclas del piano.

La pelinegra todo dos canciones más a petición de la castaña.

— Eres muy buena tocando el piano — halagó

— Cuando quieras puedo tocar un poco para tí, solo debes pedirlo — sonrió

Sana asintió levemente mientras se levantaba del asiento con ayuda de la pelinegra, ambas salieron de la habitación y empezaron a caminar por los pasillos.

— ¿Podemos ir a dar un paseo por el pueblo? No he salido de aquí desde que llegué

Tzuyu asintió — Pediré que preparen el carruaje para dar el paseo

La omega sonrío en grande — ¡Muchas gracias!

La alfa saco de su saco una pequeña caja — Quiero que uses está joya en el paseo

Sana observo la joya, debía valer mucho, había muchos diamantes incrustados en ella — Es muy linda pero...

— Nada. Debes acostumbraste a este tipo de joyas ya que desde hoy empezaré a darte muchas joyas porque te lo mereces

— Nunca he recibido una joya como esa — confesó avergonzada, a pesar de haber sido una reina su ex esposo nunca le dió lago así ya que "no era digna"

Tzuyu negó levemente — El reino de Choi es nada comparado a mi imperio, posiblemente no tenía los recursos suficientes para darte un regalo digno para alguien como tú, tu te mereces todas las joyas más hermosas

— ¿Lo crees? — pregunto con un pequeño brillo en sus ojos

— Por supuesto. Por eso te empezaré a dar muchos regalos costosos, en este imperio hay muchas joyas y todas serán para tí

— No quiero joyas, solo quiero que me ames y me trates con cariño... Solo eso — pidió mirando seriamente a la alfa de aroma a coco y almendras

Tzuyu beso castamente los labios de la menor — Todos los días te demostraré cuánto te amo y haré que te enamores de mí

La omega se aferró al antebrazo de la pelinegra mientras sonreía tímidamente — Está haciendo un buen trabajo, estoy cayendo en sus encantos, emperador Chou.

La alfa sonrió en grande, amaba demasiado a su predestinada. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐋𝐚 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐄𝐦𝐩𝐞𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐂𝐡𝐨𝐮 - 𝐒𝐚𝐭𝐳𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora