𝟎𝟕

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Unos gritos desgarradores hicieron que Sana se despertara, tomo asiento en la cama y espero unos momentos.

—¿Fue solo mi imaginación...? —cuestionó un tanto somnolienta —¿Dónde está?

Se puso sus suaves pantuflas con algo de dificultad y se levantó para ir a buscar a la alfa, salió de la habitación y empezó a caminar por los pasillos en busca de la alfa con aroma a coco y almendras.

Después de caminar por un tiempo, dando vueltas por todos los pasillos, evitando a los guardias.

Detuvo su andar cuando vio una puerta entreabierta, con mucha curiosidad abrió la puerta, eran muchos escalones, dudo un buen rato en si bajar o regresar a la habitación. Iba a regresar a la habitación, pero escucho la voz de la alfa hacer eco.

Con algo de inseguridad empezó a bajar los escalones con mucho cuidado ya que la poca iluminación que había era gracias a unas antorchas.

Sonrió en grande cuando olió el aroma de coco y almendras. Se acercó hasta la puerta que había cerca, pero inmediatamente se alejó al ver la escena, en su rostro apareció una expresión de horror y lágrimas empezaron a salir de sus ojos.

—Es les pasa por hablar de mi omega, su emperatriz —hablo tratando de limpiar la sangre de sus manos pero detuvo su acción al oler el aroma a fresas un tanto agrio —El aroma de estos dos, ¿Cuál era?

—Naranja y café, su majestad—respondió un soldado.

Tzuyu volteo a ver la puerta, soltó el pañuelo y corrió abrir la puerta, se asustó al ver a la omega abrazándose mientras soltaba algunos sollozos.

—Fue mi culpa... Por mi culpa están muertos —Murmuró

—Sa... —quiso tomar la mano de la omega pero esta la empujó lejos de ella.

—¡No me toques!¡No quiero!¡Eres un mounstro! —exclamó entre sollozos

Tzuyu negó —No, lo hice por tí

—Yo no te pedí que los matarás —se levantó del suelo y corrió de ese lugar.

La alfa corrió detrás de ella, pero la omega era muy rápida, no alcanzo a detenerla.

—Sana, abre la puerta... Dijiste que no me tenías miedo.

Del otro lado de la puerta Sana trataba de tranquilizarse. La alfa tenía razón, ella misma dijo que no le tenía miedo... pero eso fue antes de ver a su alfa sonriendo enfrente de dos cuerpos descuartizado.

Con temor se levantó del suelo y abrió la puerta con delicadeza, vio como Tzuyu estaba llorando.

—Cariño... —susurró

—No quiero que me toques... Vamos a limpiarte —limpio sus lágrimas con la manga de su pijama, con sus manos temblando agarro la mano llena de sangre de la alfa

Tzuyu siguió a la omega hasta el baño

—Te voy a limpiar con agua fría —hablo en voz baja

La alfa asintió mientras que con ayuda de la omega empezó a quitarse la ropa

—Siéntate aquí... —ordenó

Tzuyu se metió a la bañera, no podía decir nada, no cuando hizo a su omega llorar.

Después del baño frío y de varias quejas en voz baja por la temperatura del agua; Sana secaba el cuerpo de la desnuda alfa...

—Chewy... —susurró

La nombrada se sorprendió del apodo, no esperaba que la omega la llamara de esa forma después de lo sucedido.

—Perdóname.

Sana negó —Perdóname tú a mí... Solo que yo... Nunca he visto eso —a su mente llegaron las imágenes de los cuerpos descuartizados.

La omega se acostó en la cama —vístete y duerme conmigo, necesito que me abraces.

—No los castigaré solo porque la emperatriz me lo pidió, pero por eso les dije que les taparan la boca a esas escorias —habló enojado el emperador.

—Tu omega está enojada —soltó una risita su amigo —no los castigas porque tienes miedo de que la emperatriz se enoje más, no porque te lo haya pedido

—Ya cállate, siento que no he avanzada nada con ella —lloriqueo

—Tzuyu, haz avanzado con Sana bastante. ¿Recuerdas que cuando llegó aquí su rostro siempre expresaba seriedad y tristeza? —cuestionó y vio a su amiga asentir levemente —Pues yo estos días le he visto muy sonriente y todo gracias a ti.

—¿Y por qué la observas tanto? —cuestionó a la defensiva

Tzuyu rió —Tú me lo pediste. Te dejo, tengo que supervisar a los soldados.

Tzuyu vio como su amigo salió de la oficina. Inmediatamente oler aquel aroma de fresas para tranquilizarse.

Salió de la oficina y camino hasta la habitación donde estaba Sana, golpeo con delicadeza la puerta antes de entrar.

—Cariño

—Chewy, llévame a la biblioteca. Escuché que tienes una enorme biblioteca, quiero verla —habló acercándose a la alfa

La alfa se sorprendió un poco —Cariño, ¿No estas enojado?

Sana negó —Solo llévame a tu biblioteca

Tzuyu tomo la mano de la castaña y lo llevo a la biblioteca, la omega al momento de ingresar sonrió en gran al ver la enorme biblioteca y los montones de libros.

—Veo que te gusta mucho. —comento

—Me encanta

Tzuyu sonrió —Bueno, desde este momento está biblioteca es tuya. Puedes venir cuando desees, cariño

Sana se lanzó a los brazos del pelinegro y lo abrazó muy fuerte —¡Te amo, te amo mucho! —Exclamó con felicidad antes de besar los labios de la pelinegra

—Yo también te amo mucho, Satang

—¿Tienes cosas importantes que hacer? —cuestionó

Tzuyu negó levemente —¿Por qué?

—Quiero que estemos acurrucados mientras leemos, ¿Quieres? —respondió

—Haré todo lo que me pidas, por supuesto que quiero hacer eso contigo

Sana sonrió levemente —En mi próximo celo... Quiero tener tu marca en mi cuello

El rostro del emperador se tornó de un rojo carmesí mientras miraba a su omega. ¿Estaba soñando acaso?    

 ¿Estaba soñando acaso?    

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𝐋𝐚 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐄𝐦𝐩𝐞𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐂𝐡𝐨𝐮 - 𝐒𝐚𝐭𝐳𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora